sábado, 16 de septiembre de 2017

Capítulo 74

-Pepe, ¿estás bien?
-Si mi amor, ¿por?
-Estás medio callado.
-Estoy disfrutando del lugar, y la paz que hay acá.
-No sé por qué no te creo.
-Créeme entonces.
-Hay algo que me estás ocultando.
-Para nada amor.
-¿Seguro?
-Sí. Veni, dame un beso.-la acerqué hacia mi y la besé profundamente con el ruido del mar de fondo.-
-Te quiero mucho, gracias por estas vacaciones.
-Sabes que te mereces esto y más. Paula vos me salvaste, me sacaste de ese pozo donde estaba y no quería hablar con nadie, y eso te lo voy a agradecer toda la vida. Me ayudaste y me ayudas todos los días a seguir; yo sé que a Mateo le hubiera gustado verme así, saliendo adelante, con alguien que me quiera de verdad y me cuide la forma que vos lo haces. Hoy, acá, con las estrellas y el mar de fondo te prometo quererte y cuidarte siempre, prometo dejar de lado las peleas tontas, prometo no dejarte nunca, porque me haces bien y quiero hacerte bien. La propuesta anterior fue medio de golpe, así que después de haberte dicho todo esto.. Paula, ¿queres ser mi novia?
-Pepe, me dejaste sin palabras, de verdad. Sos lo que siempre busqué. Si te cuido es porque te quiero, porque quiero verte bien; obvio que quiero ser tu novia, no había necesidad de preguntarlo de nuevo. Yo te prometo lo mismo, fidelidad, amor y cuidarte siempre, a pesar de todo. Lo de las peleas podemos tramitarlo igual.-reímos los dos.-Te quiero mucho.
Nos besamos nuevamente y nos quedamos abrazados mirando el mar. 
Estuvimos ahí largo rato sentados en la arena, disfrutando el uno del otro, no necesitábamos nada más que a nosotros mismos; ahora sí no me arrepentía de nada, ni siquiera de todo lo que había expresado hacía unos minutos.
Había abierto mi corazón y expuesto mis sentimientos, cosa que odiaba pero en este caso no era así, nunca me había sentido tan a gusto demostrando algo.
La conocía hace poco, si, pero de verdad nada iba a hacer que me arrepintiera. La mire y pude ver que se estaba durmiendo sobre mi pecho así que decidí que era hora de volver al hotel.
-Paupi.-le acaricié el pelo.-
-¿Qué pasa?-dijo con la voz adormilada.-
-¿Vamos yendo? Te estás durmiendo.
-Es que me relaje.
-Por eso, vamos y dormimos en el hotel.
-¿Puede ser una foto antes?
-Mmm... mañana con luz.
-No. Ahora con el flash del celular.
-Bueno está bien.
Le besé la mejilla y ella apretó el botón del celular para que una luz fugaz nos ilumine y tome captura de ese momento.
-Somos muy lindos.-dijo mirando la foto.-
-Yo más, mándamela después, ahora sí vamos yendo.
-Si no queda otra.
Muy a pesar de las ganas de quedarnos que teníamos, nos levantamos y emprendimos camino al hotel, para poder descansar.
Ya nos quedaban pocos días en este paraíso y las ganas de irnos eran cero, pero las de disfrutar eran mil.
Cuando llegamos a la habitación nos cambiamos, lavamos los dientes y nos acostamos.
-Buenas noches Pepe.
-Buenas noches Pochi.
-¿Puedo dormir en tu pecho?-me preguntó cuál nena inocente.-
-Dale.-me acosté boca arriba y la recibí entre mis brazos.-Pero no me toques el pezon.
-¿Por qué?
-Porque se irrita.
-Déjame tocarlo, no puedo dormir sino.
-Ok.-suspiré.-Buenas noches.-besé su frente, y me entregué al sueño.-

Después de dos meses volví. Espero que les guste y que comenten🙏🏼

domingo, 16 de julio de 2017

Capítulo 73

-Mi amor, vení, sacame una foto arriba del dedo.-me dijo Pau intentando subir a uno de los dedos de la famosa mano de Punta del Este.-
-¿Podes?-pregunté riendo al ver que era la quinta vez que intentaba subir y se resbalaba.-
-No. Vos podes dejar de reírte y ayudarme.
-¿Por favor? Si como no.
-Dale bobo.
-Pareces una milanesa de tantas veces que caiste.
-Que gracioso, ¿no?
-Sí, re.
-Dale ayúdame.
-Pero yo no quiero llenarme de arena.
¿Para qué había dicho eso? Ahora la tenía tirándome arena cual nena chica.
-¿Cuántos años tenes?
-Dos. Dale ayúdame Pedro.
-No.
-¿No? Ok.-la vi alejarse e ir a donde estaba un chico, definitivamente quería guerra.-Paula, veni acá.-le dije con voz de enojado.-
-¿Y si no voy?
-La venganza va a ser larga y dolorosa.
-Yo voy pero ayúdame a subir.
-Sí, con tal de que no te acerques a ese tarado cualquier cosa.
-Ni lo conoces Pedro.-se rió.-No podes ser tan celoso.
-Vení dale.
La ayude a subir y le saque un par de fotos hasta que una le gustó. ¡Por fin! Grité para mis adentros, creo que mínimo había sacado veinte fotos.
-¿Vamos a la playa?
-Me hiciste sacarte mil fotos, ahora quiero una juntos. ¿Es mucho pedir?
-Mmm... por hoy ya terminó mi momento fotogénico.
-Dah Paula es una foto. Sería la primera foto siendo novios.
-Bueno, pero antes quiero un beso.
Nos sacamos la foto y luego nos encaminamos a la playa, a buscar algún lugar para quedarnos.
Pasamos la tarde ahí, metiéndonos al agua, disfrutando el uno del otro. No quería irme más de este lugar, definitivamente amaba estar de vacaciones con ella.
Ella me había salvado en parte, y se merecía algo lindo; partiendo de la base que la propuesta de noviazgo no había sido la mejor, ella se merecía algo mejor, lindo, delicado. Algo se me tenía que ocurrir para poder sorprenderla.
-¿Podemos comprar bolas de fraile?-me preguntó Pau.-
-Ay si, que ganas de comer, si tienen con dulce de leche mejor.
-Que gordo que sos.
-¿Yo? Mentira. No me injuries.
-Tenes más alma de gordo que yo a veces.
-Son solo ganas de comer eso amor.
-Bueno, llamó al vendedor entonces.
-Dale, toma.-le di plata de mi billetera.-
-Pago yo.
-Pagamos los dos.
-No.
-Sí.
Vino el señor y después de pelear un rato terminamos pagando los dos, pobre hombre, lo que se tuvo que bancar por nosotros, lo compadecía.
Comimos las bolas de fraile y estuvimos un ratito más ahí, para luego partir hacia el hotel, donde nos bañamos y fuimos al comedor del mismo a cenar.
¿El menú? Chivito, comida típica del país en el que estábamos.
-Estoy que exploto, no puede ser más rica la linda de acá.
-Tal cual, la verdad que con la comida no hay nada malo que decir, una cosa más rica que otra.
-¿Vas a comer postre?
-Mmm... no, ¿propones algo mejor?
-Quería ir a caminar a la playa un rato, ¿te va?
-Ay sí, re romántico.
-Bueno, llevemos esto y vamos.
Mientras me bañaba había pensado algo, y estaba decidido en llevar a cabo esa idea en la playa.

Espero les guste 

sábado, 15 de julio de 2017

Capítulo 72

-¿Qué?-preguntó sorprendida.-
-Sí queres ser mi novia.-dije con un poco de temor.
-¿En serio?
-Nunca hablé tan en serio en mi vida.
-Obvio que quiero. ¿Sabes hace cuánto espero esta pregunta?
-¿Decís que demore mucho?
-Y... un poco.
-Ah, ¿si?
-Sí.
-Veni para acá.-la acerque a mi de un tirón.-
-¿Qué pasa?
-Quiero darle un beso a mi novia, ¿no puedo?
-Sí podes.
-Ah, me parecía.
-Te amo.-me dijo entre risas.-
-¿Me lo repetís?
-¿Qué cosa?
-Dale, no te hagas.
-No se que queres que te repita.
-El te amo.
-Yo también te amo.-me besó y se rió.-
-Deja de reírte de mí.-me quejé.-
-¿Vamos a comer?
-No.
-Sí.
-No, quiero otra cosa ahora.-dijo besando mi cuello.-
-¿Qué queres?
-¿No se te ocurre nada?-me besó apasionadamente.-
-Lo que queres es mejor que una comida, y casualmente me acaban de venir ganas de lo mismo.
Nos empezamos a desvestir mutuamente y terminamos haciéndonos uno, como tanto deseábamos para sellar el nuevo “título” que tenía nuestra relación.
Luego de tan lindo momento juntos, Paula se recostó en mi pecho y nos dormimos un rato.
-Mi amor.. arriba dale que tenemos que ir a cenar.-dijo Paula besándome la espalda.-
-No quiero.-dije y me di vuelta para seguir durmiendo.-
-Dale Pepin.
-Quiero dormir.
-Que flojito resultaste ser.
-Yo no soy flojito.-la miré a los ojos.-
-Sabía que iba a servir para terminar de levantarte.
-Que feo jugar con mi orgullo.
-Tu orgullo sirve para hacerte reaccionar y que vayamos a comer, porque tu novia tiene hambre.
-Mi novia, ¿puede pedir servicio a la habitación y comer conmigo acá acostada conmigo?
-Podría ser, tendrías que convencerme, pero rápido, porque ya es tarde y se nos va el horario.
-Tenemos el mini bar.
-No hay nada ahí.
-Hay chocolates, nada mejor que acostarnos a mirar una peli comiendo chocolates.
-Deja de lado la ternura, mucha cursilería por hoy.
-Bueno, pedí comida entonces y la comemos acá.
-Ok, ¿algo en especial?
-Canelones con ensalada de tomate.
-Pido para los dos lo mismo.
-Dale.
Pau hizo el pedido desde la cama y volvió a recostarse en mi pecho.
-Pau.
-¿Que pasa mi amor?
-Vestite, ponete un buzo, no vas a atender así a nadie.
-¿Celoso?
-Sí. Solo yo te puedo ver así.
-Vos también vestite entonces.
-Antes necesito una ducha, ¿podrá ser compartida?
-Después de comer, me pongo una bata ahora para abrir.
Minutos pasaron donde lo único que hicimos fue hablar de cualquier cosa. Tocaron a la puerta y Pau después de ponerse la bata atendió, al fin había llegado la comida.
-Uy que pinta tiene esto.-dijo Pau cuando vio los canelones.-Tengo hambre.
-Comamos entonces, buen provecho mi amor.-la besé.-
-Gracias igualmente.
Cenamos los dos, y sinceramente que estaban para volver a comer.
-Fua, estaban riquísimos.-dije.-
-La verdad que sí, así da gusto comer canelones.
-¿Vamos a bañarnos?
-Sí, déjame agarrar ropa.
-No, vamos así, después de te vestís acá.
Sin dejarla agarrar ropa, la llevé en mis brazos al baño, no quería perder tiempo.
En la ducha volvimos a hacer el amor, disfrutaba mucho el estar con ella.

Espero que les guste.

domingo, 2 de julio de 2017

Capítulo 71

Ya íbamos cinco días en Punta, y para ser sincero, estaba pasando bien pero podría pasar mejor.
¿Por que esto? Porque últimamente nos vivíamos peleando con Paula por cualquier pavada, y sinceramente me estaba hartando un poco; todo era un problema, a todo le encontraba un pero.
Empezando por el tema de la valija, que gracias a Dios la habían encontrado, siguiendo por mis celos por su bikini, y así con varias cosas más.
Había un chaboncito que parecía estar atrás de Paula, minuto que Pau quedaba sola, minuto que el pibe aprovechaba, y Paula que no le ponía los puntos. Por otro lado, estaba el tema de la formalización, ella algunos días estaba re embalada, y me permitía todo, y otros me decía que no tenía derecho para quejarme ni celarla; quería terminar con todo este tema, aunque no sabía bien como hacer.
Nos encontrábamos en la playa,-un poco peleados, vale aclarar-cuando se me ocurrió una idea
-Mi amor.-le dije.-
-¿Que pasa Pepe?-me dijo mientras se ponía de frente para que el sol le diera en su parte delantera.-
-¿Salimos a cenar hoy?
-¿De nuevo? Últimamente salimos a cenar todos los días Pepito.
-¿Y?
-Hay que guardar plata.
-Dale eu, pago yo.
-No va en quién, sino que llevamos cuatros días acá y hace tres que salimos a cenar.
-Vinimos a disfrutar, que importa la plata.
-Vos decís así y hay un montón de gente que no tiene plata.
-Pau.
-¿Qué?-me dijo de mal modo, de verdad esto ya me estaba hartando.-
-Nada, deja. Seguí tomando sol mejor.
-Pedro.
-¿Qué?
-Decime, dale.
-No, ya está. Me voy al hotel, después hablamos.-tomé mi toallón, mis cosas y me fui, si seguía ahí seguiríamos peleando y sinceramente, no tenía ganas.-
La tardecita llegó y  Paula volvió al hotel.
-Al fin apareces.-le dije.-
-No jodas.
-¿Podes dejar de enojarte por todo? Madura un poco Paula.
-Habló el que se fue de la playa por no bancarse una opinión.
-Me tenes harto.
-Si tan harto te tengo ya sabes qué hacer.
-¿Irme?-la vi asentir-Lamento decirte que pienso quedarme las dos semanas acá, una lástima. 
-Sos un pendejo.
-Gracias, vos también y nadie te dice nada.
-¿Te das cuenta que lo único que hacemos hace días es pelear? Ya me cansé.
-Siempre fuimos así, no sé que te sorprendes.
-No sé si esto va a funcionar Pedro.
-Lo escuché mil veces eso, y seguimos acá.
-Y seguimos acá peleándonos todos los días, no le hace bien a ninguno de los dos.
-¿Me queres dejar?
-No diga pavadas, ¿queres?
-Yo no digo pavadas, digo lo que vos me das a entender.
-Si tanto queres que dejemos esto acá, lo dejamos.
-Ahora sos vos la que dice pavadas.
-Uff.. Basta, me cansé, de verdad.
-Pero decís que quiero dejar todo acá, cuando ¿sabes qué?
-¿Qué?
-Quiero formalizar esto.
-¿Qué me queres decir con eso?
-Paula.
-¿Qué?
-¿Queres ser mi novia?

Espero que les guste. Volví (?

jueves, 25 de mayo de 2017

Capítulo 70

Llegamos al hotel y lo primero que hizo Paula fue ir al baño, a ver cómo era; típico de mujer.
-No sabes lo que es el baño.
-¿Muy grande?-dije mientras la tomaba de la cintura acercándola a mi.-
-Es hermoso, y el jacuzzi que tiene más, aunque..-me dijo mientras rodeaba mi cuello con sus brazos.-
-¿Aunque?
-Más lindo debe ser usarlo contigo.
-Me interesa esa idea, y podemos comprobarlo, pero no ahora.-me miró raro.-No señorita, ahora vamos a ir a la playa, ya va a haber tiempo de aprovechar el jacuzzi.
-Pero...
-¿Pero?
-No sé si recordas, pero no tengo traje de baño.
-Malla Paula, malla.
-Traje de baño Pedro.
-No.
-Si.
-No.
-Si y basta, necesito un traje de baño para ir a la playa.-me miró de forma pícara y entendí todo a la perfección.-
-Eso quiere decir, ¿que voy a pasar mi primer día en Punta del Este en un shopping?-dije con un poco de sufrimiento.-
-Por lo menos para comprarme algunas cositas, a no ser que quieras que esté en bolas en la playa, y que salga así a todos lados.
-Ufff... menos mal que en el avión te dije que no pensaba estar todo un día encerrado en un shopping viendo cómo comprabas ropa.
-Es por una causa de fuerza mayor.
-Les voy a hacer una denuncia a los de la compañía de viajes.
-Ni que fuera un martirio ir al shopping a comprar ropa Pedro.
-Lo es, para mí lo es. Porque eso significa pasarme diez horas en mil locales diferentes contigo eligiendo y probándote mil quinientas cosas distintas.
-Sos un exagerado amor.
-Te juro que iría solo para contar cuanto tiempo estamos ahí adentro y para que veas que no exagero. Pero seguro por llevarme la contra no demoras casi nada.
-Que malo.-me pegó en el pecho.-
-Re malo, te quiero bonita.-nos dimos un beso dulce.-
-Te quiero.-me dio otro beso y al separarnos juntamos nuestras frentes.-Gracias por invitarme a venir y querer compartir unas vacaciones conmigo.
-Gracias a vos por aceptar venir.
-Ahora vamos al shopping, prometo comprar solo el traje de baño.
-Que facilidad para arruinar el momento.-me reí y ella me pego en el pecho de nuevo.-Violenta, te voy a denunciar. Dale vamos.
Pau tomó la cartera que por suerte no había dejado adentro de la valija, ya que tenía todos los documentos; y emprendimos camino al Punta Shopping, esperaba que cumpliera con su palabra.
-Es muy chiquita Pau.-le dije cuando me mostró una de las mallas que había elegido.-
-Pero me gusta, ¿o me queda mal?
-Te queda perfecta, pero es muy chiquita.
-Uff... ¿ves que sos vos el que me hace demorar?
-Mejor cállate y probate la otra.-era la décima allá que se probaba más o menos.-Esa si me gusta.-le dije cuando salió a mostrarme la última.-
-A mí me gusta más la anterior.
-¿Para que me preguntas si vas a comprar lo que queres al final?
-Para una segunda opinión.
-Cámbiate y vamos, dale.
Al final se terminó comprando las dos ultimas.. lo que iba a sufrir cuando usara la penúltima, era demasiado chica.
-Cambia esa cara Pedro, tampoco se murió alguien por una malla.
-Es muy chica y te van a mirar todos.
-No me va a mirar nadie, no exageres.
-Te van a mirar si y pensar cualquier cosa.
-Y el que duerme conmigo y hace las cosas esas conmigo sos vos.

martes, 23 de mayo de 2017

Capítulo 69

-Pepe dale que vamos a perder el vuelo.-dijo apurándome mientras agarraba la valija del taxi.-
-¿Podes relajarte?-dije tomándola de la mano.-
-Vamos a perder el vuelo.
-Estamos bien de hora, cálmate y relájate, que para eso hacemos el viaje.
Con Paula más relajada fuimos a hacer el check-in, y rápidamente subimos al avión para emprender camino hacia unas vacaciones que prometían ser soñadas.
-Pau...-dije.-
-¿Qué pasa amor?
-Me da miedo.
-¿Qué cosa?
-El avión.
-No es nada Pepe.
-Tengo miedo a las alturas.
-¿Queres dejarme de ese lado?-preguntó ya que yo me sentaba en la ventana.-
-Por favor.-le supliqué, de verdad odiaba los vuelos.-
Por el auto parlante anunciaron que estábamos por despegar, y que prendiéramos nuestros cinturones; yo luego de hacer todo eso, tomé la mano de Paula y escondí mi cabeza en su cuello.
-Pepe... amor...-escuché que me llamaba de lejos.-
-¿Qué pasó?
-Te dormiste.-me tiró el pelo para atrás.-Desabrochate el cinturón así bajamos, dale.
-¿Tan rápido?
-Sí Pepe.
Desabroché mi cinturón y me paré tomando de la mano a Pau, para así ir a buscar nuestras valijas.
-No está mi valija.-dijo Pau, después de un rato.-
-¿Cómo que no? ¿Estás segura?
-Si Pepe, estoy segura, a ver, espérame que voy a preguntar.
-Te acompaño.
-Disculpe.-le habló Paula a uno de los chicos de aeropuerto.-
-¿Si?
-Mi valija no está.
-Espérela, ya va a aparecer en la cinta.
-Ya retiraron todas y la cinta no se mueve más.
-A ver, espéreme acá, que voy a averiguar.
-Que ortiva que es.-dijo Pau enojada.-
-Por lo menos te fue a averiguar amor.
-Sí, después de tratarme como loca.
-Y... un poco loca estás.
-No.
-Sí, acéptalo.
-No estoy loca.
-Si lo estás.
-Bueno, puede ser.
-Mmm... puede ser no, lo estás.
-Por vos.
-Es lo que produzco en las personas, sobre todo en las chicas.
-Hacete el canchero nomas vos.
-¿Te da celos?
-Seguí haciéndote el canchero, que te va a ir mal.
-Deja de meter falacias.
-Pedro, no estás bien.
-Lo leí en un librito.
-Mejor cállate.
-No quiero.
-Cállate.
-Cállame.-la desafié, y lo hizo, me besó.-Mmm.. que linda forma de callar a la gente, espero que solo conmigo la uses.
-Tarado.-me pegó en el hombro.-
-Agresiva.
-Disculpen, no hay más valijas, si puede déjeme un teléfono, su nacionalidad y su nombre completo que vamos a comunicarnos con los gerentes en su país a ver cómo solucionamos esto.
-¿Me está queriendo decir que perdieron mi valija?
-Puede que esté en otro vuelo, y en caso de que así sea, nosotros acá no tenemos la culpa; en todo caso la tiene la gente de su país.
Paula le dio los datos al señor, quien amablemente quedó en comunicarse con ella ante cualquier novedad.
-Que linda forma de empezar las vacaciones, perdiendo la valija.-dijo Pau visiblemente de mal humor.-
-Ya va a aparecer amor.
-¿Y mientras tanto? ¿Voy así vestida con la misma ropa todos los días?
-Tranquilízate, alguna salida vamos a encontrarle, y la valija va a aparecer.

Espero les guste.

Capítulo 68

-Amor, dale.-le dije cuando ingresó nuevamente al cuarto.-
-¿Qué queres?
-Que me perdones.
-Ya está Pedro, ya te perdoné.-dijo mientras se acostaba.-
-Vamos a comer entonces.
-No tengo ganas, quiero dormir. ¿Te cuesta mucho entenderlo?
-¿Ves? 
-¿Qué?-revoleó los ojos.-
-Seguís enojada.-le dije y volvió a revolear los ojos.-Deja de revolear los ojos como si estuviera diciendo estupideces.
-Estoy de mal humor, nada más. Quiero dormir.
-Tenes que comer.
-Pedro; si no te vas a comer, y me dejas en paz, me voy a mi casa.
-No podes ser más caprichosa.-le dije ya enojado.-
-¿Sí? Genial, si no te gusta estar con caprichosas avísame que se por donde irme; de paso hago real tu deseo de no estar con nadie.
-Paula.
-Paula, ¿qué? ¿Me equivoco acaso? Todo el tiempo tenes que estar recalcando que no estamos de novios, por algo será.
-Paula por favor.
-¿Me dejas dormir?
-Me cansaste, que descanses.-me fui dando un portazo del cuarto.-
Embalado me fui a la cocina a buscar la comida para alimentarme, ella no quería comer, bien; pero yo estaba muerto de hambre y no iba a dejar de comer por una pendeja inmadura.
Cuando mi plato ya estaba vacío, lo llevé a la cocina, lo lavé y me quedé mirando un poco de tele un rato. Estaba arrepentido de como había tratado a Paula, pero también seguía enojado, y si iba al cuarto iba a ser para que la pelea creciera, y no quería.
No sé cuánto tiempo había pasado, pero los ojos se me cerraban, así que apagué, y cerré todo, y me fui a dormir. Al entrar al cuarto pude ver cómo Paula intentó ocultar sus lágrimas e intentó hacerse la dormida, eso fue el quiebre para que la vaya a abrazar y pedir perdón, no podía verla llorar; y menos sabiendo que era por mi culpa.
-Pau.. perdóname, ¿si? A veces hablo sin pensar, y sé que está mal, porque lastimo a mucha gente, en este caso sos vos. No necesito de un título para sentirme tu novio, para saber que estoy contigo, para quererte. De verdad, sos mucho más de lo que alguna vez pude imaginar que una mujer iba a ser en mi vida, no sabes lo que te quiero, no sabes lo bien que me haces; sos mi cable a tierra, necesito que estés ahí, sos la única capaz de hacerme ver cómo son las cosas, de lograr que encuentre otra salida. Pau vos en parte me salvaste, me sacaste de los pozos en los que caía en mis peores momentos, estuviste ahí siempre, y yo te lo devuelvo así, haciéndote mal, haciéndote llorar. Perdóname.-le dije esto último y sentí como se abrazó a mí llorando más.-Para de llorar por favor que me hace sentir la peor basura del mundo.
-Te quiero mucho, y perdóname vos a mi. Sé que no quisiste dar a entender eso, y que mucho menos dudas de lo que sentís. Yo tampoco necesito un rótulo para sentirme novia, para saber lo que te quiero; para estar ahí cuando me necesites. Estuve a punto de arruinar todo con un enojo estupido. Siempre, siempre voy a estar, sea la relación que sea, eso sábelo. Te quiero mucho.-dijo esto último y me besó.-
Mientras nos besábamos sequé sus lágrimas, o eso intenté, ya que estas seguían cayendo.
-Cálmate mi amor, te va a hacer mal, después vas a andar con dolor de cabeza.
-¿Me prometes que no me vas a dejar de querer aunque sea una caprichosa que se queja por todo y a todo le busca un problema?
-Caprichosa, llorona, enojona, loca, chueca, te voy a querer siempre, no me voy a ir de tu vida por nada del mundo, ni aunque me pegues una patada en el orto y me mandes volando hasta china.-sonreímos los dos.-
-¿Siempre juntos?-unimos nuestras frentes.-
-Siempre juntos, pase lo que pase.-sellamos estas palabras con un dulce beso.-

Espero les guste.

sábado, 13 de mayo de 2017

Capítulo 67

-Pedro, te pedí que eligieras la ropa mínimo.-me dijo Paula con cara de pocos amigos al ver que ni una remera había sacado todavía del ropero.-
-Es que no me decido.
-Sos peor que una mina, no podes.
-Puedo, y acá tenes la prueba de que puedo.
-A ver, lo principal, short de play, remeras, algún buzo de abrigo o campera, ropa interior, toalla, camisa. No es tan complicado.
-¿Camisa?-para qué quería una camisa en la playa.-
-Si.
-¿Para que quiero una camisa si vamos a estar en la playa?
-Algún día vamos a salir a comer, me imagino.
-¿Pero de camisa?
-No sabes lo lindo que quedan los hombres de camisa.
-No, no lo sé porque me parece una prenda horrorosa.
-¿Nunca te pusiste una camisa?
-En el colegio nada más.-levanté los hombros.-
-Y cuando ibas a cenar con tu ex, ¿qué usabas?
-Ropa.
-Que gracioso.
-Usaba remeras con jean, no hay necesidad de camisa.
-A partir de ahora, y mientras estés conmigo vas a usarla.
-Osea que todavía puedo no usarla porque no estoy contigo.
-¿Eh?-dijo y caí en lo que había dicho.-
-Pensé que hablabas de noviazgo.-no sabía como arreglarla.-
-No pienses mejor, y ayúdame con esto.
-Perdón.-bese su cuello.-
-¿Esta remera te gusta?-dijo ignorando lo que yo le había dicho.-
-Me da lo mismo. Perdóname.
-Ya está Pedro, ayúdame que me quiero acostar temprano.-dijo visiblemente enojada.-
-Deja yo lo hago.
-No, no lo vas a hacer. Hace dos horas me fui y te pedí que lo hicieras, ¿lo hiciste? No.
-Cálmate.
-Ayúdame y me calmo.
-No podes enojarte así.
-Puedo, y es más, ayúdame porque te juro que no viajo nada.
-No empieces.
-¿Que no empiece?
-Fue un error.
-No podes equivocarte en algo así, y no es la primera vez.
-Pau.
-¿Dónde pusiste la valija?-me evitó.-
-¿Podemos hablar?
-¿Me podes responder lo que te pregunté?
-En el escritorio, ahora te la traigo.-dije y me fui a buscarla.-Acá está.
-Déjala en la cama, y fíjate si eso que te saqué te gusta.
Hice lo que me pidió, y automáticamente empecé a guardar la ropa sin que ella me lo pidiera; tenía que sumar puntos, porque había restado mil.
A veces me iba de boca y decía cosas que no quería decir, como por ejemplo ahora.
-Listo, supongo que con eso vas a estar bien, y sino, compras allá lo que te haga falta.-dijo cerrando el ropero y la valija.-Ahora si me permitís, me voy a cambiar y acostar.
-¿No vas a comer?
-No.
-Pau.
-No tengo hambre, no jodas.-y sentí como cerró la puerta del baño, esto iba a estar complicado.-

Espero les guste.

martes, 9 de mayo de 2017

Capítulo 66

-Pepe..-dijo mi nombre tirándome el pelo para atrás.-
-¿Paupi?
-Tengo que ir a casa.
-No, no te vayas.-la abracé fuerte, aún nos encontrábamos acostados.-
-Pero nos vamos mañana y ni siquiera tengo la valija hecha.
-Y yo tampoco.
-Dale Pepe.
-No, no quiero.
-Dale.
-No.
-Pedro, me voy a enojar.
-Enójate, pero de acá no te vas.
-Dale, si queres después vuelvo.
-¿Me ayudas con la valija?-le hice puchero.-
-No sé cómo hacías cuando estabas solo.
-Me la hacía Mateo o mamá.-me reí.-
-Sos un vago Pedro. No siempre vas a tener quien te la haga.
-Es que nunca sé que llevar, o sino no me cierra.
-Porque pones todo como si fuera una pelota, es obvio que así no te va a cerrar Pedro.
-Deja de retarme.
-No te estoy retando, pero si fueras más prolijo y doblarás la ropa te entraría todo.
-Me da pereza doblar, si después lo voy a usar y se va a desdoblar.
-Pero es cuestión de orden, no de que lo uses. Igual que tu cama, nunca la haces.
-¿Para que la voy a hacer si después voy a deshacerla cuando me acueste?
-¿Para que cuando yo llegue este hecha?
-¿Te molesta que te espere con la cama deshecha?
-Y... no es muy cómodo que digamos.
-Si no quiero las sabanas.
-¿No?
-La cama contigo la uso para otras cosas, donde no la necesito hecha.
-Cállate y soltame mejor así me voy a armar la valija. 
-¿Me prometes que después volves?
-Si, si quedamos en ir juntos al aeropuerto Pepito.
-¿Y si te acompaño?
-No, vos te vas a quedar acá, seleccionando que ropa queres llevarte.
-Pero..
-Pero nada.. así hacemos más rápido.
-No quiero.
-Entonces no vuelvo.
-No te vas entonces.
-Dale, no te pongas en caprichoso.
-No me pongo en caprichoso, pero es que quiero estar contigo.
-Vamos a estar dos semanas juntos y solos, es un ratito que me voy a casa. Dale mi amor.
-No.
-Pepe.-me besó la mejilla.-
-No me vas a convencer.
-Dale, por favor. Vas a hacer que me enoje.
-Chinchuda.
-Re.-besó mi nariz.-
-¿Lo haces rápido?
-Si, cuando menos lo esperes voy a estar acá de nuevo.
-Está bien, pero apúrate. Tenes una hora.
-Una hora no me da para armar una valija para dos semanas.
-Bueno, manéjate.
-Dos horas.
-Una.
-Dos.
-Una.
-Dos, o no vuelvo.
-Pero..
-Pero nada, dale Pepe.
-Está bien, anda.-le di un suave beso en los labios y la solté, liberándola.-
-Te quiero.-me dio un piquito y se levantó para tomar su ropa e ir al baño.-
Cuando se fue, la sensación que había tenido el día anterior volvió, pero no tenía que dejar que me ganara, tenía que enfrentarlo.
Camila en algún momento se iba a terminar enterando, y lo que más temía es que se enojara conmigo, ya que yo lo sabia, y no se lo iba a decir. Era consciente de lo que ella quería a Mateo. 
Solo esperaba que cuando se enterara no se sintiera muy mal.
Tenía que ordenar la valija, y no sabia ni dónde empezar, ni que llevar. Cuando decía que odiaba armar valijas, era en serio. 
Me senté en la cama con el ropero abierto y empecé a vagar con la mirada... hasta que me llegó un mensaje: "Espero que estés por lo menos eligiendo la ropa, sino me voy a enojar cuando llegue." Claramente, era Paula.

Espero que les guste... Gracias por leer

viernes, 5 de mayo de 2017

Capítulo 65

-Mira todo lo que cocinaste para la merienda Pepe, me haces engordar.-dijo riendo al ver la cantidad de panqueques que me habían salido.-
-Mentira, no te quiero engordar.
-Sí, encima ahora nos vamos de vacaciones. Entre Navidad, fin de año, vacaciones, cuando vuelva me interno en el gimnasio.
-No seas exagerada Pauli.
-Pero es que si, no pare de comer boludo.-reímos.-
-Siempre tan exagerada vos.
-Déjame estupido.-me dijo divertida.-Comamos.-y la miré.-No me dejas ser gorda en paz.-volvimos a reír.-
-Vos sola te quejas, y encima sos un palo.
-¿No te gusta?
-Nadie dijo que no.
-Te gustan las gordas ahora, por eso me queres engordar y...
-Me gustas vos.-le dije callándola.-
-Te quiero.-me besó dulcemente.-
-Yo también te quiero Paupi.
-¿Estás mejor?
-Sí, gracias a vos.
-No tienes que agradecer.-acarició mi pelo.-
-Sí, por estar, por bancarme, por ser mi cable a tierra.
-Te quiero mucho, mucho, y siempre voy a estar, para lo que sea.
-Te quiero, y de verdad agradezco que hayas aparecido en mi vida, apareciste en el momento indicado para salvarme. No dudes que yo también voy a estar para lo que necesites, sea la situación en que estemos, seamos novios, amigos, estemos peleados o no. Siempre.-le tome la cara y la besé profundamente.-
Después de esa charla, seguimos comiendo los panqueques entre mimos y algún que otro beso.
Definitivamente, me hacía bien. Lograba cambiar mi humor, lograba desconectarme, no le mentía al decir que era mi cable a tierra.
-Pepe, ¿seguro que estás mejor? Estás re colgado.
-Perdón mi amor, estaba pensando.
-¿Eh?-dijo sonriéndome al ver las palabras que había utilizado.-
-¿Que pasa?
-¿Que dijiste?
-¿Mi amor?-asintió sonriendo.-Sos mi amor, ¿te molesta que te diga así?
-No, al contrario, me encanta.-nos fundimos en un beso.-
-¿Queres mirar una peli en la cama?
-Mmm... ¿con pochoclos?
-No hay.
-Pero...
-¿Qué pasa?
-Película sin pochoclo no es película, ya te lo dije mil veces.-me reí.-
-Mañana se te van a notar los rollitos de todo lo que comiste.
-Pedrooooooo no me podes bajar él autoestima así.
-Te quiero.-dije riéndome ante su reacción.-
-Ti quiri.-dijo enojada.-
-Ay ella, se enoja.-dije jodiendola mientras le hacía cosquillas.-
-No, cosquillas no.-mientras se retorcía de la risa.-
-No me hagas burla entonces enojona.
-Vos sos el que me está peleando desde hoy, malo.
-Ah, ¿soy malo?
-Sí.
-¿Muy malo?-dije volviéndole a hacer cosquillas.-
-Demasiado.-me desafió.-
-Ah, ¿si?
-Si. Basta salí Pedro.-río.-
-¿Queres tregua?
-Sí.
-Pedime perdón entonces.
-¿Perdón?
-Si, te perdono. Vamos a ver la película.
-No, ahora no quiero.
-Siempre tan histérica vos.
-¿Te levantaste peleador hoy? No dejas de darme palo.
-Y vos susceptible, quiero acostarme contigo.
-Atrevido.
-Mal pensada.
-Vos lo dijiste.
-No. Yo dije que me quería acostar con vos, pero no dije en ese sentido, vos lo tomaste solita. Igual....-me acerqué a su cuello.-
-¿Qué?
-Podríamos seguir tu idea.-le dije en el oído.-
-¿Que idea?
-No te hagas la boba.
-Yo no me hago nada.
-Mmm...
-Bobo.-terminó de decir eso, y empezó el beso, que dio desenlace a todo lo demás.-

Espero que les guste...

sábado, 29 de abril de 2017

Capítulo 64

Cuando me desperté aún seguía con esa rara y fea sensación en mi pecho. Necesitaba hacer algo para sacar eso de mi cuerpo, de mi mente.
Me fui a mi casa, luego de ordenar el cuarto donde había dormido y al llegar le mandé mensaje a Paula, era la única persona que podía lograr calmarme.
-"Paupi, si podes veni, te necesito."
Su respuesta por suerte no se hizo esperar, demoro tan solo unos segundos en responder: "Pepe, ¿qué pasó? Salgo del súper directo para ahí."
Decidí darme un baño, relajarme, estaba demasiado pasado de revoluciones.
-Pepe, ¿qué pasó?-me preguntó Paula mientras me abrazaba, yo me largue a llorar como un nene.-Eu, vení, vamos a sentarnos.
Creo que estaba descargando todo lo que tenía guardado, con Pau era una de las pocas personas con las que me permitía sentirme así de vulnerable, sabia que no tenía por qué avergonzarme.
-Gordito, ¿estás mejor?-me preguntó mientras acariciaba mi pelo.-
-Gracias.
-No tenes que agradecer, ¿qué pasó?
-Ayer me dieron una carta, que Mateo me había escrito.-vi como me miraba sin entender.-No sé cómo reaccionar todavía ante lo que leí, mi mejor amigo, el que yo consideraba hermano, diciéndome que se cortaba, diciéndome que le gustaban los hombres, pero aún así, seguía con mi hermana.
-Pepe...
-Tranquila, sé que no debes ni saber que decir, y te entiendo, porque yo estoy así, no sé qué pensar, no sé cómo reaccionar. De solo pensar que si mi hermana se entera de eso le rompería el corazón; me dan ganas de revivirlo y matarlo, pero no, es mi amigo, y lo entiendo en parte. Por otro lado, me vivía diciendo cosas a mi, y terminó haciéndose lo mismo, y yo no estuve ahí para impedírselo, para hacerlo entrar en razón.-volví a estallar en llanto.-
-Ya está Pepe, ya pasó, no podes cambiar el pasado.
-Pero no es eso Paula, ya sé que no puedo cambiar el pasado. Si lo pudiera cambiar, mi amigo no estaría muerto.-dije enojado.-
-Para un poco.-y si, se enojó ella también.-Lo de Camila, si se entera, se entera. Vos no tenes porqué decírselo, ni porqué ocultárselo, porque si se entera que vos lo sabías, ahí si, va a estar mal y peor, se va a enojar contigo; y dudo que quieras eso. Yendo a lo otro, ¿vos te cortabas?-ante lo último que dijo, me di cuenta de que le había confesado eso.-
-Ya sé, pero es mi hermanita, se va a terminar enterando tarde o temprano.-esquivé su pregunta.-
-Pedro.
-¿Qué?
-Mírame a los ojos y respóndeme, ¿vos te cortabas?-agarró mi cara entre sus manos y me obligó a mirarla.-No tenes que tener vergüenza conmigo.
-Sí, cuando era más chico.
-¿Por qué lo hacías? No era salida de nada.
-Ya lo sé, pero lo hacía, simple como eso.-si había cosas que odiaba era que me preguntarán sobre eso.-
-No es respuesta eso Pedro.
-No me gusta hablar de esto. 
-Quiero ayudarte.
-Es algo del pasado.
-¿Me vas a decir que en momentos así no te dan ganas de hacerlo de nuevo?-golpe bajo, muy bajo.-Eso no queda en el pasado.
-Paula, si vas a hablar de esto, sabes dónde está la puerta.
-Uff... a ver, cambiemos de tema entonces. ¿Queres que cocinemos algo?
-No tengo hambre.
-Tenes que comer, mañana nos vamos, dale, cámbiame la carita.-dijo mientras me daba besos en el cuello.-
-Dale, vamos.-dije al tiempo que me levantaba y la tomaba de las manos para que ella también se pare.-
-¿Torta? ¿Almuerzo?
-¿Vos ya almorzaste?
-Sí, pero puedo comer de nuevo contigo.
-Mmm... prefiero hacer algo de merienda.
-Pero tenes que alimentarte.
-Algo de merienda, después cenamos bien y mañana, sabes cómo voy a comer en punta.-la agarre de la cintura y diciéndole esto último en el oído, logrando producirle escalofríos.- 

Volví, ahr. Espero que les guste. 

lunes, 17 de abril de 2017

Capítulo 63

"Se me hace un poco difícil esto, pero creo que es hora de que lo sepas. Sé que por ahí, la pelea me sirvió para darme cuenta de que tengo que confiar en vos, digo, sos mi mejor amigo; y no tengo que porqué andar ocultándote cosas. Sincerándome, debo decir que últimamente no la estoy pasando bien. Hay cosas que tenes que saber, que mereces saber. Quizá lo tomes bien, como quizá lo tomes mal y no me quieras hablar, ni ver; espero que lo tomes bien, ya que sos alguien importante en mi vida, como un hermano para mi.
Hoy me preguntabas que eran las marcas de mi muñeca, y la realidad es que, no son arañazos de gatos, ni de Loli, mi perrita, tampoco se rompió ningún vidrio por error, esas marcas son cortaduras, si, hechas por mi. Llegó un momento que no aguanté más, sé que está mal, pero no encontraba otra salida, he llegado a hacerlo con el deseo de desaparecer, de no tener que aguantar algunas cosas. Te preguntarás desde cuando pasa esto, y la simple respuesta es, desde hace unos meses. Hay otra cosa que no sabes, puede que me juzgues, y te entiendo, pero... me siento atraído por los hombres, no es necesario decir ni por qué... También soy consciente de que me vas a odiar por el simple hecho de saber que estaba en algo con Camila, y no sentía nada por ella. La culpa... otro de los factores por los cuales me autolastimaba, ni ella ni vos merecen esto que yo hago.
No te pido que me entiendas, ni que no me odies, solo merecías saberlo. 
Sinceramente, no me daba para decirte todo esto en la cara, de la sola vergüenza que me da decirlo. 
Te quiero, y te siento un hermano, te lo repito. Espero que cuando leas esto, y tomes una decisión, te acuerdes de todo lo que vivimos juntos; si decidís no hablarme, lo voy a entender, aunque espero que sea lo contrario, porque si sigo acá, es gracias a vos, gracias a nuestra amistad.
Te quiero. 

Mateo."

Sinceramente no podía asimilar todo lo que había leído, no sabía si quererlo, si odiarlo, no sabía qué hacer. Técnicamente había usado a mi hermana este tiempo, y eso no lo perdonaba, yo lo sentía igual que él a mí, como un hermano, pero jugó y uso a mi hermana,  me sentía traicionado por mi propio amigo, ni siquiera sentía la necesidad de llamarlo amigo. Me sentía dolido, defraudado, con él y conmigo, por no haberme dado cuenta; mi mejor amigo se había intentado suicidar y yo ni me había percatado.
Tiré la carta a un costado y me puse a llorar como un nene, no podía comprender lo que pasaba. ¿Por qué  nunca había llegado a darme esa carta? ¿Por qué no había tenido la confianza de decírmelo cara a cara?
¿Por qué tantas vueltas para confiarme que le gustaban los hombres? Lo de las cortaduras en parte se lo entendía, porque en un pasado lo había hecho, y la vergüenza que me daba admitirlo, era increíble, pero decirme que sentía atracción por los hombres, sabia que era abierto; que no lo iba a juzgar.
Aunque... nunca iba a encontrar las respuestas a esas preguntas.
Tampoco podía pegarle como tenía ganas por haber "usado" a mi hermana; de lo único que estaba seguro, era que Camila no tenía que enterarse de eso, ni leer nunca ese papel, debería guardarlo bajo mil llaves. Estaba seguro de que eso le rompería el corazón, y no estaba al cien por ciento mentalmente, para que otra persona allegada a mi, esté peor de lo que ya está.
Las ganas de volver a mi forma de ser del pasado me
invadieron, pero era consciente de que eso estaba mal, no podía defraudar a mi familia, y tampoco me podía defraudar a mi, más de lo que ya lo había hecho.
Tenía que aferrarme al recuerdo de Mateo, a él tampoco le gustaba, es por eso que tampoco entendía cómo había llegado a ese punto de autolesionarse él  también. Por suerte, reaccioné antes de que fuera tarde, y tiré aquel objeto cortante lejos, y con bronca; no podía hacer esto, no otra vez.

Espero que les guste...

miércoles, 12 de abril de 2017

Capítulo 62

Creo que no llegué a leer ni dos palabras de lo que decía la carta, que apareció Camila en el cuarto de mis padres.
-Pepe, perdón que interrumpa, papá te necesita.
-¿Justo ahora?
-Sí, dale Pepe, no los quiero de mal humor.
-Ok, decile que ya voy.
-Ya.
-Uff que pesados.-me levanté, guardé la carta en el bolsillo de mi jean y fui a donde estaba mi padre.-Pa, ¿qué pasó?
-Necesito que con tu hermano pongan la otra mesa, porque estás dos no nos dan, calculamos mal.
-Bueno, ¿mantel le pido a mamá?
-Y si Pepe.
-Cabeza, ayúdame con la mesa del quincho.-le pedí a Hernán, quien estaba hablando animadamente con Martina.-
-Pedile a Lucas.
-Dale tarado, ayúdame.
-No jodas.
-Uy que pendejo que sos.-le dije visiblemente enojado.-
-Lucas, ¿me ayudas con la mesa del quincho? Por favor.
-Pedile a Hernán.
-No quiere. Ayúdame dale, no hagas que papá se enoje. No te cuesta nada.
-Y a Hernán tampoco, siempre somos nosotros los que tenemos que hacer las cosas.
-Hoy te pido no pelear, y que me ayudes. Por favor.
-Dale, vamos, pero esta no se la voy a perdonar.
-Deja de querer pelear Lucas.-me reí, no podían llevarse tan mal.-
Pusimos la mesa del quincho junto a las otras dos mesas que estaban en el patio, pusimos los manteles y después él se fue con mis primos y yo con Camila.
-Estupida.-le pegué en la cabeza.-
-Siempre tan amoroso vos.
-¿Viste?
-Sí. ¿Se puede saber que estabas leyendo cuando entré al cuarto?
-No, no se puede saber.
-Creí que había confianza.
-Después de que lo lea yo, te cuento.
-Más te vale. Contame de tu vida amorosa.
-Me voy a Punta del Este.
-¿QUÉ?-gritó.-¿Por qué? A mí nunca me llevaste y a ella si, una vez que me estaba cayendo bien.-dijo enojada, y yo estallé en carcajadas.-
-No podes ser tan celosa Camila.
-Ni siquiera es tu novia.
-Por ahora. Cuando vuelva nos vamos a algún lado, te doy tiempo de juntar plata.
-No, no quiero.
-Que caprichosa sos, Dios.
-Jodete, es lo que te tocó. Sacando esto, me está cayendo bien la pendeja.
-Y vos que la odiabas.
-No quería que te lastimara.
-Tranquila y gracias por cuidarme siempre. Te amo Camilita, a pesar de toda pelea.
-Ay que asqueroso, te tiraría agua para que dejes lo cursi. ¿Qué hicieron con mi hermano?
-Te odio.
-Gracias, pensé que te había perdido.-nos reímos y nos fundimos en un abrazo.-
-¡A comer!-gritó mi padre.-
No había nada más lindo que pasar las fiestas en familia, con amigos; estas fechas no las cambiaba por nada. Se sentía la ausencia de algunos, pero indirectamente sabíamos que estaban; en cada costumbre adoptada, en cada anécdota, en cada recuerdo y mente de cada uno.
Un Año Nuevo entraba, deseos de buenas cosas venían, deseos de felicidad y no más pérdidas de personas importantes también.
Esperar que sea un buen año por sobre todas las cosas, para cada uno de los que estaba en esta mesa, y los que no, pero que indirectamente estaban ahí conmigo también.
Los saludos cálidos, los fuegos artificiales, el brindis, todo eso que hacían únicas las fiestas era algo que tampoco cambiaría nunca; ver la felicidad y el miedo de mi sobrina, la inocencia que tenía, era tan linda.
Después de saludar a todos, me separé un poco para pensar en él, en mi mejor amigo, quien estaba ahí presente, yo lo sentía presente, como en cada paso que daba en mi vida. El recuerdo rápido de todas las cosas vividas junto a él en tantos años, se me vinieron a la mente; hasta que mi celular indicando una llamada interrumpió.
-¡Feliz año!-escuché la voz alegre de Paula del otro lado.-
-Ey, feliz Año Nuevo gordita. ¿Cómo estás pasando?
-Bien, ¿vos? Tenes la voz medio rarita, muero por ir a darte un abrazo y un beso.
-Bien, me puse a recordar un poco. Ay lo que lo necesito. Te quiero sabes.
-Yo también Pepe, ahora te dejo así brindamos acá. ¿Te veo mañana?
-¿A la tarde?
-A la hora que sea, pero quiero verte.
-Mañana arreglamos bien, te quiero preciosa.-le dije con voz tierna, la quería tanto.-
-Te quiero Pepe, nos vemos.-nos despedimos y cortó.-
Cerca de las cinco de la mañana, comenzaron a retirarse todos, y luego de ordenar un poco, decidí ir me acostar, había sido un día agotador.
Cuando me saque el pantalón cayó un papel, sí, la carta; como por arte de magia, el sueño que tenía se fue, y la intriga me volvió a carcomer.
Me senté en la cama y comencé a leer.... "...."

Espero que les guste. 

martes, 11 de abril de 2017

Capítulo 61

Treinta y uno de diciembre, último día del año, ese día en el que se dejaba vía libre a todo tipo de recuerdo y pensamiento, día en el que el recuerdo de Mateo se hacía muchísimo más fuerte que en todos los demás.
Hoy vendrían a cenar los padres de Mateo, Marta y Mario, y su hermana, Martina con nosotros. Mis padres los habían invitado para que no pasaran solos, más allá de que ya era tradición pasar estas fechas con ellos; eran parte de la familia ya.
El día se pasó rápido entre el orden de la casa y los últimos arreglos para la comida; la tardecita llegó y con ella empezaron a llegar algunos de la familia, tíos, primos, entre otros.
-Pepe, ¿podes ir a comprar más leña? Por favor.-me preguntó mi padre.-
-Sí. Romi, ¿me acompañas?-le dije a mi sobrina, necesitaba compañía, y quién mejor que ella.-
-Si.-dijo entusiasmada.-
Con la más pequeña de la familia fui en busca de leña, y la verdad, agradecía haber ido con ella, lo que me había hecho reír todo el camino era impresionante.
Esa etapa de la vida si que era linda, esa etapa donde nada te importaba, donde los únicos problemas que tenías era caerte y rasparte las rodillas, o que se te rompiera un juguete. Esa etapa donde no entendías y eras feliz con tu propio mundo. Definitivamente, si pudiera darle un consejo a Romina era el no crecer, pero claro, era algo imposible.
Toda nuestra infancia vivimos engañados en un continuo "quiero crecer", "quiero ser grande"; veíamos a los adultos, y nos parecían increíbles, hasta a veces súper héroes, pero era todo mentira, una farsa; y ahora... quería volver a ser chico.
-Pepe... Pepe.. ¡Pedro!-sentí el grito de Hernán, mi hermano.-
-Ay, no grites boludo.
-Es que no me dabas corte.
-¿Qué pasó?
-Vení que llegaron los padres de Mateo.-dijo y fui rápidamente a saludarlos.-
-Hola, ¿cómo están?-dije mientras saludaba a uno por uno, dejando a Marta para el final, dándole un cálido abrazo.-
-Pedrito, como se puede, ¿vos?-me dijo Mario.-
-Y... acá andamos.
-Te trajimos algo que encontramos, que seguro quieras tener.
-¿Qué cosa?
-¿La tenes vos Martita?
-Sí, saludamos y te lo doy.
-Dale, pasen tranquilos, si quieren les dejo las cosas en el cuarto de mis padres.
-Ahora vamos nosotros, no te preocupes.
-Pepe, ¿le llevas esto a tu padre?
-Sí, dame.
Acompañé a los Suárez a saludar al resto de mi familia y le llevé a mi padre las pinzas de la parrilla que me había dado mi madre.
-Gracias hijo.
-¿Necesitas algo más?
-No, gracias.
-De nada.
-Pepito, vení, acompáñame a guardar esto, y de paso te doy lo que te dijimos.-me dijo Marta, y le hice caso.-Esto lo encontramos el otro día revisando algunas cosas de Mateo. Está sin leer, no sabemos por qué no te la dio, pero creemos que mereces leer lo que dice, y tenerla ya que es tuya.-me entregó una carta, y no entendía por qué Mateo me había escrito una.-
-Gracias, y sinceramente, no entiendo el por qué de una carta, pero claramente me encantaría leerla. 
-No tenes que agradecer, al contrario, yo tengo que agradecerte a vos y a tu familia por haber querido y cuidado tanto a Mateo en varias oportunidades.
-La verdad, que era un placer, así como él y ustedes me cuidaron a mí tantas veces.-me fundí en un abrazo.-Te quiero Martita.
-Yo a vos Pepe, de verdad, ya lo sabes, siempre te sentimos como un hijo más. Ahora, me voy y te dejo así lees la carta tranquilo.-y no me dejó responderle que ya estaba fuera de la habitación.-
Abrí el sobre y me encontré con una carta un poco larga, cosa que me intrigaba. ¿Por que Mateo me habría escrito una carta? ¿Qué me quería decir, que no tenía confianza para hacerlo cara a cara?
Dejé mis dudas y comencé a leer aquel papel...

Espero que les guste.

lunes, 10 de abril de 2017

Capítulo 60

-Al final prefería ir al shopping de compras, creo que iba a sufrir menos.-dije cuando salimos de la sala.-
-Sos un exagerado Pedro. ¿No te gustó la película?
-No, horrible, todos enanos celestes. Encima la sala estaba llena de nenes, y nosotros ahí.
-Exageras todo.
-Para peor, tenías que comer pop.
-Obvio nene, las películas se comen con pop, ¿qué te pensas?
-No se miran con pop, Romina nunca come pop cuando viene conmigo.
-Ay Pedro le estás arruinando la infancia a la pobre chica; falta que me digas que no miran dibujitos y te mato.
-Sí, eso si. Barbie, princesas, etc.
-Y conmigo no querías mirar los pitufos.
-Paula tenes casi veintiún años, ¿es broma?
-¿Qué tiene que ver? ¿No me pueden gustar los dibujitos?
-No.
-¿Quien dice?
-Yo. 
-Seguro si sale alguna película de dibujito de superhéroe de cabeza te tiras a mirarla.
-Para nada. ¿Quiere ir a Mc donalds la nena?
-Ay si.
-¿Cajita feliz?-le dije con tono burlón.-
-Ahora el gracioso sos vos, con tal de hacerte pasar vergüenza te juro que comería una cajita feliz.
-Ni se te ocurra.-la miré desafiante.-
-¿Y si lo hago?
-Te mato, cortita y al pie.
-Violento.
-Cállate, haceme el favor.
-Cállame.
-Deja de provocarme.
-No tengo ganas.
-Hoy realmente pareces una pendeja, aflójale.
-¿Qué pasa? ¿No te gustan las pendejas?
-No.
-Que lástima, porque yo soy una pendeja.
-Bien que en la cama no lo sos.-le dije en el oído, lo que le causó un escalofrío, y se alejó.-
-¡Pedro!
-¡Paula! Vamos dale.
Fuimos hasta el mc ubicado en la plaza de comidas del shopping, por suerte estaba dentro de todo vacío, ya que siempre que iba estaba repleto.
-¿Qué vas a comer?
-Una cajita feliz.
-Dale Paula, no estoy para chistes.
-Ey, mal humorado. ¿Qué te pasa?
-Nada.
-Deciselo a tu cara.
-Cara, cambia porque piensan que me pasa algo.
-Dale estupido.-se rió.-Quiero un doble cuarto.-
-¿Combo agrandado? ¿O te compro la hamburguesa y una coca, y te comes mis papas?
-Combo normal, más tus papas. 
-Bueno, anda a buscar asientos que yo compro.
-Toma.-dijo queriéndome dar plata.-
-Si piensas que vas a pagarte la comida estás equivocada, pagó yo.
-Pedro, los pasajes, el cine, y ahora la comida ¿también? No puedo permitir que pagues todo vos.
-Que lástima, porque voy a pagar yo.
-Ni que fueras mi novio para que me pagues todo.-largó visiblemente enojada.-
-Por ahora.-besé sus labios y la mandé nuevamente a buscar lugar.-

Corto pero ta. Espero les guste.

domingo, 9 de abril de 2017

Capítulo 59

-¿En serio?
-Sí, en serio. ¿Queres o no?
-Obvio que quiero, pero..
-¿Qué?
-¿Es real?
-Sí gorda, nos vamos a Punta del Este, por dos semanas.
-Ay te quiero mucho.-saltó sobre mí y me dio un beso apasionado mientras me abrazaba fuerte.-Quiero irme ya.
-Ansiosa, faltan unos días. Igual, tenía miedo.
-¿Miedo de qué?
-Que me dijeras que no.
-¿Por?
-Porque ni novios somos.
-No necesito tener el rótulo de novia, para irme de viaje contigo.
-Entonces, en unos días nos vamos solitos de vacaciones.-la abracé.-Gracias por aceptar.
-No tenes nada que agradecer, igual, no me gusta que gastes por mi, eso si me molesta, más si no somos novios.
-Shh... es un regalo, no necesito el rótulo de novios para hacerte regalos ni para pagar un viaje juntos. Si lo hago es porque puedo.
-Pero..
-Pero nada, te lo mereces y quise hacerlo.
-No sé si lo merezco, pero gracias de verdad.
-Te quiero mucho, y te mereces esto y más. Siempre.
-Te quiero Pepe, gracias por todo.
-Vuelvo a decirte, te lo mereces.
-Te quiero mucho.-dijo besándome.-
-Yo también te quiero bonita.-le dije para luego besarla nuevamente.-
Felices y hablando entre risas, terminamos de merendar.
-¿Queres mirar una película? ¿Ir al parque? ¿Shopping?-le pregunté después de llevar a la cocina las cosas utilizadas en la merienda.-
-Mmm... ¿vos que tenes ganas?
-Mientras sea contigo, cualquier cosa.
-Ir al shopping sería un castigo para vos, vayamos a ver alguna película.
-¿Cuál?
-Vemos allá, cuando lleguemos.
-Bueno, me cambio y vamos.
-Anda así, si estás re lindo.
-Mmm...-dude.-
-En serio.
-Bueno, vamos entonces.-tomé su mano y así fuimos al estacionamiento.-
El viaje fue tranquilo, en silencio, aunque este último no era incomodo sino cálido. Disfrutábamos el estar juntos, uno al lado del otro, disfrutábamos ese momento.
Cuando llegamos al shopping fuimos directamente al cine, a ver qué películas había.
-¿Que miramos? Mucho no hay para ver.
-Los Pitufos.-dijo Paula.-
-Estás loca, un no rotundo.
-Dale Pepe.
-Paula, ¿cuántos años tenes? ¿Dos?
-No seas malo.
-No Paula, y es mi última palabra. 
-Porfi.-me hizo ojitos, pero no me iba a convencer, bajo ningún término.- 
-No, para mirar estas películas vengo con mi sobrina.
-Pedro, dale.
-Pareces una nena caprichosa, no voy a mirar una película para nenes chicos.
-Sos malo.
-Sí, malísimo. Elegí otra cosa.
-No quiero mirar nada.-si, se había enojado. No podía ser tan caprichosa.-
-Paula.
-¿Qué?
-Dale, vinimos a pasarla bien.
-Pero quiero mirar los pitufos.
-Me terminas ganando por cansancio, primera y ultima vez que miramos una película para pendejos.
-Ay él, el grande. Estupido.
-¿Perdón?
-¿Qué?-preguntó haciéndose la inocente.-
-Repetí lo que dijiste.
-¿Yo? No dije nada.-se escudó riéndose.-
-Ahora te haces la graciosa, muy bien. 
-Gracias, ya sabía que hacía bien las cosas.
-Chistosa, vamos antes que me arrepienta.
Tal como le dije, fuimos a sacar las entradas, si, se había salido con la suya. La iba a sufrir, odiaba ese dibujito, mucho celeste, y encima eran muy idiotas los muñequitos; lo hacía porque la quería y porque era ella, eso estaba claro.
-¿Podemos comprar pop?
-¿Es necesario? Odio que me estén comiendo pop al lado.
-Sí, es necesario.
-Tengo que mirar una película de pendejos y encima fumarme que me comas pop al lado?
-Sí.
-¿Y por qué debería hacer eso?
-Porque me queres mucho.
-Claramente lo hago por eso, si fueras otra la mandaba a la mierda.
-Te quiero.-me besó y emprendió camino hacia el candy del cine, para comprar el bendito pop.-

Espero que les guste.

jueves, 30 de marzo de 2017

Capítulo 58

-Tiene que ser joda esto Paula.-dije angustiado.-
-Que la inocencia te valga.-dijo tentada, y quería matarla a ella y matarme yo, por no haberme dado cuenta que día era.-
-Con esto no se juega.-dije enojado.-
-Ay él, se enoja.-seguía riéndose.-
-No me causa gracia Paula.
-¿Me perdonas?
-No sé, me dolió tu bromita.
-Ay, no era para tanto.
-Mira si te salía mal, te ibas a arrepentir.
-Imposible que me saliera mal porque sé que me queres mucho y no me dejarías.
-¿Tan segura estás?
-Sí.-dijo rodeando mi cuello con sus brazos.-
-Bueno, si vos decis.-me acerqué a darle un beso y sonó el timbre.-Siempre tan inoportunos estos dos.-dije riendo.-
-Voy a abrirles, ¿si?
-¿Un beso antes?-le hice puchero, para comprarla.-
-Ay dios que mañoso.-dijo riendo y me dio un pico, para luego ir a abrirle a Mati y Mica.-
-Hola inoportunos.-dije riéndome.- 
-¿Se arreglaron? 
-Sí.-dijo Pau mientras me abrazaba.-
-No puedo estar mucho tiempo mal con ella.-dije tierno.-
La noche pasó entre risas, éramos un desastre cantando todos. Ya cerca de las dos de la mañana, decidimos no salir a bailar, e ir cada uno a su casa, incluyéndome.
-¿Te vas?
-Si gorda, mañana tengo que ver a Lucas.
-¿No te veo?
-¿A la tarde?-propuse.-
-Bueno.. ¿Vamos a algún lado?
-Mmm.... ¿parque a tomar unos mates?
-¿Shopping y cine?
-No sé, vemos mañana. Te quiero.
-Yo también te quiero.
Nos besamos y me fui a mi casa, mañana sería otro día.
Tenía que ir a buscar lo que le había pedido a mi hermano por su casa y de paso aprovechaba a almorzar con mi familia, de nuevo.
-Buen día hijo, ¿todo bien?
-Mami, todo bien. ¿Me hiciste la torta?
-Sí, está lista, tuve que hacer dos, porque a tu sobrina le dieron ganas de comer.
-Golosa como el tío, muy bien.-reí.-
-Que gracioso, dale pasa.
-¿Que vamos a comer?
-Fideos con tuco.
-Amo.
-Anda a despertar a tu sobrina.-me dijo riéndose de lo glotón que era.-
Fui a despertar al amor de mi vida, a la personita por la cual daría la vida siempre.
-Tíoooo viniste.
-Princesa, vine, ¿vamos a levantarnos?
-No.-dijo remoloneando en la cama.-
-Dale.
-No quiero.
-¿Queres que te lleve a upa a lavarte los dientes?
-Quiero dormir tío.-dijo ya enojada.-
-Bueno, voy a decirle a la abuela que tire la torta.-dije y amagué a ir a la cocina.-
-No, ya me levanté.-dijo al verme.-
-Ah, me parecía que te ibas a levantar.
-Pero hacerme upa.-dijo mimosa.-
La lleve al baño donde le lavé los dientes y después fuimos la cocina, si, amaba malcriarla.
-Buen día.-le dijo mamá.-
-Abuela, el tío me estaba peleando.
-¿Sí? Qué feo eso.
-No me quería dar torta.
-¿Por?
-Porque no se quería levantar.-intervine.-
-Hermano, hola.-me saludó Lucas, quien aparecía con bolsas de mandados y las dejaba en la mesada para luego saludar a su hija.-
-Papi, upa.
-Hola princesa.-la tomó en brazos y la besuqueó toda.-Pepe, tengo lo que me pediste, vení.-me dijo, y lo seguí.-
-Gracias hermano, te debo una.-le agradecí cuando me dio los pasajes.-Cuando cobre, en estos días te doy lo que me falta.
-Tranquilo.
Con la panza llena, la torta y los pasajes en mano, me fui a mi casa, para contactarme con Paula.
-Lindo.-dijo alegre del otro lado del teléfono.-
-Tengo ganas de verte.-me sincere.-
-Yo también. ¿Cómo estás?
-Bien, acá, esperándote con una torta para la merienda y una sorpresa.
-¿Sorpresa?
-Sí. ¿Venís?
-¿A qué hora?
-Cuanto antes.
-Bueno, ya salgo para ahí. Te quiero.
-Yo también te quiero.
Creo que como mucho habían pasado quince minutos que Paula ya estaba en mi casa.
-Bonita, hola.-la bese dulcemente.-
-Hola, permiso.-dijo mientras pasaba.-Traje unas facturas.
-No hacía falta.
-Shh. Acéptalas, a la comida no se le dice que no nunca.
-Bobita, vení, vamos al living que tengo todo armado ahí para merendar.-la abracé y así fuimos al living, donde había puesto un platito con torta, y dejado el mate.-
-¿La hiciste vos? Tiene una pinta.-dijo golosa.-
-Mamá, es la mejor torta que vas a probar en tu vida.
-A ver qué tal está la torta de mi futura suegra.-dijo y me sonreí a más no poder.-¿Que pasa?
-Nada, come dale.
-La verdad, que no es tan rica como la de mi madre pero está buenísima.
-No sé, no probé la de tu mamá.
-Pepe, ¿que sorpresa tenías?
-Ah, si, bueno.. tengo algo para proponerte, espero que te guste y quieras.
-Miedo.
-Espérame acá.-la deje sola en el living y fui a buscar el sobre con los pasajes, cuando volví se lo entregué.-
-¿Qué es esto?
-Abrilo.-dije medio nervioso, tenía miedo a su reacción.-¿Y? ¿Queres?-pregunté mientras ella observaba atentamente lo que decían los pasajes.-

Espero que les guste.

miércoles, 29 de marzo de 2017

Capítulo 57

-Pau.-la llamé interrumpiendo su animada charla con Micaela, no podía aguantar su indiferencia.-
-¿No ves que estoy hablando con ella?
-Quiero hablar un segundo contigo, ¿mucho pedir?
-Sí, ahora sí.
-Okey. Cuando se te pase la locura y tengas ganas de hablar, avísame.
Sinceramente, no la entendía, un día me decía que no quería pelear, y al poco tiempo ya estaba enojada de nuevo. Tampoco entendía que le había molestado, seguro que si no decía nada del noviazgo también le molestaba, mujeres.
Sacando lo de Paula estaba re feliz, no podía creer que en tan poco tiempo en la empresa ya me iba a ir a Bariloche, que era como la meta en el rubro, por decirlo de alguna manera; o al menos, era el sueño que teníamos con Mateo, quién seguro estaría orgulloso de mi.
-Pepe, andas re colgado.-me dijo Matías, sacándome de mi trance.-
-Sí, perdón.
-¿Se enojó la chueca?
-Si, no la entiendo pero ta.-dije y vibro mi celular.-
"Ya te conseguí lo que me pediste, cuando quieras podes pasar a buscarlo."-mi hermano.-
-Igual, sonó frío si, yo estaría igual que ella, la entiendo.
-Para mi no fue para tanto, dije la verdad, novios no somos.
-¿No te parece que es hora de que lo sean?
-No me apures. Además, estoy buscando el momento especial.
-¿Cuando vamos a armar campeonato de play?
-Ah, te gusto juntarte con los pibes.-reí, lo había invitado a dos campeonatos con los del barrio.-
-Los extrañaba, debo admitir eso, y a los que no conocía, me cayeron re bien.
-Son lo más si, porque te integran fácilmente. Hay que armar otro, ahora que estamos de vacaciones es más fácil.
-Sí, estamos todos o la mayoría con más disponibilidad
-Menos los casados.
-Es verdad eso, los casados se ponen la gorra.
-Habló el que casi falta al último por estar con Paula.
-El primer tiempo hay que aprovechar.
-Pero ni novios son.
-No importa, los primeros meses se disfrutan, novios o no.
-¿Van a seguir muy entretenidas con su charla?-le dijo Matías a Micaela y Paula.-Vinimos para estar juntos, festejar y se re abrieron.
-Perdón, ¿pedimos unas pizzas?-sugirió Paula.-
-Si quieren.-dijo Matías, y con Micaela aceptamos.-
Había cierto clima de tensión durante la cena, pero no era tanto como en el viaje en auto; estaba un poco más suelta ella.
Al terminar de cenar, Paula y Micaela comieron postre, con Mati no teníamos ganas. La hora de pagar fue para pelea, porque nosotros no queríamos que ellas pagaran, y viceversa; finalmente llegamos al acuerdo de pagar con Matías, y ellas compraban un helado para después de cambiarnos en nuestras respectivas casas, ir a la de Paula a jugar un karaoke. Entrada la madrugada decidiríamos si salíamos a bailar o no.
Tuve suerte y fui el primero en llegar a la casa de Paula.
-Ahora si, estamos solos. ¿Podemos hablar?
-Sí, pasa, sentate.-le hice caso yme senté en el sillón que se encuentra en el living de su casa.-
-¿Te das cuenta de que hace poco menos de una semana estábamos discutiendo también?-pregunté después de un rato.-
-Pedro, yo no sé si esto va a funcionar, lo único que sabemos hacer es pelear. Hoy por hoy, creo que lo mejor es terminar y dejar todo por acá, los momentos que pasé contigo fueron los más lindos, te lo agradezco, pero tanta pelea nos va a terminar lastimando a nosotros.
-Podemos cambiarlo. Decime que necesitas que haga, pero por favor no dejemos acá, no me sueltes la mano. Sé que juntos podemos.
-Ya te di mi opinión, y es mi última palabra.
-Pau.-no podía creer esto.-
-De verdad, ya estoy bastante lastimada como para seguir lastimándome más, por tu bien, por el mío, es mejor dejar todo por acá. Si nuestro destino es estar juntos, más adelante se verá, las cosas se van a ir dando solas. Pero creo que seguir forzando, desgastando y lastimándonos, no es justo para ninguno de los dos.
-Decime que todo esto es un sueño, por favor.
-Ojalá fuera un sueño, perdóname, pero es lo que siento, sé que te estoy lastimando, sé que no era el mejor día para decírtelo, pero es así. Soy consciente de que me enojé por pavadas, pero si ninguno de los dos está listo para una relación estable, tenemos que dejar pasar un tiempo; yo creo que nos apuramos demasiado, y queriendo ir despacio, quemamos un montón de etapas en una relación.

Emm... espero que les guste😂

domingo, 26 de marzo de 2017

Capítulo 56

-Bueno, hablando con Rodolfo, que es mi socio, por si alguno de ustedes no lo saben, decidimos que vamos a empezar a hacer coordinaciones para viajes a Bariloche.
-Que copado, pero, ¿que tenemos que ver nosotros?-preguntó Paula.-
-Queremos que sean los coordinadores, si funciona bien el negocio, vamos a sumar Disney.-terminó de decir y con los chicos nos miramos, era un flash.-
-¿Eh?-dijo Matías anonadado.-
-Está bien, si no quieren, le decimos a otros.-dijo Jorge riéndose.-
-Queremos si, pero es un flash, tío.-le dijo Pau.-
-Eso, ¿por qué nosotros?-dije, aún sorprendido.-
-Porque nos parecen los más responsables, los que más onda tienen con los chicos que viajan y los que más antigüedad tienen en la agencia, sacando a Pedro, pero él tuvo una muy buena experiencia en la otra agencia, y el grupo que se formó, nos gusta mucho.
-¿Sería de egresados, o para quinceañeras?
-Ambas, vamos a ir intercalando.
-Que copado.
-¿Si? ¿Aceptan entonces?
-Ya mismo.-dijo Micaela.-
-Necesito que hagan una firma acá, es un nuevo contrato, con un cambio en los sueldos, pero eso más adelante lo hablo bien con cada uno; pero les adelanto que va a aumentar por el tipo de viajes.
-Genial.-dije.-
Nos encargamos de firmar donde Jorge nos había dicho, hablamos alguna que otra cosa más y nos fuimos de la oficina.
-Esto merece festejo.-dijo Micaela.-
-Desde ya, ¿salimos a bailar?-preguntó Matías.-
-Siempre igual vos, pensando en la joda desde chico. Yo hablaba de juntarnos a comer algo, unas cervezas.-le respondió Micaela.-
-Problemas de parejas no, gracias.-dijo Paula alegre.-
-Vos te chapas a Pedro adelante nuestro y nosotros n decimos nada.-reímos los cuatro.-
-Ah, ¿les molesta?-pregunté y besé a Paula mientras los otros dos reían.-
-Que chistoso estás, se ve que tuvieron buena noche.
-Buena noche, ¿de qué? Hace una semana no la veía prácticamente.
-No seas exagerado.-dijo Matías.-
-No, está hablando en serio, hace ese tiempo casi que no nos veíamos.-saltó Paula.-
-Ah, están con abstinencia.
-Siempre tan mal pensado vos.-dijo Pau, mientras le pegaba en la cabeza.-
-Calma a tu novia Pedro.
-¿Perdón?-pregunté.-
-Que calmes a tu novia-repitió.-
-No se a quién tengo que calmar, porque no tengo novia.-dije y Paula me miró mal.-¿Qué? ¿Miento?
-Déjalo ahí mejor, no sigas embarrándola más.-dijo Micaela, pero no entendía que le molestaba a Paula si estaba diciendo la verdad.-¿Vamos a tomar unas cervezas o no?
-Si.-dijimos con Matías al unísono.-
Felices todos fuimos rumbo hacia nuestros autos, para así ir a algún bar a festejar las buenas nuevas.
El camino fue medio tenso, Paula con un silencio tajante y yo que no sabía que le pasaba y por qué un comentario le había molestado tanto, pero tampoco quería empeorar las cosas.
-¿Estás bien?-le pregunté cuando llegamos.-
-Si Pedro, ¿que me puede pasar?
-Estás muy callada y muy seria, cuando deberías estar feliz.
-No sos quién para decirme cómo tengo que estar.-sentenció y salió del auto, que complicadas eran las mujeres.-

Espero que les guste.

sábado, 25 de marzo de 2017

Capítulo 55

 Cuenta Pedro:

La semana había pasado tranquila, en familia, con amigos. A Paula mucho no la había podido ver, por temas de horarios y compromisos.
No había tenido mucho tiempo para pensar en Mateo, cosa que me ponía un poco mejor, ya que no entraba en la depresión; aunque desde que había llegado Paula a mi vida, estaba muchísimo mejor.
Hoy teníamos la reunión con Jorge, tenía mucha ansiedad, e intriga. ¿Que tenía que decirnos?
Necesitaba que fuera algo bueno, que seguramente así fuera, sino ya nos hubiéramos enterado; las malas noticias llegan rápido, dicen.
"¿Me pasas a buscar y vamos juntos?"-mensaje de Paula.-
-Obvio bonita, después del almuerzo voy para ahí.
-¿Eso sería?
-A las dos y media, tres.
-Genial, te espero.
Hablando de almuerzo, tenía que ver que comer, y que no llevara mucho tiempo de cocción ni elaboración porque no tenía ganas de cocinar.
Mientras pensaba sonó el timbre de mi casa, mi hermana.
-Camilita.-dije alegre mientras le abría.-¿Qué haces acá?
-Hermanito, siempre tan tierno vos. Supuse que no tenías para comer y decidí comprar unas empanadas para hacer una comida de hermanos.
-Te amo.
-Interesado.
-Jamás, ¿podemos comer? Tengo hambre.
-Sos un gordo Pedro, ni pasar me dejaste todavía hijo de puta.
-Más respeto porque me quedo con las empanadas y te vas.
-Déjame pasar.-dijo intentando correrme.-
-Sos una bruta.
-Sos un flojito. Contame, ¿tenes la reunión hoy?
-Sí.-los nervios volvieron.-
-¿Nervioso?-se burló de mí.-
-Un poco.-admití.-No sé que quiere decirnos el dueño... encima Pau no le quiso preguntar.
-¿Por qué?
-Porque no, no sé.
-Igual está bien, es el tío pero tampoco va a abusar boludo, sino le decía y ella les contaba a ustedes directamente.
-Si, pero igual, podría haberle preguntado.
-Malo no creo que sea.
-Ne, ya me hubiera enterado sino.
-Si, por eso.
Comimos entre charlas de temas varios, y jugamos un partido de truco a cara de perro. Como siempre, le gané.
-Hija mía, siempre. Anda a lavar los platos dale.
-Te odio, tramposo.
-Vaya, sepa perder.
-Forro.
-¿Perdón?
-Que sos un forro.
-Anda a lavar mientras me baño que me tengo que ir.. apura con el asunto.
-No te zarpes.
-Cállese y haga lo que le dije.
-Te odio.-me tiró un vaso de agua.-
-Corré porque te mato.
-Pero si te tenes que mojar.
-Salí de acá, y anda a lavar antes de que te mate.
Mi hermana se fue hacia la cocina y yo hacia mi cuarto, tenía que bañarme, y sobre todo, ver que ponerme.
Cuando decidí ponerme una camisa, la que más creía que le gustaba a Paula, y un pantalón de vestir, entré a bañarme.
Tal como le había dicho, dos y media estaba en la casa de Paula.
-Hola hermosa.-dije besándola.-
-Estás muy lindo, amo esa camisa.
-Lo sé, por eso me la puse. Y vos también estás hermosa.
-Estoy vestida así nomas Pedro.
-Sh, estás linda igual. ¿Vamos?
-Vamos.
El viaje fue corto, y muy divertido, era imposible aburrirme con Paula.
-Chicos, buenas tardes.-dijo Jorge.-
-Buenas tardes.-dijimos los cuatro, al tiempo que nos sentábamos.-
-Bueno, los cité acá porque tengo que decirles algo..
-No des más vueltas  y decinos.-le dijo Paula a su tío.-
-Bueno....

Espero que les guste.

miércoles, 22 de marzo de 2017

Capítulo 54

-Me caes bien, pero me da vergüenza.-dijo y automáticamente sonreí.-
-Pero no tenes que tener vergüenza, yo no voy a hacerte nada.
-Mi otra tía era mala.
-¿Por? Igual yo no soy tu tía.
-Pero con el tío se miran con ojitos de amor. Mi tía vieja me trataba mal, no me dejaba dormir con el tío.
-Yo no te voy a tratar así, si sos una nena muy linda. Después de acá, ¿queres ir al cine? 
-Al tío no le gusta llevarme al cine.
-¿Por?
-Es un aburrido y no le gustan los dibujitos.-dijo y reí.-
-Dios, bueno, no importa, lo convencemos y sino vamos igual.
-Siii.-dijo feliz y yo me reí.-
-Mira, ahí viene.
-Bellezas, su comida, buen provecho.-dijo apoyando las bandejas.-
-Gracias igualmente tío.
-Gracias Pepe, pero... ¿no comes?
-Sí, pero no podía con todas las bandejas juntas, la muchacha se ofreció a traérmela.-lo miré con cara de orto.-
-Ah... mira qué buena onda.
-Chinchudita.
-Tío, Paula me invitó al cine después, ¿podemos ir?-dijo con la boca llena.-
-Mi amor, primero traga, y si, podemos ir.-le dijo aunque me miró con odio.
-Señor acá tiene, que disfruten de su comida.-apareció la del mc con la bandeja de Pedro.- 
-Gracias.-respondió él sonriendo y quería matarlo.-¿Podes o te ayudo?-le preguntó a su sobrina refiriéndose a la comida.
-Puedo, gracias.
-¿Que vamos a ir a mirar al cine?
-Monsters University.
-Pero esa no está en la cartelera princesa.
-Pero yo quiero ir a ver esa.
-¿Y si vamos a la casa del tío y la miramos comiendo pop?-propuso.-
-Bueno.-dijo algo dudosa.-¿Puedo ir al pelotero?
-No, primero termina la comida.-le dijo serio.-
-Pero...
-Pero nada, comes y después vas.
Entre algún que otro chiste, y charlas terminamos de comer.
Cuando Romina se fue al pelotero, quedamos los dos solos, no tenía ni ganas de dirigirle la palabra. ¿Por que tenía que hacerse el lindo con las empleadas del restaurante?
-Pau.
-¿Que queres?
-¿Estás bien?
-Si Pedro.
-No seas fría.-dijo abrazándome.-
-No soy fría, nos puede ver tu sobrina, y yo soy tu amiga.-dije medio que reprochándole.-
-No sos mi amiga.
-¿Y que soy?
-Sos la chica que me gusta, y con la que quiero estar hoy por hoy.
-Parece que eso no estaba muy claro recién cuando vino la empleaducha esa.
-¿Celos?-preguntó aguantándose la risa.-
-Celos, ¿yo? ¿De eso? Pero por favor.
-Si no estuvieras celosa, no la tratarías tan despectivamente.
-No me analices.
-No seas orgullosa y acepta que estás celosa.
-No voy a aceptar nada, porque primero, no estoy celosa y segundo, no tengo derecho.
-Uy que complicada.
-Sabes perfectamente que hacer si tan complicada soy.
-¿Besarte?-no me dejó responder que me estaba dando un beso, el cual seguí, odiaba que me pudiera tanto. Sus besos eran mi debilidad.-

Listo por hoy, espero que les guste. Gracias por leer.
5 COMENTARIOS Y MAÑANA SUBO OTRO.

Capítulo 53

-Pepe..-dijo Pau, terminando con el silencio.-
-¿Gorda?
-¿A qué hora sale Romi?
-A las doce. ¿Por?
-¿Vamos a almorzar al mc?
-Ufff... ahora son dos gorditas que alimentar.
-¡Pedro!
-Te quiero bonita.-la besé.-
-Yo también te quiero. ¿Decís que le voy a caer bien?
-Ella te quería conocer, así que seguro que si.
-¿Tu ex como le caía?
-Mal.-me reí.-
-Bien, más miedo me da.
-No seas bobita, deja de preocuparte por eso y dame muchos besos.
La hora se pasó entre besos, y mimos.
-Ahí sale, esa es su maestra.-le dije a Pau en el oído.-
-Miedo.
-Boba, vení, vamos así me ve.-de la mano la llevé más cerca de la puerta.-
-Tioooo, viniste vos.-vino corriendo hacia mi, aunque no se dio cuenta de la presencia de Paula.-
-Princesa, ¿cómo te fue?-dije mientras la saludaba y la alzaba.-
-Bien, trabajamos un montón.-dijo y puso cara de enojada.-
-Es normal, no te pongas chinchuda por eso.
-Pero no me gusta.-me dijo y yo reí.-
-Cambiando de tema así esta princesa no se enoja más. ¿Vos qué me pediste hoy?-dije mirando a Pau disimuladamente.-
-Que me vinieras a buscar.-dijo sin entender mucho.-
-¿Solo eso?
-Mmm....-pensó y respondió.- Que quería conocer a tu amiga.
-Muy bien, pensé que habías envejecido de golpe que no te acordabas.-dije y me pegó.-Ey, que agresiva, vas a asustar a Paula así.-terminé de hablar y me di vuelta de forma que pudiera ver a Pau.-Decile hola.
-Hola.-dijo tímida.-
-Hola linda, me hablaron mucho de vos.
-Ah, tío, ¿podemos ir a tu casa?-ignoró por completo a Paula, y su cara se tensó.-
-Pau me había dicho para que vayamos a comer todos a Mc, ¿no queres?-vi una sonrisa asomarse en su cara.-¿Eso es un si?
-Siiii. Vamos.
Subimos al auto, y emprendimos hacia el Alcorta.
-¿Cajita feliz?-pregunté y Romi asintió.-¿Vas con Pau a buscar un lugar para sentarnos?
-Así tenemos cerca del pelotero.-terminó Pau de convencerla.-
-Si, vamos.
-Dale la mano.-dije y Romina hizo caso, rezaba porque le cayera bien.-¿Vos que queres comer Pau?
-Yo vengo después a comprarme.
-Voy a pagar yo, te voy avisando.
-Pedro.
-Pedro nada, pago yo.
-No quiero nada entonces.
-No seas caprichosa, quiero pagar yo, me hace bien.-le hice cara compradora.-
-Uff... bueno, un cuarto de libra.
-¿Combo?
-Si Pepe.
-Genial, vayan a guardar lugar cerca del pelotero.
Se fueron y yo quedé haciendo la fila, para comprar las cosas.

Cuenta Paula:

Momento difícil si los hay.... quedarme sola con la sobrina de Pedro, ni sabía qué hacer.
-¿Te ayudó?-vi que no podía correr la silla.-
-No, yo puedo.-me miró mal, ya la estaba pasando mal, y la pobre nena no podía mover la silla.-
-¿Segura?
-Sí.-y después de unos minutos logró correrla.-Listo, ahora sí.-dijo sentándose feliz por su logro.-¿Te llamas Paula?
-Si, ¿vos Romina?
-Si. 
-¿Te puedo decir Romi?-pregunté con miedo.-
-Sí.
-¿Solo conoces esa palabra?
-Sí.-dijo seria.-
-¿Te molesta que haya venido?
-No.
-¿Te molesta que sea amiga de tu tío?
-No.
¿Entonces?
-¿Qué?
-¿Te caigo mal?-pregunté con un poco de miedo.-

Espero que les guste.

martes, 21 de marzo de 2017

Capítulo 52

-Tío, ¿me ayudas a peinarme?-preguntó mi sobrina cuando terminó de desayunar.-
-Voy a hacer lo que pueda, acordate que el tío no es experto en esto.-dije intentando peinarla.-
-Siempre me dejas un desastre hecho en la cabeza.
-Hago lo que puedo Romi. Listo, ¿te gusta?-dije cuando termine de hacerle una colita en el pelo.-
-Si, te quedó mejor que otras veces. ¿Vamos? Voy a llegar tarde.
Agarré sus cosas y la llevé al jardín, por suerte llegamos en hora sino me iba a terminar matando ella y mi hermano.
-Tío.
-¿Si?
-¿Venis vos a buscarme o papá?
-Si queres hablo con papa y vengo yo, pero después tenes que volver a tu casa.
-¿Podemos almorzar con tu amiga?
-No creo, ella tiene que trabajar.-mentí.-
-¿Y por qué vos no trabajas?
-Porque estoy de vacaciones. Dale, entra que ahí salió la maestra. Pórtate bien.
-Te quiero tío.-me abrazó y fue corriendo con la maestra.-
Yo fui al auto, y decidí avisarle a mi hermano antes de ir a mi casa: -Hermano.
-Pedro, ¿te parecen horas de llamar?
-Deja de quejarte, escucha, ya deje a Romi en el jardín.
-Gracias. ¿Algo más?
-Quiere que la busque yo.
-Está bien, pero tiene que volver temprano.
-Sí, para la merienda estamos por tu casa.
-¿Algo más?
-Sí, que dejes de ser tan mal humorado. Chau Luquitas, descansa.-corte mientras me reía, no podía ser tan dormilón.-
Llegué a casa y me puse a jugar un rato a la play, no iba a poder dormir de nuevo, odiaba que me pasara eso. Mientras jugaba recordé el pedido de mi sobrina, ¿invitaba a Paula? ¿Ella querría conocerla? Si no le preguntaba no lo iba a saber.
-¿Hola?-escuché al otro lado del teléfono, estaba re dormida.-
-Pau, soy Pepe.
-Ah, gordo. Perdón, me desperté con tu llamado. 
-Me di cuenta, buen día.
-Buen día, ¿qué haces despierto temprano?
-Se quedó mi sobrina y bue, la tuve que llevar al jardín temprano.
-Que lindo.
-¿Lo decís irónicamente?
-Para nada, me encantan los nenes. 
-Que lindo saber eso, porque tengo algo para proponerte.
-¿Si?
-Sí.
-A ver, digame.
-Romi, se queda hasta la tarde conmigo, y quiere conocerte.
-¿Es una invitación?
-Sí, es más, si queres venite ahora a hacerme compañía y después me acompañas a buscarla, mejor.
-No sé Pepe. ¿No es muy rápido?
-Es mi sobrina, no es mi familia entera.
-Bueno, déjame levantarme y voy para ahí.
-¿En serio?
-Sí, nos vemos en un rato. Te quiero.
-Yo también te quiero Pau.
Corté con una sonrisa y me fui a dar un baño yo para que ella me vea bien cuando llegara.
Creo que había pasado media hora y el timbre de mi departamento estaba sonando. 
-Hola bonita.-dije al tiempo que la besaba.-
-Hola, ¿subimos?
-Si, vení.-le di la mano y entramos juntos al edificio.-
-No.
-No, ¿qué?-la miré extrañado.-
-Por ascensor no.
-¿Por?
-Me da miedo, por ascensor no.
-Bueno, vamos por escalera.-le sonreí.-

Espero les guste. 8 y mañana tienen otro.

domingo, 19 de marzo de 2017

Capítulo 51

-¿Cómo van tus cosas con Paula?-me preguntó Camila.-
-Sh.. pendeja que se enteran mamá y papá y me matan.-no les había contado nada de lo de Valentina.-
-¿No les contaste todavía? 
-No.
-¿No se dieron cuenta?-preguntó mi hermano riéndose.-
-Por lo visto no.-reímos los tres.-
-Tío, ¿quién es Paula?
-Una amiga del tío.
-¿Es tu novia?-preguntó y quise matar a Camila.-
-No mi amor, no es mi novia. Es solo una amiga.
-¿Y mi tía?
-¿Que tía mi amor?-fulminé con la mirada a Camila.-
-La que es mala.
-¿Valen?
-Pedro, ¿que otra tía va a tener la pobre nena?-apareció mi madre.-Hace mucho no la traes a las comidas familiares. ¿Todo bien? Espero que no la hayas dejado Pedro.
-Mamá.-se quejó Lucas.-
-¿La dejaste?-me dio una mirada de enojo.-
-¿Y si la deje?
-Decime que no.
-Te digo que si.
-¿Por qué? Era una buena chica Pedro.
-Me controlaba, ya se había vuelto todo enfermizo. Y para completarla, me estaba engañando.
-No puede ser.-dijo horrorizada.-
-Pero es.
-Ay Pepito, no te mereces eso.
-Quizá si, pero bueno, ahora estoy mejor.
-¿Hay alguna chica en la vuelta?
-Nada serio.
-Pero hay. ¿Quién es?
-Una compañera de trabajo.
-¿Es linda?
-Muy, y no respondo más, porque de verdad no es nada serio. No sé en que puede terminar, los dos nos separamos hace un tiempo y no queremos nada serio todavía.
-Bueno, está bien. Vamos a comer chicos.
La cena pasó entre chistes, y buena onda, como amaba pasar rato en familia.
-Pepe, ¿viste que volvió Marti?-preguntó mi padre.-
-Si..
-Que raro no estés feliz.
-Ya fue papá, ya la superé.
-Mmm...
-En serio.-dije serio, y justo sonó mi celular.-
"Me voy a dormir, espero que hayas pasado lindo con tu familia. Buenas noches, te quiero."-era Paula, sí.-
-¿Esa sonrisa a que se debe?-preguntó mi padre.-¿Valentina?
-Que complicado es que en esta casa no escuchen. No estoy más con ella, estoy conociendo a alguien, nada serio.
-Pero para que Martina  ya no te importe tiene que ser importante.
-Si se da, ya se enterarán, y ahora, me despido porque tengo sueño.
-Tío, ¿puedo ir a dormir a tu casa?
-Si papá te deja, por supuesto que sí.
-Ojalá algún día dejes de malcriarla tanto.-me dijo mi hermano.-
-¿Puedo papi?
-Si mi amor, anda a buscar tus cosas.
Iba a dormir con mi sobrina, y no había nada que disfrutara más que pasar tiempo con ella; me hacía olvidar de todo. Era mi cable a tierra sin duda alguna.
-¿Queres mirar alguna peli de princesas?-pregunté después de acostarnos.-
-¿Cuando voy a conocer a tu amiga?-me cambió de tema.-
-No me cambies de tema.-dije y me empecé a hacer cosquillas.-¿Enredados?-pregunté.-
-Bueno.-dijo poco convencida de que yo no le respondiera su pregunta.-
Ambos nos quedamos dormidos en la mitad de la película, y al otro día seis de la mañana ya la tenía al lado saltándome que tenía que ir al jardín. La iba a matar.

Espero que les guste. 10 y mañana otro.

sábado, 18 de marzo de 2017

Capítulo 50

-¿Ya son tardes?
-Sí, ya son tardes, y por fin estamos de vacaciones.
-Pero... Jorge quiere hablar con nosotros.
-¿Que nos tendrá que decir?
-No sé, me genera intriga.
-Averigua, es tu tío.
-No, ni ahí le pregunto.
-¿Por qué?
-Porque no. Escucha, ¿hoy vas a ir al gimnasio?
-Tendría que retomar con eso.
-Sí, deberías.
-Me da paja.
-Ya sé, si sos un pajero.
-Ey, ¿por qué esa agresión? Encima, el pajero soy yo, pero la que sigue acostada sos vos.
-Porque vos me entretuviste hablando, anda a cocinarme algo.
-¿Por que yo?
-Porque ya estás bañado, y yo no.
-Te aprovechas.
-No mientas, si te encanta complacerme.
-Anda a bañarte antes de que te mate.
-Veni, dame otro beso.
-¿Algo más señorita?-dije después de besarla.-
-No, nada. Gracias.
-Un placer servirla.
-Dale estupido.
-Trátame bien.
-Te quiero. Me voy a bañar.
-Yo también.-besé su frente y fui a la cocina, a ver qué podía cocinar.-
Hamburguesas con puré el menú elegido, algo rápido y para salir del paso.
-Gordo, ¿pongo la toalla en la lavadora?
-Si tenes ganas, sino déjala ahí en el coso de la ropa que yo cuando vuelva del gimnasio pongo todo.
-¿Vamos juntos?
-Si queres, pero tenes que pasar por tu casa.
-¿Me llegas?
-¿Algo más? ¿Queres masajes también?
-Malo.
-¿Malo? Te cocino, te llevo al gimnasio, queres que te lleve a tu casa.
-Igual, convengamos que esto no es cocinar, encima ahora vamos al gimnasio, y una hamburguesa me haces comer. ¿Ves? Me haces engordar Pedro.
-Jodete, te hubieras cocinado vos.
-Es tu casa.
-Como si no estuvieras como en la tuya.
-Bueno, igual.
-Te quiero, fea.
-Yo también, aunque me vivas peleando.
Después de almorzar, Pau lavó los platos mientras yo me cambiaba, no tenía ganas de ir al gimnasio, pero tenía que volver, ya me estaba saliendo panza de nuevo. Era empezar gimnasio o dejar de chupar tanto fernet, y definitivamente, elegía empezar el gimnasio.
Pasamos por su casa para que ella se pudiera cambiar y luego, fuimos hasta el gimnasio, donde empezamos nuestra rutina en las caminadoras; ella claramente estaba más entrenada que yo, por lo que le dio más duro al entrenamiento.
-Que flojito sos, no aguantaste ni media hora de caminadora.
-Habló la que está entrenada, venis más que yo al gimnasio.
-¿Queres cenar en mc conmigo?
-Me encantaría, pero me invitaron a casa.
-¿Me toca cenar solita?
-Y... 
-Bueno, ¿me llevas a casa?
-No tendrías ni que preguntar, porque es lo que voy a hacer.
-Te quiero Pepe.-dijo y la recosté sobre su asiento del auto, mientras la besaba.-
-Te quiero mucho, y de verdad, agradezco que hayas aparecido en mi camino.
-¿Por más de que tuviera novio?
-Por más de que tuvieras novio.
-Gracias por hacerme tan feliz, en tan poco tiempo.
-Eso no se agradece, de verdad.
Nos fundimos en un tierno beso, para después ir hasta la casa de ella, y yo partir hacia la casa de mis padres, donde me esperaría una cena familiar.
-Pepe.-dijo mi hermana.-Tanto tiempo.
-Exagerada que sos pendeja, siempre igual vos. 
-Tíooooo.-dijo Romi, mientras corría hacia mi.-
-Princesa, ¿cómo estás?
-Bien. ¿Me haces upa?-preguntó y obviamente que accedí.-
-Acompáñame a saludar.
Los dos fuimos a saludar al resto de la familia, y luego me senté al lado de mis hermanos con mi sobrina en mis piernas.

 5 comentarios y mañana tienen otro.