sábado, 16 de septiembre de 2017

Capítulo 74

-Pepe, ¿estás bien?
-Si mi amor, ¿por?
-Estás medio callado.
-Estoy disfrutando del lugar, y la paz que hay acá.
-No sé por qué no te creo.
-Créeme entonces.
-Hay algo que me estás ocultando.
-Para nada amor.
-¿Seguro?
-Sí. Veni, dame un beso.-la acerqué hacia mi y la besé profundamente con el ruido del mar de fondo.-
-Te quiero mucho, gracias por estas vacaciones.
-Sabes que te mereces esto y más. Paula vos me salvaste, me sacaste de ese pozo donde estaba y no quería hablar con nadie, y eso te lo voy a agradecer toda la vida. Me ayudaste y me ayudas todos los días a seguir; yo sé que a Mateo le hubiera gustado verme así, saliendo adelante, con alguien que me quiera de verdad y me cuide la forma que vos lo haces. Hoy, acá, con las estrellas y el mar de fondo te prometo quererte y cuidarte siempre, prometo dejar de lado las peleas tontas, prometo no dejarte nunca, porque me haces bien y quiero hacerte bien. La propuesta anterior fue medio de golpe, así que después de haberte dicho todo esto.. Paula, ¿queres ser mi novia?
-Pepe, me dejaste sin palabras, de verdad. Sos lo que siempre busqué. Si te cuido es porque te quiero, porque quiero verte bien; obvio que quiero ser tu novia, no había necesidad de preguntarlo de nuevo. Yo te prometo lo mismo, fidelidad, amor y cuidarte siempre, a pesar de todo. Lo de las peleas podemos tramitarlo igual.-reímos los dos.-Te quiero mucho.
Nos besamos nuevamente y nos quedamos abrazados mirando el mar. 
Estuvimos ahí largo rato sentados en la arena, disfrutando el uno del otro, no necesitábamos nada más que a nosotros mismos; ahora sí no me arrepentía de nada, ni siquiera de todo lo que había expresado hacía unos minutos.
Había abierto mi corazón y expuesto mis sentimientos, cosa que odiaba pero en este caso no era así, nunca me había sentido tan a gusto demostrando algo.
La conocía hace poco, si, pero de verdad nada iba a hacer que me arrepintiera. La mire y pude ver que se estaba durmiendo sobre mi pecho así que decidí que era hora de volver al hotel.
-Paupi.-le acaricié el pelo.-
-¿Qué pasa?-dijo con la voz adormilada.-
-¿Vamos yendo? Te estás durmiendo.
-Es que me relaje.
-Por eso, vamos y dormimos en el hotel.
-¿Puede ser una foto antes?
-Mmm... mañana con luz.
-No. Ahora con el flash del celular.
-Bueno está bien.
Le besé la mejilla y ella apretó el botón del celular para que una luz fugaz nos ilumine y tome captura de ese momento.
-Somos muy lindos.-dijo mirando la foto.-
-Yo más, mándamela después, ahora sí vamos yendo.
-Si no queda otra.
Muy a pesar de las ganas de quedarnos que teníamos, nos levantamos y emprendimos camino al hotel, para poder descansar.
Ya nos quedaban pocos días en este paraíso y las ganas de irnos eran cero, pero las de disfrutar eran mil.
Cuando llegamos a la habitación nos cambiamos, lavamos los dientes y nos acostamos.
-Buenas noches Pepe.
-Buenas noches Pochi.
-¿Puedo dormir en tu pecho?-me preguntó cuál nena inocente.-
-Dale.-me acosté boca arriba y la recibí entre mis brazos.-Pero no me toques el pezon.
-¿Por qué?
-Porque se irrita.
-Déjame tocarlo, no puedo dormir sino.
-Ok.-suspiré.-Buenas noches.-besé su frente, y me entregué al sueño.-

Después de dos meses volví. Espero que les guste y que comenten🙏🏼

domingo, 16 de julio de 2017

Capítulo 73

-Mi amor, vení, sacame una foto arriba del dedo.-me dijo Pau intentando subir a uno de los dedos de la famosa mano de Punta del Este.-
-¿Podes?-pregunté riendo al ver que era la quinta vez que intentaba subir y se resbalaba.-
-No. Vos podes dejar de reírte y ayudarme.
-¿Por favor? Si como no.
-Dale bobo.
-Pareces una milanesa de tantas veces que caiste.
-Que gracioso, ¿no?
-Sí, re.
-Dale ayúdame.
-Pero yo no quiero llenarme de arena.
¿Para qué había dicho eso? Ahora la tenía tirándome arena cual nena chica.
-¿Cuántos años tenes?
-Dos. Dale ayúdame Pedro.
-No.
-¿No? Ok.-la vi alejarse e ir a donde estaba un chico, definitivamente quería guerra.-Paula, veni acá.-le dije con voz de enojado.-
-¿Y si no voy?
-La venganza va a ser larga y dolorosa.
-Yo voy pero ayúdame a subir.
-Sí, con tal de que no te acerques a ese tarado cualquier cosa.
-Ni lo conoces Pedro.-se rió.-No podes ser tan celoso.
-Vení dale.
La ayude a subir y le saque un par de fotos hasta que una le gustó. ¡Por fin! Grité para mis adentros, creo que mínimo había sacado veinte fotos.
-¿Vamos a la playa?
-Me hiciste sacarte mil fotos, ahora quiero una juntos. ¿Es mucho pedir?
-Mmm... por hoy ya terminó mi momento fotogénico.
-Dah Paula es una foto. Sería la primera foto siendo novios.
-Bueno, pero antes quiero un beso.
Nos sacamos la foto y luego nos encaminamos a la playa, a buscar algún lugar para quedarnos.
Pasamos la tarde ahí, metiéndonos al agua, disfrutando el uno del otro. No quería irme más de este lugar, definitivamente amaba estar de vacaciones con ella.
Ella me había salvado en parte, y se merecía algo lindo; partiendo de la base que la propuesta de noviazgo no había sido la mejor, ella se merecía algo mejor, lindo, delicado. Algo se me tenía que ocurrir para poder sorprenderla.
-¿Podemos comprar bolas de fraile?-me preguntó Pau.-
-Ay si, que ganas de comer, si tienen con dulce de leche mejor.
-Que gordo que sos.
-¿Yo? Mentira. No me injuries.
-Tenes más alma de gordo que yo a veces.
-Son solo ganas de comer eso amor.
-Bueno, llamó al vendedor entonces.
-Dale, toma.-le di plata de mi billetera.-
-Pago yo.
-Pagamos los dos.
-No.
-Sí.
Vino el señor y después de pelear un rato terminamos pagando los dos, pobre hombre, lo que se tuvo que bancar por nosotros, lo compadecía.
Comimos las bolas de fraile y estuvimos un ratito más ahí, para luego partir hacia el hotel, donde nos bañamos y fuimos al comedor del mismo a cenar.
¿El menú? Chivito, comida típica del país en el que estábamos.
-Estoy que exploto, no puede ser más rica la linda de acá.
-Tal cual, la verdad que con la comida no hay nada malo que decir, una cosa más rica que otra.
-¿Vas a comer postre?
-Mmm... no, ¿propones algo mejor?
-Quería ir a caminar a la playa un rato, ¿te va?
-Ay sí, re romántico.
-Bueno, llevemos esto y vamos.
Mientras me bañaba había pensado algo, y estaba decidido en llevar a cabo esa idea en la playa.

Espero les guste 

sábado, 15 de julio de 2017

Capítulo 72

-¿Qué?-preguntó sorprendida.-
-Sí queres ser mi novia.-dije con un poco de temor.
-¿En serio?
-Nunca hablé tan en serio en mi vida.
-Obvio que quiero. ¿Sabes hace cuánto espero esta pregunta?
-¿Decís que demore mucho?
-Y... un poco.
-Ah, ¿si?
-Sí.
-Veni para acá.-la acerque a mi de un tirón.-
-¿Qué pasa?
-Quiero darle un beso a mi novia, ¿no puedo?
-Sí podes.
-Ah, me parecía.
-Te amo.-me dijo entre risas.-
-¿Me lo repetís?
-¿Qué cosa?
-Dale, no te hagas.
-No se que queres que te repita.
-El te amo.
-Yo también te amo.-me besó y se rió.-
-Deja de reírte de mí.-me quejé.-
-¿Vamos a comer?
-No.
-Sí.
-No, quiero otra cosa ahora.-dijo besando mi cuello.-
-¿Qué queres?
-¿No se te ocurre nada?-me besó apasionadamente.-
-Lo que queres es mejor que una comida, y casualmente me acaban de venir ganas de lo mismo.
Nos empezamos a desvestir mutuamente y terminamos haciéndonos uno, como tanto deseábamos para sellar el nuevo “título” que tenía nuestra relación.
Luego de tan lindo momento juntos, Paula se recostó en mi pecho y nos dormimos un rato.
-Mi amor.. arriba dale que tenemos que ir a cenar.-dijo Paula besándome la espalda.-
-No quiero.-dije y me di vuelta para seguir durmiendo.-
-Dale Pepin.
-Quiero dormir.
-Que flojito resultaste ser.
-Yo no soy flojito.-la miré a los ojos.-
-Sabía que iba a servir para terminar de levantarte.
-Que feo jugar con mi orgullo.
-Tu orgullo sirve para hacerte reaccionar y que vayamos a comer, porque tu novia tiene hambre.
-Mi novia, ¿puede pedir servicio a la habitación y comer conmigo acá acostada conmigo?
-Podría ser, tendrías que convencerme, pero rápido, porque ya es tarde y se nos va el horario.
-Tenemos el mini bar.
-No hay nada ahí.
-Hay chocolates, nada mejor que acostarnos a mirar una peli comiendo chocolates.
-Deja de lado la ternura, mucha cursilería por hoy.
-Bueno, pedí comida entonces y la comemos acá.
-Ok, ¿algo en especial?
-Canelones con ensalada de tomate.
-Pido para los dos lo mismo.
-Dale.
Pau hizo el pedido desde la cama y volvió a recostarse en mi pecho.
-Pau.
-¿Que pasa mi amor?
-Vestite, ponete un buzo, no vas a atender así a nadie.
-¿Celoso?
-Sí. Solo yo te puedo ver así.
-Vos también vestite entonces.
-Antes necesito una ducha, ¿podrá ser compartida?
-Después de comer, me pongo una bata ahora para abrir.
Minutos pasaron donde lo único que hicimos fue hablar de cualquier cosa. Tocaron a la puerta y Pau después de ponerse la bata atendió, al fin había llegado la comida.
-Uy que pinta tiene esto.-dijo Pau cuando vio los canelones.-Tengo hambre.
-Comamos entonces, buen provecho mi amor.-la besé.-
-Gracias igualmente.
Cenamos los dos, y sinceramente que estaban para volver a comer.
-Fua, estaban riquísimos.-dije.-
-La verdad que sí, así da gusto comer canelones.
-¿Vamos a bañarnos?
-Sí, déjame agarrar ropa.
-No, vamos así, después de te vestís acá.
Sin dejarla agarrar ropa, la llevé en mis brazos al baño, no quería perder tiempo.
En la ducha volvimos a hacer el amor, disfrutaba mucho el estar con ella.

Espero que les guste.

domingo, 2 de julio de 2017

Capítulo 71

Ya íbamos cinco días en Punta, y para ser sincero, estaba pasando bien pero podría pasar mejor.
¿Por que esto? Porque últimamente nos vivíamos peleando con Paula por cualquier pavada, y sinceramente me estaba hartando un poco; todo era un problema, a todo le encontraba un pero.
Empezando por el tema de la valija, que gracias a Dios la habían encontrado, siguiendo por mis celos por su bikini, y así con varias cosas más.
Había un chaboncito que parecía estar atrás de Paula, minuto que Pau quedaba sola, minuto que el pibe aprovechaba, y Paula que no le ponía los puntos. Por otro lado, estaba el tema de la formalización, ella algunos días estaba re embalada, y me permitía todo, y otros me decía que no tenía derecho para quejarme ni celarla; quería terminar con todo este tema, aunque no sabía bien como hacer.
Nos encontrábamos en la playa,-un poco peleados, vale aclarar-cuando se me ocurrió una idea
-Mi amor.-le dije.-
-¿Que pasa Pepe?-me dijo mientras se ponía de frente para que el sol le diera en su parte delantera.-
-¿Salimos a cenar hoy?
-¿De nuevo? Últimamente salimos a cenar todos los días Pepito.
-¿Y?
-Hay que guardar plata.
-Dale eu, pago yo.
-No va en quién, sino que llevamos cuatros días acá y hace tres que salimos a cenar.
-Vinimos a disfrutar, que importa la plata.
-Vos decís así y hay un montón de gente que no tiene plata.
-Pau.
-¿Qué?-me dijo de mal modo, de verdad esto ya me estaba hartando.-
-Nada, deja. Seguí tomando sol mejor.
-Pedro.
-¿Qué?
-Decime, dale.
-No, ya está. Me voy al hotel, después hablamos.-tomé mi toallón, mis cosas y me fui, si seguía ahí seguiríamos peleando y sinceramente, no tenía ganas.-
La tardecita llegó y  Paula volvió al hotel.
-Al fin apareces.-le dije.-
-No jodas.
-¿Podes dejar de enojarte por todo? Madura un poco Paula.
-Habló el que se fue de la playa por no bancarse una opinión.
-Me tenes harto.
-Si tan harto te tengo ya sabes qué hacer.
-¿Irme?-la vi asentir-Lamento decirte que pienso quedarme las dos semanas acá, una lástima. 
-Sos un pendejo.
-Gracias, vos también y nadie te dice nada.
-¿Te das cuenta que lo único que hacemos hace días es pelear? Ya me cansé.
-Siempre fuimos así, no sé que te sorprendes.
-No sé si esto va a funcionar Pedro.
-Lo escuché mil veces eso, y seguimos acá.
-Y seguimos acá peleándonos todos los días, no le hace bien a ninguno de los dos.
-¿Me queres dejar?
-No diga pavadas, ¿queres?
-Yo no digo pavadas, digo lo que vos me das a entender.
-Si tanto queres que dejemos esto acá, lo dejamos.
-Ahora sos vos la que dice pavadas.
-Uff.. Basta, me cansé, de verdad.
-Pero decís que quiero dejar todo acá, cuando ¿sabes qué?
-¿Qué?
-Quiero formalizar esto.
-¿Qué me queres decir con eso?
-Paula.
-¿Qué?
-¿Queres ser mi novia?

Espero que les guste. Volví (?

jueves, 25 de mayo de 2017

Capítulo 70

Llegamos al hotel y lo primero que hizo Paula fue ir al baño, a ver cómo era; típico de mujer.
-No sabes lo que es el baño.
-¿Muy grande?-dije mientras la tomaba de la cintura acercándola a mi.-
-Es hermoso, y el jacuzzi que tiene más, aunque..-me dijo mientras rodeaba mi cuello con sus brazos.-
-¿Aunque?
-Más lindo debe ser usarlo contigo.
-Me interesa esa idea, y podemos comprobarlo, pero no ahora.-me miró raro.-No señorita, ahora vamos a ir a la playa, ya va a haber tiempo de aprovechar el jacuzzi.
-Pero...
-¿Pero?
-No sé si recordas, pero no tengo traje de baño.
-Malla Paula, malla.
-Traje de baño Pedro.
-No.
-Si.
-No.
-Si y basta, necesito un traje de baño para ir a la playa.-me miró de forma pícara y entendí todo a la perfección.-
-Eso quiere decir, ¿que voy a pasar mi primer día en Punta del Este en un shopping?-dije con un poco de sufrimiento.-
-Por lo menos para comprarme algunas cositas, a no ser que quieras que esté en bolas en la playa, y que salga así a todos lados.
-Ufff... menos mal que en el avión te dije que no pensaba estar todo un día encerrado en un shopping viendo cómo comprabas ropa.
-Es por una causa de fuerza mayor.
-Les voy a hacer una denuncia a los de la compañía de viajes.
-Ni que fuera un martirio ir al shopping a comprar ropa Pedro.
-Lo es, para mí lo es. Porque eso significa pasarme diez horas en mil locales diferentes contigo eligiendo y probándote mil quinientas cosas distintas.
-Sos un exagerado amor.
-Te juro que iría solo para contar cuanto tiempo estamos ahí adentro y para que veas que no exagero. Pero seguro por llevarme la contra no demoras casi nada.
-Que malo.-me pegó en el pecho.-
-Re malo, te quiero bonita.-nos dimos un beso dulce.-
-Te quiero.-me dio otro beso y al separarnos juntamos nuestras frentes.-Gracias por invitarme a venir y querer compartir unas vacaciones conmigo.
-Gracias a vos por aceptar venir.
-Ahora vamos al shopping, prometo comprar solo el traje de baño.
-Que facilidad para arruinar el momento.-me reí y ella me pego en el pecho de nuevo.-Violenta, te voy a denunciar. Dale vamos.
Pau tomó la cartera que por suerte no había dejado adentro de la valija, ya que tenía todos los documentos; y emprendimos camino al Punta Shopping, esperaba que cumpliera con su palabra.
-Es muy chiquita Pau.-le dije cuando me mostró una de las mallas que había elegido.-
-Pero me gusta, ¿o me queda mal?
-Te queda perfecta, pero es muy chiquita.
-Uff... ¿ves que sos vos el que me hace demorar?
-Mejor cállate y probate la otra.-era la décima allá que se probaba más o menos.-Esa si me gusta.-le dije cuando salió a mostrarme la última.-
-A mí me gusta más la anterior.
-¿Para que me preguntas si vas a comprar lo que queres al final?
-Para una segunda opinión.
-Cámbiate y vamos, dale.
Al final se terminó comprando las dos ultimas.. lo que iba a sufrir cuando usara la penúltima, era demasiado chica.
-Cambia esa cara Pedro, tampoco se murió alguien por una malla.
-Es muy chica y te van a mirar todos.
-No me va a mirar nadie, no exageres.
-Te van a mirar si y pensar cualquier cosa.
-Y el que duerme conmigo y hace las cosas esas conmigo sos vos.

martes, 23 de mayo de 2017

Capítulo 69

-Pepe dale que vamos a perder el vuelo.-dijo apurándome mientras agarraba la valija del taxi.-
-¿Podes relajarte?-dije tomándola de la mano.-
-Vamos a perder el vuelo.
-Estamos bien de hora, cálmate y relájate, que para eso hacemos el viaje.
Con Paula más relajada fuimos a hacer el check-in, y rápidamente subimos al avión para emprender camino hacia unas vacaciones que prometían ser soñadas.
-Pau...-dije.-
-¿Qué pasa amor?
-Me da miedo.
-¿Qué cosa?
-El avión.
-No es nada Pepe.
-Tengo miedo a las alturas.
-¿Queres dejarme de ese lado?-preguntó ya que yo me sentaba en la ventana.-
-Por favor.-le supliqué, de verdad odiaba los vuelos.-
Por el auto parlante anunciaron que estábamos por despegar, y que prendiéramos nuestros cinturones; yo luego de hacer todo eso, tomé la mano de Paula y escondí mi cabeza en su cuello.
-Pepe... amor...-escuché que me llamaba de lejos.-
-¿Qué pasó?
-Te dormiste.-me tiró el pelo para atrás.-Desabrochate el cinturón así bajamos, dale.
-¿Tan rápido?
-Sí Pepe.
Desabroché mi cinturón y me paré tomando de la mano a Pau, para así ir a buscar nuestras valijas.
-No está mi valija.-dijo Pau, después de un rato.-
-¿Cómo que no? ¿Estás segura?
-Si Pepe, estoy segura, a ver, espérame que voy a preguntar.
-Te acompaño.
-Disculpe.-le habló Paula a uno de los chicos de aeropuerto.-
-¿Si?
-Mi valija no está.
-Espérela, ya va a aparecer en la cinta.
-Ya retiraron todas y la cinta no se mueve más.
-A ver, espéreme acá, que voy a averiguar.
-Que ortiva que es.-dijo Pau enojada.-
-Por lo menos te fue a averiguar amor.
-Sí, después de tratarme como loca.
-Y... un poco loca estás.
-No.
-Sí, acéptalo.
-No estoy loca.
-Si lo estás.
-Bueno, puede ser.
-Mmm... puede ser no, lo estás.
-Por vos.
-Es lo que produzco en las personas, sobre todo en las chicas.
-Hacete el canchero nomas vos.
-¿Te da celos?
-Seguí haciéndote el canchero, que te va a ir mal.
-Deja de meter falacias.
-Pedro, no estás bien.
-Lo leí en un librito.
-Mejor cállate.
-No quiero.
-Cállate.
-Cállame.-la desafié, y lo hizo, me besó.-Mmm.. que linda forma de callar a la gente, espero que solo conmigo la uses.
-Tarado.-me pegó en el hombro.-
-Agresiva.
-Disculpen, no hay más valijas, si puede déjeme un teléfono, su nacionalidad y su nombre completo que vamos a comunicarnos con los gerentes en su país a ver cómo solucionamos esto.
-¿Me está queriendo decir que perdieron mi valija?
-Puede que esté en otro vuelo, y en caso de que así sea, nosotros acá no tenemos la culpa; en todo caso la tiene la gente de su país.
Paula le dio los datos al señor, quien amablemente quedó en comunicarse con ella ante cualquier novedad.
-Que linda forma de empezar las vacaciones, perdiendo la valija.-dijo Pau visiblemente de mal humor.-
-Ya va a aparecer amor.
-¿Y mientras tanto? ¿Voy así vestida con la misma ropa todos los días?
-Tranquilízate, alguna salida vamos a encontrarle, y la valija va a aparecer.

Espero les guste.

Capítulo 68

-Amor, dale.-le dije cuando ingresó nuevamente al cuarto.-
-¿Qué queres?
-Que me perdones.
-Ya está Pedro, ya te perdoné.-dijo mientras se acostaba.-
-Vamos a comer entonces.
-No tengo ganas, quiero dormir. ¿Te cuesta mucho entenderlo?
-¿Ves? 
-¿Qué?-revoleó los ojos.-
-Seguís enojada.-le dije y volvió a revolear los ojos.-Deja de revolear los ojos como si estuviera diciendo estupideces.
-Estoy de mal humor, nada más. Quiero dormir.
-Tenes que comer.
-Pedro; si no te vas a comer, y me dejas en paz, me voy a mi casa.
-No podes ser más caprichosa.-le dije ya enojado.-
-¿Sí? Genial, si no te gusta estar con caprichosas avísame que se por donde irme; de paso hago real tu deseo de no estar con nadie.
-Paula.
-Paula, ¿qué? ¿Me equivoco acaso? Todo el tiempo tenes que estar recalcando que no estamos de novios, por algo será.
-Paula por favor.
-¿Me dejas dormir?
-Me cansaste, que descanses.-me fui dando un portazo del cuarto.-
Embalado me fui a la cocina a buscar la comida para alimentarme, ella no quería comer, bien; pero yo estaba muerto de hambre y no iba a dejar de comer por una pendeja inmadura.
Cuando mi plato ya estaba vacío, lo llevé a la cocina, lo lavé y me quedé mirando un poco de tele un rato. Estaba arrepentido de como había tratado a Paula, pero también seguía enojado, y si iba al cuarto iba a ser para que la pelea creciera, y no quería.
No sé cuánto tiempo había pasado, pero los ojos se me cerraban, así que apagué, y cerré todo, y me fui a dormir. Al entrar al cuarto pude ver cómo Paula intentó ocultar sus lágrimas e intentó hacerse la dormida, eso fue el quiebre para que la vaya a abrazar y pedir perdón, no podía verla llorar; y menos sabiendo que era por mi culpa.
-Pau.. perdóname, ¿si? A veces hablo sin pensar, y sé que está mal, porque lastimo a mucha gente, en este caso sos vos. No necesito de un título para sentirme tu novio, para saber que estoy contigo, para quererte. De verdad, sos mucho más de lo que alguna vez pude imaginar que una mujer iba a ser en mi vida, no sabes lo que te quiero, no sabes lo bien que me haces; sos mi cable a tierra, necesito que estés ahí, sos la única capaz de hacerme ver cómo son las cosas, de lograr que encuentre otra salida. Pau vos en parte me salvaste, me sacaste de los pozos en los que caía en mis peores momentos, estuviste ahí siempre, y yo te lo devuelvo así, haciéndote mal, haciéndote llorar. Perdóname.-le dije esto último y sentí como se abrazó a mí llorando más.-Para de llorar por favor que me hace sentir la peor basura del mundo.
-Te quiero mucho, y perdóname vos a mi. Sé que no quisiste dar a entender eso, y que mucho menos dudas de lo que sentís. Yo tampoco necesito un rótulo para sentirme novia, para saber lo que te quiero; para estar ahí cuando me necesites. Estuve a punto de arruinar todo con un enojo estupido. Siempre, siempre voy a estar, sea la relación que sea, eso sábelo. Te quiero mucho.-dijo esto último y me besó.-
Mientras nos besábamos sequé sus lágrimas, o eso intenté, ya que estas seguían cayendo.
-Cálmate mi amor, te va a hacer mal, después vas a andar con dolor de cabeza.
-¿Me prometes que no me vas a dejar de querer aunque sea una caprichosa que se queja por todo y a todo le busca un problema?
-Caprichosa, llorona, enojona, loca, chueca, te voy a querer siempre, no me voy a ir de tu vida por nada del mundo, ni aunque me pegues una patada en el orto y me mandes volando hasta china.-sonreímos los dos.-
-¿Siempre juntos?-unimos nuestras frentes.-
-Siempre juntos, pase lo que pase.-sellamos estas palabras con un dulce beso.-

Espero les guste.