sábado, 11 de febrero de 2017

Capítulo 29

Paula escribiéndome un mensaje pidiéndome perdón y queriendo verme interrumpió mi sueño, ¿se había arrepentido? Se peleaba con el novio y se la agarraba conmigo. Nunca me tendría que haber enganchado con una compañera de trabajo; en estos momentos de bronca me daban ganas de ver a Valentina de nuevo, era controladora, me engañaba pero al fin y al cabo era la única que me lograba bajar a tierra. A veces llegaba a pensar que tan mal hacía las cosas en la vida para que me pasara tanta cosa, si no moría mi mejor amigo, mi hermano de la vida, las mujeres me boludeaban; al fin y al cabo, lo único bueno de la vida era la familia, ellos sí que nunca te defraudan, podes estar peleado a muerte que si los necesitas están, en las buenas, y en las malas.
Decidí pasar el día solo, necesitaba pensar, en todo; tranquilo, sin que nadie me molestara.
¿Por qué la vida era injusta? ¿Tanto mal había hecho en la vida para que sean todas malas? ¿Me merezco todo esto? Esas eran algunas de las preguntas que pasaban por mi cabeza, de verdad no entendía por qué pasaba todo esto, y yo salía lastimado indirectamente, no entendía nada; definitivamente estaba en  uno de mis días negros, donde no quería ver a nadie, solo quería un abrazo de Mateo, abrazo el cual no iba a ser posible, me daba bronca, no podía ser posible.
Pasé todo el día tirado en la cama pensando en todo y escuchando música. Cuando sentí hambre, me levanté y me cociné unos panchos al pan, tenía hambre, pero no tanta; encima eran como las seis de la tarde, si, un anormal. Terminé de comer eso, lavé los platos y me tiré nuevamente en la cama, definitivamente era un día bajón.
La música sonaba al mango en mis oídos intentando tapar mis pensamientos, pero parecía ser algo imposible. Entre los acordes de las canciones, escuche el ruido del timbre, ¿quién venía a molestarme justo hoy que no quería ver a nadie?
Me puse una remera y fui a ver quién era.
-¿Sí?-dije por el portero.-
-Pedro.-escuche la voz de Paula.-
-¿Que queres?
-Que hablemos.
-Ándate, no quiero hablar.-le dije.-
-No seas chiquilín.
-Chiquilín, ¿yo? ¿En serio?-sí, me indignaba.-
-Sí, dale, abrime.
-Quiero estar solo Paula.-¿que era lo que no entendía?-
-Fua, sos más cabeza dura. Abrime y solucionemos eso como dos personas maduras que somos.
-Bue, dice madura la que se enoja con el novio y se la agarra conmigo.-si, estábamos peleando por el portero eléctrico, me reí al darme cuenta lo bizarra que era la situación.-
-Te quiero explicar bien, dale Pepe.
-Cinco minutos, nada más.-dije y apreté el botón para abrirle.-
-Hola.-me dijo cuando le abrí la puerta arriba.-
-Pasa.-me corri hacia un costado.-
-Permiso.-dijo pasando.-
-¿Que querías decirme?
-Necesito que me perdones en serio, no quería que termináramos así; me puse nerviosa, después de haberme peleado con Diego y necesitaba escaparme. Tengo miedo.
-Porque te pelees por tu novio no tenes por qué enojarte así conmigo. 
-Ya sé, pero te repito, tengo miedo.
-¿Miedo de qué?
-No sé, a ver, lo que estoy sintiendo por vos estos días, lo que sentí cuando me besabas, cuando estuvimos juntos, no lo sentí por nadie antes. Me sentí tan bien, tan plena, tan mujer, en tan poco tiempo que nos conocemos y me da miedo, miedo de arriesgarme y que termine mal todo, de que nos estemos confundiendo, de que nos lastimemos, de lastimarte.
-Paula, nunca te lastimaría, ni haría algo para que eso te pase.
-Ya lo sé, pero el miedo existe igual. ¿Me perdonas?
-No es cuestión de perdonar o no...
-¿Entonces?
-Pau, vos tenes novio, y no se merece para nada lo que estamos haciendo.
-Si, lo sé, pero es inevitable sentir lo que siento por vos.
-Pau, para por favor.-le supliqué, iba a terminar de nuevo a sus pies.-
-¿Y si no quiero parar? ¿Y si quiero estar contigo?
-Primero vas a tener que hablar con Diego.
-Por favor, dame una oportunidad, te juro que yo voy a hablar con Diego, pero dámela.-me dijo con lágrimas en los ojos, ya no entendía nada.-
-Veni.-la acerqué y la abracé.-¿Qué pasó?
-Pasó que me siento una estupida, estoy lastimando al hombre que me ama, que me cumple los caprichos, pero te juro que es lo que menos quiere, no se lo merece, pero no puedo evitar sentir cosas por vos, no puedo evitar comparar todos los momentos, todas las actitudes de él, contigo. Nunca nadie me había tratado como me trataste vos ayer, nunca nadie me había hecho sentir tantas cosas Pedro.
-Pau, te juro que me encanta pasar rato contigo, me pasan cosas, y tampoco había sentido nada igual antes estando con alguien pero es complicado todo, la situación también.
-Ya sé que es complicado; pero, solo necesito saber algo para seguir o irme, ¿estás dispuesto a complicarte conmigo o te abrís?-dijo mirándome a los ojos.-

Medio tarde pero lo tienen. Espero les guste.
8 comentarios y mañana (domingo) subo otro.

10 comentarios: