martes, 31 de enero de 2017

Capítulo 19

-¿Despierto a Mica?-me preguntó Matías luego de mirar la hora.-
-Si, dale. Yo voy al baño a cambiarme.-le respondí.-
Ya listos todos fuimos a la agencia, cuando llegamos Paula todavía no había aparecido, ni había respondido los mensajes.
-¿Paula te respondió?-le preguntó Matías a Micaela.-
-Nop.
-Llámala.-le dije.-
-Llámala vos.-respondió.-
-¿Yo? ¿Por qué?
-Porque si, sos el que más preocupado está.
-Deja, no la llames.-dije.-
-Es que yo no la voy a llamar.-me dijo Micaela.-
-Que pendejos son los dos, yo la llamo.-dijo Matías agarrando el celular.
Se fue a un costado a hablar, y minutos más tarde volvió.
-Dice que se durmió, está llegando.. Y de mal humor.-advirtió.-
-Que divertido, Paula de mal humor es lo más amoroso del mundo.-me dijo irónicamente Micaela.-
-Pobre.-dije.-Ahí vino.
La vi bajar del auto con el novio, flaco, alto, morocho, de ojos más o menos verdes, como los de ella.
-Hola.-saludó.-Él es Diego, y él Pedro.-nos presentó.-
-Hola.-lo saludé dándole la mano.-
-Mucho gusto.-me dijo serio, devolviéndome el saludo.- 
-Bueno, ¿vamos? Porque estamos llegando re tarde ya.
-Si, perdón chicos. Chau amor.-lo besó adelante de mi, momentos incómodos si los hay.-
Mire a Matías, él se rió, palmeó mi hombro y se subió al auto.
-¿Qué necesidad de que bajara a saludar?-preguntó Matías.-
-La necesidad de que es mi novio.
-Es tu novio pero lo cagaste.-mi mirada fue hacía Matías, poco más lo rostice con la mirada, y Paula lo hizo conmigo.-
-No lo cagué con nadie. ¿Qué decis?
-¿Por qué mejor no cambian de tema? No se van a pelear ahora.-opine.-
-Te conviene que no hable más.-dijo Paula.-
-¿Yo que tengo que ver acá?
-Deja Pedro, no entendes nada.-y si, se enojó conmigo.-
El viaje fue tranquilo, por suerte los chicos eran más grandes y buena onda; había algunos que eran bravos pero nada que no se pudiera manejar.
Nosotros seguimos hasta el campamento, porque ellos tenían reservada una excursión.
Preparamos el juego de reconocimiento del establecimiento, íbamos a hacer el mismo que habíamos hecho la semana anterior con los nenes chicos.
Teníamos media hora más por lo menos, para nosotros, necesitaba hablar con Paula, porque no entendía que le había pasado. La vi sentada tomando sol, y decidí acercame a hablar con ella.
-Pau.-toqué su hombro.-
-¿Qué queres?
-Hablar contigo.
-No tengo nada para hablar, y tampoco me interesa.
-Pero yo si.
-No tengo ganas Pedro.
-Quiero saber qué te pasa.
-¿Que me pasa con qué ? 
-Que te enojaste conmigo, si no hice nada.
-No me pasa nada.
-Por algo te enojaste.
-No me enojé.
-Dale Paula, algo te conozco ya.-odiaba cuando se ponía en pendeja.-
-Dijimos que íbamos a hacer como que no había pasado nada.-dijo refiriéndose al boliche.-
-Si, ¿y?
-Lo primero que hiciste fue contarle a Matías.
-No le conté nada.
-Por algo dijo lo que dijo.
-Íbamos a hacer que no había pasado nada, bien decís eso, pero la que me hizo una mirada cómplice cuando hablaban de la ida al boliche fuiste vos.
-No por eso tenias que contarle a Matías.
-Paula no le dije nada, se lo negué como diez veces.
-No sé.
-¿Podes confiar en mí?
-Ya confie y me defraudaste.
-La culpable está vez fuiste vos, se ve que no podes hacer de cuenta que no pasó nada.

Espero que les guste.
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lunes, 30 de enero de 2017

Capítulo 18

-La pasaste mal ¿si o no?
-Basta Matías, por más que me preguntes mil veces lo mismo no voy a quedarme a dormir.-esquivó la pregunta.-
-Pero respóndeme.
-No, no la pasé mal.-me miró de manera cómplice.-¿Feliz?
-¿La pasas mejor con él o con nosotros?
-¿Qué es esa pregunta?
-Una pregunta.
-Cálmate, no voy a responder eso. Me pones en compromisos.
-Solo son preguntas.
-Que no quiero responder, si vos no bancas a Diego, no es mi culpa. Vivo todo el día con ustedes, todos los fines de semana, ¿está mal que un día les diga que no y me quede con él?-dijo visiblemente enojada.-
-Que ciega estás Paulita.-le dijo Matías.-
-Si estoy ciega o no, es mi problema no el tuyo.
-Soy tu amigo y digo las cosas por tu bien.
-Pero no me dejas ser feliz, que ya venis con boludeces.
-Bue, como digas Paula.
Con Micaela mirábamos la situación incómodos, ¿cuál era la necesidad de pelear por el novio?
-Cálmense, están infumables loco. Dejen de pelear por Diego, es siempre lo mismo, aburren ya. Si no se quiere quedar no se queda y listo.-dijo Micaela ya harta.-
-Gracias.-dije, yo también estaba cansado.-Empecemos con lo del campamento, porque nada armado tenemos.
Tiramos ideas, y cerca de las diez y media, Paula se fue. Micaela decidió acostarse, pero con Matías quisimos seguir de largo, si nos acostábamos no íbamos a despertarnos.
-¿Qué onda con Paula?-pregunté.-
-¿Eh?-me miró Matías sin entender.-
-Tu pelea por Diego.
-Ah, es que el novio es un tarado, te juro que no me lo banco, pero ella está re enamorada. Novio castrador.
-Tampoco es tan castrador porque la dejó salir con nosotros el otro día.
-Si, porque él seguro tenía que ir a la casa de algún amigo o algo, sino ni ahí la deja salir sola.
-¿Tanto?
-Sí, pero ta, ella sabe lo que hace. ¿Vos qué onda con ella? Vi la mirada cómplice.
-Ninguna, compañeros de trabajo.
-No me mientas.
-No pasó nada en serio, la mirada fue solo porque en si estuvo más tiempo conmigo.
-Mmm.... dame el beneficio de la duda.
-En serio te estoy hablando.
-No sé por qué no te creo.
-De mi boca no va a salir nada.
-Ósea que algo pasó.
-No. No pasó nada, basta.
-No te creo, no te creo.-canturreó.-
-Es tu palabra contra la mía.
-Por lo menos cagó al novio contigo.
-¡Ay, Matías!
-¿Qué?-se hizo el inocente.-
-¿Cómo vas a decir eso?-me reí.-
-No negas entonces que cagó a Diego contigo.
-Si.-dije pero no sonó nada convincente.-
-Primero convéncete vos y después negamelo.
-De esto nada a Paula.-no aguantaba más.-Quedamos en olvidarnos de lo qué pasó; fue un impulso.
-Mmm... ¿Seguro que a vos no te pasa nada con ella?
-Seguro, me separé hace días Mati.
-Cuando se miran se comen con la mirada Pedro.
-A vos ya te afecta la hora.
-¿Por que no queres ver la realidad?
-Porque tiene novio, porque me separé hace días.
-Tiene novio pero le encantas, te separaste hace días pero hace más que la miras con otros ojos.
-Que porfiado sos.
-No soy porfiado, se le nota a los dos que se tienen las re ganas. 
-Nada que ver, ponete lentes.
Seguimos hablando, por suerte cambio de tema; ya me estaba cansando que hablara tanto de Paula.
Aunque.... ¿y si era verdad lo que me decía? ¿Y si a Paula le gustaba? 
Pedro, mejor empeza a controlar tus pensamientos, y dejar de flashear, mira si le vas a gustar a una chica como Paula.-me dije a mi mentalmente.-

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sábado, 28 de enero de 2017

Capítulo 17

Me desperté y no sabía ni qué hora era, mi cabeza me estaba matando; por lo visto había tomado más de la cuenta. Lo último que recordaba de la noche era el beso con Paula.
El duchazo era la primera acción del día, o mejor dicho, de mi tarde; capaz me sacaba un poco la modorra y la resaca que tenía. Acto seguido a esto, me tomé un ibuprofeno, con algo tenía que calmar mi malestar. Ahora me estaba arrepintiendo de haber tomado tanto.
Mientras comía algo, sonó mi celular, lo que menos necesitaba ahora era escuchar ruido tan insoportable como el de la llamada entrante.
-¿Hola?-sí, atendí sin mirar.-
-Pepe, soy Mati.
-Hola... ¿Todo bien?
-Bien, ¿vos?
-Bien, con resaca pero bien.
-Y si, te tomaste hasta el agua de los floreros.-se rió.-
-No sé que me pasó, si no tomo mucho por lo general.
-Dado vuelta estabas, te juro.
-¿Hice algo?
-¿Más que chapar con Paula? No.
-¿Qué?-dije sorprendido, se suponía que ellos estaban adentro.-
-Te jodo tarado. Si Paula tiene novio, solo que estaban muy cerca.
-Que estupido que sos.-dije riéndome, pero por dentro estaba completamente aliviado.-
-En fin, esto me va a salir caro si seguimos hablando. Escucha, te llamaba para recordarte que nos tenemos que juntar a armar lo de hoy a la madrugada.-teníamos otro campamento.-
-¿Siempre son así de seguidos los campamentos?-dije con sufrimiento.-
-En esta época es donde empeora.
-Bueno, venganse a casa; ahora digo en el grupo.
-Dale loco, saludos.
-Saludos cabeza.-dije y corté.- 
"Eu, hoy en casa, tipo ocho. Besos"-puse en el grupo de coordinadores.-
-¿Tipo ocho? ¿No es muy tarde?-preguntó Micaela.-
-Se quedan a dormir y salimos de acá.-respondí.-
-No me puedo quedar, le prometí a Diego que dormía con él hoy, pero puedo ir hasta las once por ahí.-puso Paula y no sé por qué, pero me había molestado.-
-No te pongas la gorra Pau, que se mate Diego.-respondió Matías, definitivamente no se lo bancaba.-
-No me pongo la gorra, ya ayer le cancelé por salir con ustedes.
-Yi iyir li quincili pir silir quin istidis. Como si la hubieras pasado mal.-Matías.-
-Bueno, cálmense y dejen de pelear.-dijo Micaela.-
Dejé mi celular y volví a concentrarme en mi comida, al tiempo que miraba a mi al rededor, rastros de desorden no había, gracias a Dios.
"Feo, venite que te quiero ver. Necesito consejos."-le mensajee a Lucas, mi hermano.-
-Voy, dejo a tu sobrina en lo de una amiguita, que justo la invitaron y pasó por tu casa.
-Gracias.
Rato después, Lucas había llegado a casa.
-¿Fernet? ¿Cerveza?
-Cerveza, pero si vos tomas.
-Paso... yo voy a tomar gaseosa. Ya anoche hice cualquiera.
-¿Que pasó?
-Salí a bailar y me chape a una compañera, que tiene novio.-dije mientras iba a buscar la cerveza para mi hermano, y la gaseosa para mí.-
-Que hiciste ¿Qué?
-Eso que escuchaste.
-¿Y Valentina?
-Terminamos hace unos días, cuando fui a cenar a casa ya no estaba más con ella. Y menos mal que terminé porque tenía otro.
-No tenemos nada de suerte nosotros eh.-dijo mi hermano riéndose.-
-La verdad que no.
-Contame lo de tu compañera.
-Nada, estábamos los dos con unas copas arriba y nos chapamos, nada más. Pero me siento re mal, pobre el novio.
-La verdad que si, encima engañarlo contigo.-dijo peleándome.-
-Cállate forro.-reímos.-
Seguí contándole lo que me ocurría, hasta que se tuvo que ir, además, falta poco más de media hora para que llegaran los gurises, y yo... tenía que bañarme.

Espero les guste....
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viernes, 27 de enero de 2017

Capítulo 16

La canción pasó y nos quedamos un rato más en la pista, uniéndonos a Mati y Mica. 
-¿Están pasando bien?-pregunté.-
-Si, de diez.-dijo Matías mirando a Micaela mientras sonreía.-
-Ya me robas a mi amiga.-le reprochó Paula.-
-Lo mismo que tu novio hace contigo.
-No metas a Diego que ni vino.-dijo riéndose.-
-Es que no me lo banco.-sincericidio de Matías.-
-Ya sé, por eso mismo, si no vino, no lo llames.
Habíamos pasado bailando y hablando entre todos, cerca de las cuatro de la mañana Paula me pidió si la acompañaba a tomar un poco de aire.
-Gracias Pepe, necesitaba un poco de aire.
-Estaba sofocante ahí adentro.
-Sí.-dijo mientras se recostaba en mi pecho.-Mucha gente junta.
-La verdad que si, no sé cómo hacen para aguantar.
-Y sobre todo cuando están chapando.-se rió y supe que se refería a Micaela y Matías.-
-Así que tenes novio.-saqué tema.-
-Se.
-¿Y te dejó salir sola?
-Tampoco salgo tan sola, digo, estoy con ustedes.
-Dos solteros.
-Uno.-me corrigió.-
-Bueno si, uno.
-Confía en mi, además dudo que vos te fijes en una compañera de trabajo, en una chica como yo.-lo sentí como un palazo, pero quizá fue impresión mía.-
-Uno nunca sabe.
-También, te separaste hace poco.
-En la vida no hay tiempo, ni nada que marque cuando podes querer o estar con otra persona. 
-Es verdad. Pero confió en que vos no te fijarías en alguien como yo.
-¿Qué te hace estar tan segura?
-Podría ser tu hermana.
-Pero no lo sos.-creo que el alcohol me estaba afectando ya, debía controlarme.-
-Creo que acá alguien tiene mucho alcohol en sangre.-se rió.-
-Encima que soy sincero.
-Está perfecto, pero no con alguien que tiene novio.-intentó convencerse a sí misma.-
-¿Soy yo, o estás diciendo esto para convencerte a vos misma que tenes novio y estaría mal por ejemplo que me dieras un beso?
-Tal vez.
-¿Por qué yo?
-Porque sos demasiado tierno, lindo; caballero.
-Pero no está bien, tenes novio.
-Lo sé.
-¿Entonces?
-No sé, el alcohol, se está haciendo presente.
-El alcohol, claro.
-Bueno, en realidad no. Me estoy muriendo por besarte desde que llegaste a la casa de Micaela con toda esta facha, la camisa, el jean, todo te hace ver más lindo de lo que sos y el perfume que tenes termina de hacerme olvidar de todo.-se acercó a mí.-
-Pau.-dije intentando que frene.-
-Sh..
-Esto no está bien, tenes novio.-pero hizo caso omiso.-
Segundos después nuestros labios estaban unidos, y a pesar que intenté resistirme no lo logré y seguí el beso  a la perfección, no estaba bien lo que estábamos haciendo; pero lo hecho, hecho está, dicen.
Cuando ya no tuvimos más aire, nos separamos dejando nuestras frentes pegadas.
-Esto no está bien Pau.
-Perdón, tenía que hacerlo. Lo necesitaba.
-¿Sos consciente de lo que acabas de hacer? Tenes novio Pau, esto no debería haber pasado, él no se lo merece.
-Perdón.-dijo visiblemente arrepentida.-No quería incomodarte y tampoco que nada cambie en nuestra relación.
-No me incomodaste, tranquila, pero si tengo claro algo, es que mañana te vas a arrepentir de esto, si es que ya no lo hiciste y prefiero que hagamos de cuenta que nada pasó y que el beso jamás existió.
-Me va a costar.
-Pau, dale. ¿Vamos a bailar? 
-Bueno.
-Mañana cuando se te pase el efecto del alcohol seguro te vas a querer matar, por eso prefiero hacer que nada pasó.-bese su frente y volvimos a entrar al baile.-
Mientras Matías, Micaela y Paula estaban juntos yo fui un rato a la barra, no solo extrañaba a Mateo, sino que acababa de seguir un beso del cual me iba a arrepentir toda mi vida, si ya me rondaba en la cabeza todo el día, ahora con el beso más.
Bueno... acá tienen. Espero que les guste.
8 comentarios y mañana tienen otro......

jueves, 26 de enero de 2017

Capítulo 15

Al final, decidimos ir a bailar, bah, decidieron, yo iba para hacerle la gamba a Mati y que Paula no quedara sola.
Fui el segundo en llegar a la casa de Micaela, la primera a había sido Paula, quién fue la encargada de abrirme la puerta porque la dueña de la casa recién se había entrado a bañar.
-Pepe, ¿todo bien?
-Si, ¿vos? 
-Bien.-me sonrió.-
-Me alegro.
-¿Vamos al balcón? Ahí están las cosas, estaba armando la picada.
-Dale.
En el balcón, me paré apoyando mis codos en la baranda y se me dio por pensar, la melancolía me volvía una vez más, lo extrañaba.
-Pepe, ¿seguro que estás bien?-asentí.-Mmm no te creo. Podes confiar en mí.
-Mi mejor amigo...-decidí contarle, y de paso descargarme.-
-¿Qué pasó con él?  
-Harán dos, tres semanas, volviendo de un partido de fútbol, tuvimos un accidente de tránsito y yo sobreviví, pero él falleció en el instante. Todavía siento culpa, si no hubiera estado peleando por mensaje con mi ex, y le hubiera avisado a tiempo que venía un auto, quizá ahora estaba acá conmigo.
-Pepe, yo... lo siento.-me abrazó.- 
-Todo bien. Por eso he estado así últimamente.-fingí una sonrisa.-
-¿Por eso la cicatriz en tu brazo?
-Si, me clave un vidrio. Pero bueno, cambiemos de tema.
-Uff... gracias por confiar. ¿Terminaste con tu novia? Digo, porque me dijiste, ex.
-Sí...
-Hola, Pepe.-dijo Mica interrumpiendo nuestra charla.-
-Sucia, nos dijiste una hora y ni bañada estabas, menos mal que Mati no llegó todavía.-dije cargándola.-
-Y conociéndolo, no va a llegar hasta ponele que dentro de una hora.
-¿Impuntual?
-Más que impuntual.-dijo Paula.-
-Si quieren vamos pidiendo las pizzas, porque si esperamos a que Matías llegue, podemos morir de hambre.
Yo me reí porque pensé que estaba exagerando pero no, Matías llego una hora después, nosotros ya estábamos empezando a comer.
-Fa, valía esperarme.
-Chabon, no podes ser más impuntual. Ya está tibia la pizza de esperarte.-dijo Micaela.-
-Igual.-dijo él peleándola.-
-No empiecen.-dijo Paula.-
Matías y yo tomamos fernet, y Paula con Micaela tomaron gintonic.
-No entiendo cómo les gusta eso.-nos dijo Paula refiriéndose al fernet con coca.-
-Gustos son gustos, tu novio es un espanto y yo no te lo digo. Ah no para, te lo acabo de decir.-dijo Matías haciendo que nos tentemos todos.-
-Mati, ¿me acompañas a buscar más pizza?-dijo Micaela, y este asintió.-
-¿Te molesta si me apoyo en tu hombro?-me pregunto Paula y yo negué, para después sentir su cabeza en él.-Me gusta tu perfume.-confesó.-
-Creo que te está pegando el alcohol, y eso que vas menos de un vaso.
-Solo te digo la verdad.-me miró a los ojos.-
-¿Gracias?-tanta cercanía me incomodaba.-
Desvíe la mirada y justo llegaron Matías y Micaela con más comida.
Entre risas, bebidas y comida pasamos la previa, y cerca de la una de la mañana fuimos hasta el boliche.
Ni bien llegamos, Matías y Micaela se fueron a bailar, mientras que con Paula nos quedamos sentados en unos sillones.
-¿No queres bailar?-preguntó Pau.-
-Si queres vamos.
-No quiero que vayas obligado, pero tampoco quiero que vengas para no disfrutar.
-Yo disfruto, y de verdad cuando quieras vamos. Mucho no sé bailar, pero hago lo que puedo.
-Somos dos.-reímos.-
-¿Estás mejor?-yo asentí.-
Rato después, la música cambio y empezó a sonar una canción que parecía ser la predilecta de Paula.
-Amo esta canción, ¿podemos ir a bailar?-me dijo cuál nena, definitivamente, era su predilecta.-

Bueno, espero que les guste..
8 comentarios y mañana subo otro 😏

miércoles, 25 de enero de 2017

Capítulo 14

Algunos días pasaron, y llegó por fin el reencuentro, si, hoy, día de fulbito con los pibes del barrio.
-¿Empezamos?-preguntó Rodrigo.-
-Dale, armemos los equipos.-dijo Santino.-Dos equipos. Yo elijo, falta uno.
-Yo elijo.-dijo.-
-Empezá.
-Mat...-me di cuenta lo que estaba por decir y me dolió, pero lo disimule.-Benja.
-¿Estás bien?-preguntó en mi oído, y yo asentí.-
Los equipos quedaron de la siguiente forma: Facundo, Benjamín, Ramiro, Hernan y yo por un lado y Rodrigo, Santino, Federico, Manuel y Samuel por otro.
Pasamos una linda tarde jugando, y pasándola bien; aunque claro, se sentía la falta de Mateo.
-Pepe, ¿vas para tu casa?-mepreguntó Benja.-
-No, voy al río. Necesito pensar.
-¿Te jode llevarme a casa?
-Dale, subite.
Nos despedimos de todos y nos subimos al auto...
-¿Cómo estás con lo de Mate?
-Bien, llevándola. 
-Me di cuenta lo de hoy.-refiriéndose al acto inconsciente que hice al armar el equipo.-
-Te juro que se extraña tanto.
-Te entiendo Pepe, pero bueno, tampoco podes seguir mucho tiempo más así.
-De a poco lo superaré. Llegamos.-dije al estacionar frente a su casa.-
-Gracias Pepe, nos vemos, y dale arriba cabezon.
Cuando llegue al río, estacioné el auto y me recosté en el pasto, nadie me entendía, Mateo era una persona llena de alegría, el que me bancaba día y noche, casi un hermano para mí, no caía, ni lograba entender que había pasado, por qué se habían dado así las cosas.
Mis pensamientos fueron interrumpidos por un llamado, era Matías.
-Mati..
-Pepe, ¿cómo andas?
-Bien, ¿vos?
-Bien, gracias. Cucha, ¿tenes ganas de venirte a tomar un fernet?
-Mmm... Gracias, pero tengo la cabeza en cualquier lado.
-Dale loco,venite y hablamos tranqui. Tampoco te hace bien estar solo.
-Bueno, en un rato te aviso si voy o no.
-Dale, nos vemos.
Me quedé reflexionando un rato más, y quizá un fernet no me hacía mal.
"Estoy yendo"-le mandé mensaje a Matías.-
-Te espero.-respondió.-
Cuando llegué toqué timbre y me abrió a los pocos minutos.
-Loco, pensé que no ibas a venir.
-Lo pensé un poco más, y dije que un fernet me iba a hacer bien.
-¿Qué anda pasando?
-Terminé con Valentina, entre otras cosas.
-¿Muchos recuerdos? ¿La amabas?
-Si, igual eso no me dolió tanto. Que sé yo, ya no sentía lo mismo. Extraño un poco algunas cosas, amigos, pero bueno.
-¿Ella cómo se lo tomó? ¿Tus amigos no viven acá? Tomá.-me dio un vaso con fernet y yo le agradecí mientras lo agarraba.-
-Mal, pero bueno, yo no puedo hacer nada. Encima cuando me estaba yendo me dijo algo que la quise matar. Lo de mis amigos es una historia larga, en algún momento te contaré.
-Como quieras. ¿Qué te dijo?
-Que se lo tomaba mal, pero que no le importaba porque se estaba conociendo con otro pibe. Ósea, me hacía la vida imposible, pero me estaba engañando. Te juro que la odié.
-Que hija de puta. Yo la mataba ahí, ¿cómo va a ser así?
-No solo me controlaba, sino que me hacía cornudo. ¿Vos qué onda con Mica?
-Nada, no nos vimos más después del día que volvimos del campamento.
-Pero, ¿hablaron?
-Sí, no pasó más que besos, pero hablar hablamos casi todos los días. Hoy me había dicho de ir a bailar con Paula, y que te dijera a vos, el tema es que Paula no sabía si iba a querer salir, porque se juntaba con el novio, y no sé que.
-Ah, claro. Yo igual, muchas ganas de salir no tengo, pero si salen te hago la gamba.

Espero que les guste, gracias por leer.
Si llegan a 10 comentarios para las 22:30, subo hoy. Sino subo mañana. 😘

martes, 24 de enero de 2017

Capítulo 13

Cuando llegué me preguntaron por Valentina pero evadí el tema, como mucho le contaría a Camila, y si me preguntaba.
En mi familia éramos siete, tres hermanos, mis padres, y una sobrina, Romina; era hija de mi hermano, quién estaba separado de la madre de ella, o mejor dicho, lo había abandonado cuando Romina-mi sobrina- tenía tres meses.
-¡Tiooo!-corrió hacia mi cuando se despertó.-
-Hermosa, ¿cómo estás?-la alcé.-
-Bien. ¿Jugas conmigo?
-Tu tío está cansado.-dijo Lucas, mi hermano.-
-Si queres podemos pintar.-ella asintió feliz.-Bueno, anda a buscar las pinturas.-no terminé de decir eso que ya había salido corriendo a su cuarto.-
-¿Para cuando el hijo?-preguntó Camila, yo la miré y no respondí.-Dale, respóndeme. ¿Eso me tenías que contar de Valentina? ¿Me vas a hacer tía y encima de esa infumable?
-No Camila no. Cálmate con ese tema.-dije ya exasperado.-
-Ey, ¿por qué tanta mala onda? Sería muy lindo un hijo tuyo.
-Terminé con Valentina.-solté de una, hablando bajo.-
-¿Eh?
-Si queres, venite a casa y te cuento después de la cena.-parecía una mina más.-
-Dale. Mira quién viene acá.
-Mi princesa.-la senté en mi regazo.-
-¿Pintamos acá?
-Si, dale.
No había nada más lindo que pasar con la familia, dicen, y así era. No cambiaba estos momentos por nada.
-¿Cómo estás con lo de Mateo?-preguntó mi padre.-
-Como se puede.-respondí.-
-Con Valentina ¿todo bien?
-Si.-me limité a decir, no tenía ganas de dar explicaciones.-
Cerca de la medianoche, le avisé a Camila y nos fuimos para mi casa. Pijamada de hermanos, aunque ella era casi una amiga.
-¿Queres algo para tomar?
-Si, gracias.
-Agarrá.-y fui a mi cuarto, me encantaba pelearla.-
-¡Pedrooooooo! Te voy a matar.-y escuché que venía hacia mi cuarto.-
-¿Qué te pasa?-dije haciéndome el desentendido.-
-Sos un forro.-y empezó a reírse.-
-Ah, no sos normal.
-Soy tu hermana.
-¿Qué estás insinuando?-acerqué mis manos a su panza, si no se retractaba le haría cosquillas.-
-Que vos tampoco sos normal.
-¿Estás segura?
-Sí.
-Ah, ¿si?-comencé a hacerle cosquillas.-
-Basta, sos normal.-dijo entre risas.-
Amaba pasar tiempo con mi hermana, era la única que podía sacarme sonrisas.
-Bueno, ahora me vas a servir agua, y después contarme qué pasó con Valentina.
-Servite vos.
-Es tu casa nene.-me dio un golpe en la cabeza.-
-Ya empezas con la violencia.
-Yi impizis quin li vilinci.-me burló.- 
-Estupida.
-Tráeme agua, dale.-dijo como nena caprichosa.-
-Uy que infumable sos nena.-dije mientras me levantaba.-Toma.-le di el tan preciado vaso de agua.-
-Demoraste mil años para servir un vaso de agua. ¿Sos joda Pedro?
-Encima que te lo traigo. La próxima vas vos.
-Contame lo de Valentina, dale.
-Durante el campamento no se aburrió de llamarme, pero yo si de que me llame así que nada, hoy le mandé un mensaje y nos juntamos a tomar un café, le expliqué todo y terminé con ella. Ya se estaba volviendo enfermizo todo.
-¿Y ella como se lo tomó?
-Mal, se pensó que había otra.
-¿Y la hay?
-¡No!
-Mmm... Yo misma vi cómo te miraba tu compañera de la agencia.
-¿Qué compañera?
-La rubia de ojos verdes.
-¿Paula? No, nada que ver. Tiene novio y todo.. Creo, pero nada que ver.
-No te veo convencido.
-En serio, nada que ver.
-Fea no es.
-No, no es fea. Pero recién salí de una relación, no quiero entrar en otra y menos relacionarme con una compañera de trabajo, además, repito, tiene novio.

Gracias por los comentarios y por leer.
5 comentarios y mañana tienen otro capítulo 

lunes, 23 de enero de 2017

Capítulo 12

"Necesito que nos juntemos en el café de la esquina de casa, cuanto antes mejor."-le texteé a Valentina ni bien me desperté, después de pensar y pensar, lo decidí; iba a terminar con ella.-
-¿Qué pasó? Estoy libre después del trabajo. ¿No queres venirte a casa?-respondió casi al instante.-
-Es mejor hablarlo en el café, a las siete de la tarde te espero ahí, puntualidad por favor.-le dije, no iba a ir a su casa, si de algo estaba convencido, era de eso.-
-¿Pero todo bien? Estás raro Pedro.
-Basta Valentina, cuando nos veamos te vas a enterar.-ya me estaba exasperando.-
Me levanté, me di una ducha y me propuse desayunar.
¿Qué haría en todo el día hasta que se hicieran las siete? Ir al gimnasio, necesitaba ejercitar y sacar la mala energía que estaba en mi hacía días.
Mientras que esperaba que pasara la hora para poder almorzar me jugué algunos partidos en el FIFA, si, era un vicioso de eso, amaba jugar a la play, igual más lo amaba cuando era con compañía.
Me preparé un almuerzo liviano, -si, me gustaba cuidarme; aunque se vea raro en un hombre.-me armé el bolso y me dirigí al gimnasio.
Luego de dejar todo en el locker y agarrar una toalla, decidí empezar con unos minutos de caminadora; para mi sorpresa, en una de ellas estaba Paula.
-¡Ey! No sabía que venías acá.-le dije dejando ver mi sorpresa.- 
-Pepe, hola.-dejo un beso en mi mejilla.-Empezamos hace una semana con Mica, pero hoy ya no vino.-río.-
-Es una vaga.-asintió en muestra de que estaba de acuerdo conmigo.-
-¿Y vos? ¿Cuando empezaste?
-Yo vengo hace como un año pero hacía varias semanas que no venía.-dije poniéndome en la cinta de al lado, que había sido recientemente liberada.-
-Con razón. Hay que convencer a Mati de que venga.-yo solo asentí.-
Estuvimos ahí, unos quince, veinte minutos hablando hasta que ella se fue para otro lado. 
Bicicleta fija fue mi siguiente parada, treinta minutos en cada aparato.
Cuando estuve exhausto me fui a bañar, para poder volver a casa y estar en hora en el café.
El reloj marcaba las siete menos cinco y yo ya estaba en el café, esperando a Valentina; que con seguridad, iba a llegar tarde, no se le podía pedir puntualidad.
Habían pasado quince minutos de las siete y Valentina seguía sin aparecer, ¿qué le costaba llegar en hora?
-¿Donde estás? Era a las siete que tenías que estar acá.-le mande mensaje.
-No jodas Pedro, ahora voy, estoy a unas cuadras.
Siete y media se digno a aparecer.
-Hola.-me quiso dar un beso, pero le corrí la cara.- ¿Qué pasa?
-Era a las siete no siete y media, ¿te pensas que yo estoy al pedo todo el día?-si, estaba enojado. Odiaba la impuntualidad.-
-Bueno, cálmate. No pude llegar antes.
-¿Te costaba avisar? Media hora esperándote como un pelotudo.
-Bueno, basta. Deja de quejarte. ¿Qué pasó?
-Tenemos que hablar.
-Na, ¿en serio? Pensé que nos juntábamos acá a comer nada más.-dijo con ironía mientras me interrumpía.-
-¿Me vas a dejar hablar?-asintió.-Gracias. Te dije de juntarnos, porque estuve pensando y me parece que esto no da para más.
-Esto, ¿qué?
-Nuestra relación. Está... ¿cómo decirlo? Algo, desgastada.
-Ósea, ¿me estás dejando?-asentí.-Ahora entiendo por qué no me respondía los llamados, ¿hay otra?
-No Valentina, no hay otra. Esto es por nuestro bien, ya se estaba volviendo todo enfermizo.
-¿Enfermizo qué?-levantó la voz y los que estaban cerca nos miraron.-
-No grites.-dije entre dientes.-
-Sos un ridículo Pedro, me estás dejando seguro por otra ¿y me pedís que no grite?
-No te estoy dejando por otra, estoy dejando porque sos uña controladora, celosa, infumable que me anda atrás todo el día, convirtiendo nuestra relación en algo enfermizo. Para controlarme están mis padres, vos sos, bah eras mi novia nada más.-si, le dije todo.-
-No podes decirme todo eso Pedro.-se hizo la víctima.-
-Y vos no podes llamarme cada dos segundos Valentina.
-¿Está mal que quiera hablar con mi novio?
-No, no está mal, cuando llamas mínimo cada dos horas, no cada un minuto. Estaba trabajando y me sonaba el celular a cada rato.
-Trabajando, claro.
-Me creas o no, es lo que estaba haciendo, y esto termina acá. Que seas feliz.
Llamé al mozo para pedirle al cuenta, le pagué, y mientras me levantaba para irme, escuché algo que me había dicho Valentina, lo cual me había dejado atónito.
Me sentía descargado, al final no había sido tan mala idea terminar con ella.
Caminé hasta mi casa, necesitaba asimilar lo que ella me había dicho y cuando llegué me desplomé en la cama, aunque no tuve ni un segundo de paz que ya me estaba sonando el celular.
-Cami.-dije con alegría al atender.-
-Pepito, ¿todo bien?
-Bien, ¿vos?
-Bien, gracias. Escucha, ¿te va cena con todos en casa?
-Dale, me baño y voy.
-Dice mamá que invites a Valen.-dijo irónicamente.-
-Vemos.-no iba a llevarla, estaba claro. Ya nada me unía a ella.-
-¿Vemos? Mete alguna excusa, no quiero verla.
-¿Ustedes no se llevaban bien?
-Se puso muy infumable.
-Bueno, nos vemos. Tengo que contarles algo.
-¿Sobre?
-Valentina.
-¿Está embarazada?-preguntó.-

Bueno, espero que les guste.
5 comentarios y mañana tienen otro (los anónimos con usuario de tw, sino no cuentan).

domingo, 22 de enero de 2017

Capítulo 11

Lo que quedaba del sábado y el domingo, se pasó entre juegos, y diversión.
Habíamos decidido que después de ir a la agencia, a la vuelta, nos juntaríamos en la casa de Micaela para tomar algo, y hacer un balance de lo que había sido el campamento.
Estábamos yendo en el auto para la casa de Mica y mi celular no dejaba de sonar, así que opté por apagarlo, por lo menos hasta llegar.
-¿Compramos unas pizzas en el camino?
-Dale, me copa la idea. Sino después tengo que ir a cocinarme, y fiaca.-dijo Paula.-
-Todo te da fiaca a vos.-opinó Matías.-
-Déjame feo.
-Que raro que no te esté esperando Diego.-esta vez fue el turno de Mica de opinar.-
-Ni sabe que llegaba hoy, estamos peleados.-respondió Paula.-
¿Quién era Diego? ¿Tenía novio?
Pasamos por la pizzería y entre todos compramos muzza con fainá y helado, esto último no podía faltar, nunca.
Ya instalados en la casa de Mica, y mientras cenábamos volvió a sonar mi celular, el cual había prendido hacía minutos.
-Andas solicitado Pepe.-me cargó Matías.-
-Un poco.-dije riéndome.-
-Más que solicitado, controlado diría yo.-opinó Paula.-
-Eso siempre.-volvió a sonar mi celular, volví a cortar la llamada.-Ya me tiene cansado.
-¿Tu novia?-preguntó Micaela, y yo asentí.-
-Pero te llama cada cinco segundos boludo.
-Ya sé, pero bueno, es así..
-¿Celosa? ¿Controladora? ¿Pesada?-preguntó Paula.-
-Sí, todo eso. Que se yo.
-Como que se está volviendo un poco enfermizo igual, ¿no?-me dijo Matías.-
-Siempre fue así.-o no, pensé.-Pero ahora sí, ya me tiene cansado.
-¿Está todo el día así?-preguntó Mica.-
-Últimamente sí. No sé por qué, pero ya es infumable.
-Sinceramente, yo no sé cómo te la aguantas. Ósea, todo bien los celos, todo eso. Pero como dice Mati, ya es algo enfermizo, no puede estar cinco minutos sin llamarte. Cuando estábamos volviendo la atendiste y te volvió a llamar a los pocos minutos de que habían cortado.-dijo Paula.-
-Puede ser.
-No Pepe, puede ser no, ¡es!
-Que sé yo, no lo veía tan así.
-En todo el campamento no te dejó en paz, y vos estabas trabajando. Encima cuando atendías te puteaba seguro.-opinó Mica.-
-Si, eso es verdad. 
-Vos mismo decías, lo importante es que no se vuelva algo enfermizo, pero acá ya lo es. Obviamente que es tema tuyo, y vos decidís. Mientras no te termine haciendo mal, si sos feliz así.-dijo Paula.-
Comimos, paveamos y después de eso Matías nos llevó hasta nuestras respectivas casas en su auto.
Al llegar, me di un baño y después me acosté.
Sin querer queriendo terminé pensando en la charla que había tenido con los chicos, por ahí tenían razón, no era la primera vez que me pasaba de que llamara tanto, o se enojara porque no respondía llamadas cuando estaba trabajando.
¿Ya era algo enfermizo? Sí, pero hasta ese momento no me había dado cuenta.
La amaba, la quería, estuvo en los momentos más felices, y en los más tristes también, pero yo no necesitaba a alguien que me controlara todo el día. 
Me daba cuenta de que lo necesitaba a él, ¿qué haría él? ¿Qué me diría que hiciera? ¿Qué consejo me daría?
En estas situaciones es donde me daba cuenta cuanto me hacía falta, que él siempre había estado para mí, y yo le había fallado varías veces, aunque él me perdonaba todo, al igual que yo con él.
Mientras todos esos pensamientos rondaban por mi cabeza, logré dormirme, aunque con nostalgia.
La luz del sol pegaba fuerte en los ojos, me desperté puteando por haberme olvidado de cerrar la cortina, y a Camila mentalmente por haberme dejado las cortinas abiertas la última vez qué pasó por casa a limpiar.
El reloj marcaba las diez de la mañana, con toda la pereza del mundo, tomé mi ropa interior y entre a darme una ducha, la cual me sirvió para terminar de decidirme; hoy iba a hablar con Valentina.
Fui a hacerme un almuerzayuno y en el camino me encontré con una foto, que hizo que toda la decisión que había tomado en la ducha se esfumara.
¿Hablaba con Valen para terminar o hablaba con ella solo para que intente cambiar la actitud?
La amaba demasiado como para terminar con ella, y sobre todo, se llevaba muy bien con él... Terminar con ella, significaba romperle el corazón, cosa que ni a mi, ni a él, nos gustaría.
Aunque si él supiera que yo estoy pasando mal, tampoco le gustaría.
¿Que hacía? ¿Terminaba o no?

Perdón la hora, llegue a casa hace una hora directo a escribir.
Espero que les guste. 
5 comentarios y mañana tienen otro.

sábado, 21 de enero de 2017

Capítulo 10

Cuando caí en la realidad me separé soltándola rápidamente.
-¿Vamos?-pregunté.-
Ella solo se limitó a asentir y a caminar detrás de mi.
No entendía mucho que había pasado recién, que habi sido esa conexión entre los dos; pero tampoco le quería dar bola y enroscarme.
Cuando llegamos a la cabaña tome mi celular y de nuevo tenía mil llamadas de Valentina.
-¿Pasó algo Pepe?
-No, mi novia nada más. Mil llamadas perdidas tengo, no entiende que estoy trabajando. Ayer me hizo lo mismo.
-¿Pero no hablaste con ella?
-Sí, anoche y nos peleamos justamente por este tema. El día que me llevaron a la agencia, al rato ya me estaba llamando. Entiendo que se preocupe y todo eso, pero tampoco para tener seis llamadas perdidas cuando hacía diez minutos nos habíamos visto.
-Mucho control. ¿Es celosa? Capaz saber que viajas con dos minas la hace estar insegura.
-Ne, no es eso, cuando viajo solo también. Y lo de los celos... Es celosa hasta de mi hermana, así que imagínate.
-Ah, no está bien, perdóname que te lo diga.-yo reí.-
-Lo sé, pero bueno, la elijo así. Mientras no se vuelva algo enfermizo.
-Si, obvio. Mientras no sea enfermizo, todo es soportable.
-Sí, aunque por momentos te canse, pero bueno.-guardé el celular.-
-¿No la vas a llamar?-dijo y por arte de magia mi celular empezó a sonar.-
-No, y si la atiendo ahora es para comerme una puteada de la que no tengo ganas, así que, tampoco la voy a atender.
-Vos la conoces más, pero capaz si la atendes deja de llamarte por un rato.
-Ne, la atienda o no en cinco llama de nuevo y si la llamo me va a poner de mal humor.
-No la atiendas entonces, no quiero ser yo la que soporte tu mal humor.-dijo entre risas.-
-Gracias.
-No, por favor, a las órdenes. Bueno Pepito, me voy a acostar un rato.-terminó de decir esto y mi celular volvió a sonar.-Bah, si tu novia me lo permite.-
-Ahora le saco el sonido, así hago lo mismo.
-¿Te animas a poner alarma?
-Si, ¿a las tres y media te parece bien?-eran las dos menos cuarto.-
-Perfecto, gracias.
Dejó un beso en mi mejilla y se acostó, yo la imité después de poner la alarma y de sacarle el sonido al celular, dejándolo solo en vibrador.
-Pepe, arriba, está sonando la alarma.-escuché que me decían mientras había una música de fondo.-
-Mmm.... ¿Ya?
-Sí, dale. Tenemos que armar cosas.-abrí los ojos y tenía a Paula adelante.-
-Un ratito más. Por favor.-le dije mirándola con carita compradora.-
-No, dale.
-Unos minutos más, dale. No seas mala.-le sonreí.-
-Que dormilón, está bien. En un rato te vengo a despertar.
-Gracias.-le dije sonriendo, para minutos después quedar dormido nuevamente.-
No sé cuánto tiempo había pasado, ni cuánto había dormido, pero parecía que habían pasado años.
Tome mi celular para ver la hora, y tenía nuevamente varias llamadas, y algunos mensajes; entre ellos uno era de ¿Paula? ¿Por qué me mandaba un mensaje?
Sin pensar mucho más lo abrí: "Pepito, cuando te despiertes y dejes de morsear venite a la piscina, que estamos armando el juego nocturno." Miro la hora en la que me había llegado el mensaje, y recién habían pasado quince minutos. 
Me lave la cara, los dientes, me puse la bermuda y fui a la piscina.
-Buenas tardes dormilón.-me dijo Matías.-
-No me despertaste.-miré a Paula.-
-Te desperté, me respondiste y todo, pero nunca te levantaste.
-¿Yo? Dale, no jodas. No me despertaste.-dije mientras me sentaba en la orillita.-
-Te desperté si.-dijo riéndose.-
-Por ahora no hablo dormido.
-Bueno, hoy lo hiciste.
-Mentira.
-¡Pedro! ¿Quién te despertó?
-Vos.
-Entonces créeme.
-Mmm... Dudo. ¿Que hacían?
-Armábamos el juego nocturno mientras esperábamos que el bello durmiente se despertara.-me respondió Micaela.-
-¿Ya pensaron algo?
-Claramente muy de terror no puede ser, así que pensamos algo de conquistar y haya terroristas o algo así.
-Puede ser. Pero tiene que ser por acá, tranqui, porque son chicos y nosotros somos cuatro.-opiné.-
-Si, eso es verdad. Pero le podemos pedir ayuda a las maestras de última.
-Yo dejaría el juego nocturno para los chicos del campamento del finde que viene. Y con ellos hacer una guerra de bombitas de agua o algo de eso.-opinó Matías.-
-También puede ser.
Mientras esperábamos que llegaran del paseo, terminamos de tomar algunas decisiones y fuimos a arreglar el comedor para la merienda.

Perdón por la hora, no tenía el capítulo escrito.. Espero que les guste, gracias por leer y por los comentarios.
5 comentarios y mañana tienen otro.

viernes, 20 de enero de 2017

Capítulo 9

Yendo al comedor me encontré con Maia y su maestra.
-¡Pepeeee!-dijo mientras corría hacia mi.-
-Hola hermosa, ¿cómo estás?-le pregunté al tiempo que la alzaba.-Hola Ali.-saludé a su maestra.-
-Bien, ¿vos?
-Me alegro. Bien. ¿Tenes hambre?
-Siiii. Quiero tomar la leche.
-Ya llegamos, y después, ¿sabes que vamos a hacer?-ella negó con su cabeza.-Vamos a ir a la pile.
-¡Yupi!-festejó mientras yo la dejaba en el piso.-
-Bueno Mai, anda con alguno de tus amigos.-acaricie su cabeza.-
Esa nena me tenía embobado, no daba más de tierna.
Al llegar a la mesa donde estaban Paula, Micaela y Matías, me senté y comenzamos a hablar, aunque un poco me cargaron por haber demorado en ir a llevar un buzo al bolso.
-¿Dónde habías dejado el bolso? ¿En Japón?
-Que graciosa sos Micaela. Mira cómo me río.-hice una risa falsa.-
-Fa, tengo un hambre que comería por diez personas distintas.-dijo Paula.-
-Siempre tan exagerada y gorda Pochita.-se burló Matías.-
-Vos porque te comiste a mi amiga.-le retrucó Paula y ellos dos se sonrojaron.-
-¿Les parece bonito andar chapando en un campamento lleno de niños?
-Basta, cambiemos de tema.-dijo Micaela.-
-¿Manchado y pasadita en la piscina?-propuse.-
-Ay, hace mil que no juego al manchado.-dijo Matias con nostalgia.-
-¿Tanto? Después me decis exagerada a mi.-dijo Paula.-
-Tenía, diez años, ocho, cuando jugué por última vez.
-¿Seguro no te olvidas?
-Mmm... creo que no.-comenzó a dudar y nosotros nos reímos.-
-Tenes una hermosa memoria.-expresé entre risas.-
Después de desayunar, les dimos un ratito libre mientras armábamos la piscina con todas las cosas que necesitábamos y nos fijábamos que estuviera bien segura.
Cuando tuvimos todo listo llamamos a los chicos, armamos dos grupos y explicamos el juego.
-Chicos, vamos a jugar un manchado, ¿todos saben cómo se juega?-asintieron todos y nosotros seguimos con nuestra explicación.-Bueno, mejor aún. Cada grupo va a ir a un lado de la piscina, no pueden pasar de donde vamos a estar dos de nosotros, el que necesite flotador nos pide que le damos, no tengan vergüenza. ¿Se pusieron protector?-volvieron a asentir.-
Entre risas, algunos enojos y mucha diversión se pasó el rato, cuando creímos que el sol ya estaba fuerte para ellos, decidimos salir y que se fueran a bañar para después almorzar.
En el día de hoy ellos tenían unas excursiones, en las cuales nosotros no participábamos, eso quería decir que íbamos a tener unas horitas para descansar o hacer lo que queramos. Nos venía bien.
-¿Que van a hacer mientras los chicos se van?-preguntó Matías mientras almorzábamos.-
-Yo capaz me tire a dormir un rato.-respondió Paula.-
-Que morsa que sos, no podes.-le dijo Matías.-
-Déjame en paz. ¿Que queres que haga si vos seguro te lleves a Mica?
-Como estamos con ese temita eh.-dijo medio enojado ya, no le gustaba que lo jodieran.-
-Bueno ey, cálmate que era una broma nada más.
-Pero no me gusta. A vos tampoco te gustaría que te jodiera con Pedro.
-Ey, ¿que tengo que ver yo acá? A mí no me metan que tengo novia.-por ahora, pensé al recordar todas las llamadas perdidas que tenía de Valentina.-
-Pobrecito, lo metes a él que nada que ver. ¿No ves que está casado?-dijo irónicamente Paula.-
-No empecemos que no quiero pelear de nuevo, nos estábamos llevando bien.-le dije.-
Dimos por terminado el almuerzo y mientras que Matías y Micaela iban alguna parte del campamento, con Paula nos dirigimos a las Cabañas; antes de llegar a estas, pasamos por la piscina, y casi sin pensarlo la tire al agua.
-¡Nene, te voy a matar! Estaba seca.
-Y ahora estás mojada.-dije entre risas.-
Salió de la pileta con el plan de tirarme pero yo le agarre antes de las muñecas impidiéndoselo; fue ahí cuando se cruzaron nuestras miradas y nos quedamos mirando fijamente a los ojos por unos, ¿segundos? ¿Minutos? Vaya uno a saber cuánto tiempo pasó; no fui consciente de nada más que de esos ojos verdes que no me dejaban despegar mi vista de la suya.

El capítulo de hoy... Espero que les guste.
Quiero 5 comentarios y subo mañana el próximo.
Gracias por leer.

jueves, 19 de enero de 2017

Capítulo 8

-¿Podes abrazarme?-preguntó al borde de las lágrimas.-
No entendía mucho, pero la abracé, tampoco le estaba haciendo mal a nadie.
Cuando estuvo en mis brazos rompió en llanto, no comprendía bien que era lo que pasaba.
-¿Mejor?-pregunté cuándo nos separamos.-
-Si, gracias y perdón.
-No tenes que agradecer, mira Pau, a mí me gustaría que hablemos.-me miró atenta y proseguí.-Vos habrás notado un cambio desde las primeras reuniones hasta estás últimas que mi actitud cambió; estoy más colgado, más bajón, porque tuve una pérdida importante en mi vida y eso me lleva a ser un poco intolerante con algunas situaciones o no confiar mucho en las personas. Aquel día en la casa de Mati, yo no estaba bien y como te acabo de decir, no confío mucho en las personas. Sé que vos no tenes la culpa y que lo único que quisiste hacer es preocuparte por mí como yo lo hice recién, por eso mismo te vuelvo a pedir perdón, y espero que nuestra relación pueda cambiar y ser un poco mejor.
-Pepe, yo... no sabía. Perdóname vos a mi, sabes que en cualquier momento que necesites podes confiar en mí para hablar. No te voy a mentir y decir que no me molestó que me hayas respondido así ese día, porquee importa lo que les pasa a mis compañeros, compartimos mucho tiempo juntos, que si uno está mal, por más que sean dos, tres días que nos conozcamos, me importa. Ahora recién te sumas al grupo; pero seguramente después terminemos siendo un grupo más unido, donde todos nos cuidamos, pero ahora que me contas esto te entiendo, y no te juzgó, no, para nada. Y te vuelvo a decir, cuando necesites contas conmigo para lo que sea, de verdad.
-Lo agradezco, y lo mismo digo. Estoy seguro que con el correr del tiempo y de los campamentos vamos a afianzar todos la relación y va a terminar siendo un gran grupo. Sobre todo porque ahora volvemos el lunes, y ya el viernes salimos de nuevo con otro.
Ahora, aprovechando, ¿queres contarme lo que te pasó?-dije mientras me sentaba y ella me imitaba.-
-Nada grave, un poco de extrañar, un poco de maquinar.-dijo, algo dentro de mi no le creía pero no insistí.-
-Te entiendo, me pasa igual. Pero en algún momento nos vamos a acostumbrar.
-Supongo que si, yo todavía no logré hacerlo; siempre fui muy apegada a mis afectos.
-Pero, ¿hace cuanto que trabajas de esto?
-No mucho, dos años. Con el tiempo me voy a ir haciendo, y acostumbrando. Por ahora no lo logré. ¿Vos? ¿Hace cuanto trabajas de esto?
-Un poquito más, tres años y medio.
-Vos estabas en otra agencia, ¿no?-asentí.-¿Se puede saber por qué te fuiste?
-No hay un motivo puntual.-mentí.-
-Para tomar una decisión así y abandonar un grupo por otro tiene que haber motivo.
-Acá están.-dijo Micaela.-Los estábamos buscando chicos.-me salvó la campana, creo.-
-Acá estamos. Estábamos hablando un poco y tomando aire, que está lindos.-respondí.-
-Si, hablando.-dijo Micaela irónicamente.
-Hablábamos en serio boluda.-dijo Paula poniéndose sería.
-Claro, y yo con Matías no me chape.
-¿CÓMO QUE TE CHAPASTE A MATÍAS?-dijo Paula alterada.-
-Está loca está piba.-dijo Micaela mirándome.-Cuando entra en confianza ya actúa así, como es realmente y no hay quien la pare.
-No evadas el tema. ¿Cuando pensabas decirme eso?
Yo miraba divertido la situación, mientras que Matías no entendía nada, porque recién había llegado.
-¿Qué pasó?-preguntó Matías.-
-Felicitaciones.-dije golpeando su espalda mientras iba camino a la cabaña.-
Seis y media de la mañana desperté con el sonido del celular uno de los chicos de fondo.
-¿Ya tenemos que levantarnos?-preguntó Paula con voz de dormida.-
-Eso parece.-respondí.-
-Quiero seguir durmiendo.-dijo Micaela.-
-Vamos, arriba que tenemos que estar con todas las pilas y empezar con todo el día, porque es largo.-nos dijo Matías, quién entraba a la cabaña.-
-¿Dónde estabas vos?-preguntó Paula.-
-Me desperté antes que sonara la alarma y me fui a cambiar.
-¿No puedo dormir hasta las siete?-preguntó Micaela.-
-¿Por que pusieron la alarma tan temprano?-se quejó Paula.-
-¿Son así de quejosas e infumables siempre que se levantan temprano?-le pregunté a Matías.-
-Si.-respondió el con cara de sufrimiento.-
-Se calman los dos, y se van afuera así nos podemos cambiar.-nos echó Paula.-
-Déjame levantar primero.-le pedí.-
-No, dale Pedro.
-¿Y si no me quiero ir?
-Te vas a ir igual.-se metió Micaela.-
-Infumables.-dije riendo mientras buscaba mi ropa.-No demoren, si en quince minutos no salieron, las venimos a buscar.-expresé antes de cerrar la puerta.-

Lo único que voy a decir es 1. Espero que les guste. 2.Paciencia.
5 comentarios y mañana subo capítulo. 

miércoles, 18 de enero de 2017

Capítulo 7

El almuerzo había terminado, y les habíamos dado un rato libre después de haberles hecho una recorrida por el lugar, y así nosotros podíamos armar la rutina para lo que restaba del día.
-Ahora podemos hacer el teléfono descompuesto.-propuso Paula.-
-Yo ya me tiraría por el juego dividiendo en equipos.-dije.-
-¿Qué le pasaba a la nena?-preguntó Matías.-
-En la mesa de las nenas no se pudo sentar y en la de los varones no conocía a muchos porque eran de la otra clase. Es tímida, pero estoy seguro que con el juego se va a soltar.
-¿Búsqueda del tesoro entonces?
-Sí; me da igual.-opino Paula.-
Agarramos los papeles que tenían 4 colores distintos con pistas, los esparcimos por todo el campamento y escondimos el objeto.La idea era que cada uno de los 4 grupos, siguiendo las pistas encontrarán el tesoro perdido, el primero que lo encontraba, ganaba.
-¿Y si no saben leer?-preguntó Paula.-
-Traen el papel y nosotros le leemos.-dijo Micaela.-
Todavía faltaban quince minutos para la hora pactada como comienzo del juego así que decidí quedarme por ahí, despejar y pensar a la vez.
-Chicos, yo me quedo acá un rato.-les informé.-
Me senté en el pasto, lo extrañaba tanto, necesitaba abrazarlo. Todos los recuerdos se me vinieron a la mente, quería tenerlo ahí, ahora mismo.
Entre tanto pensamiento no me di cuenta pero se me había pasado la hora, y corrían lágrimas por mis mejillas. Me levanté y corriendo fui a lavarme la cara, para minutos después estar con los nenes, por suerte no habían empezado todavía.
-Pedro, eran quince minutos no veinte.-dijo Paula entre dientes.-
-Perdón, se me pasó la hora.
-Estamos acá para trabajar no para tomarnos vacaciones y sentarnos a tomar aire.-nuevamente Paula, pero esta vez la ignore por completo.-
Explicamos el juego y dimos inicio. Todos los nenes empezaron a correr en sus respectivos grupos y a mí se me vino el recuerdo de cuando jugábamos juntos, èl fue mi compañero siempre, en todo. El que apañaba mis locuras, al tiempo que me acompañaba. 
Mis pensamientos fueron interrumpidos por mi grupo, quienes querían que les leyera la pista; así lo hice, aunque mi voz demostraba toda esa nostalgia que estaba sintiendo.
-Pedro, ¿estás bien?-preguntó Micaela, al ver que estaba angustiado.-
-Si, todo bien.-le resté importancia, hice un intento de sonrisa que fue más bien una mueca y volví a prestar atención a los chicos.-
El juego llevo un gran rato, pero finalmente el ganador fue el equipo de Matías.
A continuación de la cena, fuimos todos a nuestras respectivas cabañas.
-¿A qué hora nos levantamos mañana?-pregunté.-
-Seis y media, siete.-dijo Micaela.-
-Gracias.
 -¿Mañana hacemos juego nocturno?-preguntó Matías.-
-Si, así no están tan cansados para mañana.-respondió Micaela.-
-Me voy un rato a hablar por teléfono, ¿ustedes ya van a dormir?-preguntó Paula.-
-No.-respondimos al unísono.- 
Me recosté en la cama a leer un poco el Twitter, y minutos después, agarre un short y una remera y fui al baño que quedaba afuera de la cabaña a cambiarme.
Cuando estaba volviendo, ya cambiado, vi que Paula no tenía muy buena cara y decidí acercarme; si había cosas que no me gustaba era ver a mujeres mal.
-Pau, ¿pasó algo?-pregunté con un poco de miedo.-
-Si hubiera pasado no te tendría que importar.-dijo citando las palabras que yo le había dicho días atrás en la casa de Matías.-
-Pau, ya te pedí perdón por eso. No estaba en un buen día, tuve problemas personales y me la agarré contigo.-me senté al lado de ella.-
-Yo no tenía la culpa, solo me estaba preocupando por vos, y saltaste así.
-Lo sé y por eso mismo te mande mensaje disculpándome. Pero por lo visto no podes valorarlo. ¿Segura que no queres hablar?-asintió y me levanté.-
-Pedro, pará.-dijo cuando yo ya estaba lejos de ella.-
Di media vuelta y me acerqué a donde estaba ella, a ver qué necesitaba.
-¿Qué pasó?

Es cortito (aproposito) y a mi no me gusto..... Espero que les guste.
5 comentarios y mañana subo otro capítulo, sino nos leemos el viernes 

martes, 17 de enero de 2017

Capítulo 6

Ni siquiera llegó a hacer un tono que ya me había atendido.
-Por fin Pedro, ¿no ves que me preocupo? ¿Te parece no atenderme ni una de las llamadas que te hice?
-Hola, ¿cómo estás? Bien, ¿vos? ¿Como llegaste?-dije irónicamente.-
-No estoy para que me boludees Pedro. ¿Que te costaba no atender?
-Estaba durmiendo Valentina.
-Eso es excusa, te pedí que me avisaras cuando llegaras.
-Y acabo de llegar, primero llame a Camila y ahora a vos. No seas tan extremista.
-¿Extremista? Encima que me preocupo. Llamaste primero a ella que a mí que soy tu novia.
-Gracias por preocuparte.-utilicé nuevamente la ironía y deje pasar lo de Camila.-
-Deja la ironía de lado.
-Uy, cuando estés más tranquila hablamos. Chau.-corté.-
¿Pesada? ¿Histérica? Me quedé corto. Eso fue poco para la escena digna de una obra teatral dramática que me hizo por teléfono. Seguía sumando cosas en contra e íbamos de mal en peor, cada vez se volvía más tensa la relación; la quería y mucho, pero me tenía tan podrido con sus ocurrencias que no pude soportar la llamada más de cinco minutos. 
Cuando creí que era una buena idea empezar una relación con ella no pensé que las cosas iban a ser así, me imaginaba algo muy distinto, pero las discusiones y los problemas por nada se volvían cada vez más rutinarios y era algo que me cansaba demasiado. 
De mal humor volví a la cabaña donde estaban los chicos.
-¿Todo bien Pedro?-preguntó Matías.-
-Yo que vos no pregunto eso, cuidado no se enoje por meterte en algo que no te incumbe.-la fusile con la mirada.-
-Primero, estoy bien. Segundo, creí que ya había quedado aclarado eso.
-Bueno, preguntaba por tu cara, te cambio desde que hablaste por telefono.
-Lo único que quedó claro es que no podemos preocuparnos que ya te enojas.
-Basta Paula.-me estaba cansando.-¿Vamos con los nenes? 
Sin esperar a que emitieran palabra emprendí camino a la puerta, después vi que me seguían los demás.
-Bueno chicos, ¿que les parece un juego para conocernos?-preguntó Paula.-
-¡Si!-gritaron todos.-
-Hacemos una ronda grande grande, y nos sentamos en el piso.-indicó.-
Tal como dijo Paula de a poco todos empezaron a sentarse.
-Ahora vamos a jugar un estilo pato ganso, pero el que es llamado ganso, se para, dice fuerte su nombre y le deja su lugar al que estaba manchando antes para ahora ser él el encargado de elegir a otro. ¿Se entendió?-la mayoría asintió.-Empiezo yo, así ven bien como es.-con los chicos miramos raro porque habíamos quedado en hacer un teléfono descompuesto.-
Empezó a dar la vuelta, hasta que llegó a Matías y le dijo ganso, este se puso de pie, y prácticamente grito su nombre al tiempo que le dejaba su lugar a Paula para que se sentará.
Estuvimos un buen rato jugando hasta que se hizo la hora del almuerzo y fuimos todos hacía el comedor.
Con ayuda de las maestras les servimos la comida a todos. Cuando estábamos sirviendo la comida, vi a una de las nenas apartada de las demás, sentada en la mesa con los varones y casi ni hablando, así que decidí acercarme a ella.
-Vos eras Maia, ¿no?-asintió con un poco de timidez.-¿Por qué no estás con las otras nenas?
-No sé.
-¿No te llevas?
-No.
-¿Te hicieron algo? ¿Ninguna es tu amiga?
-No.
-¿Conoces alguna palabra más que no sea "no"?-dije sonriéndole.-
-No.-río.-
-Me parece que alguien acá se está por ganar unas cosquillas.-acerqué mis manos a su pancita.-
-No, por favor.-dijo entre risas mientras que le hacía cosquillas.-
-Bueno, ¿con ellos te llevas?-miré a los varones que estaban comiendo.
-Con algunos si, pero no con muchos porque no están en mi clase.
-¿Queres que me siente contigo?
-Si.
-Busco la comida y vengo ¿Si?
-Gracias.
Me puse de pie, y fui a buscar su comida y la mía. En el camino me crucé con Micaela: -¿Todo bien? Vi que hablabas con la nena.
-Si, no conoce a muchos de los que le tocó y me pidió si podía comer con ella. 
-Dale Pepe.
Le di el plato a Mai, y me senté yo con el mío para comer, mientras sacaba temas en la mesa.

Paciencia que ya se van a llevar mejor (?
Gracias por leer y por los comentarios.
5 COMENTARIOS Y MAÑANA SUBO EL OTRO.

lunes, 16 de enero de 2017

Capítulo 5

Abrí los ojos cuando sentí que frenamos de golpe, pero estaba bastante dormido, así que no atiné a agarrarme y me la di contra el asiento del conductor; miré a Mati que no podía dejar de reírse por lo que me acababa de pasar y Paula se estaba aguantando como podía, pero cruzamos miradas y quedó totalmente seria otra vez. ¿Tan ofendida estaba? ¿En serio fue para tanto?
Decidí no preocuparme por el tema y rápidamente me senté derecho al mismo tiempo que miraba la pantalla de mi celular. Cuatro llamadas perdidas a las que, claramente, no les presté atención.
-¿Falta mucho?-pregunté ignorando a mi compañero que seguía en su ataque de risa.
-No, cinco minutos más y vamos a estar con los nenes.-contestó Mica, que había quedado como conductora designada.
-¿Qué fue esa frenada?-me miró por el retrovisor y pude notar que también se estaba riendo.
-Tuve que optar entre tu nariz sana o la vida de un perrito que se cruzó. -esta vez hasta yo hice un intento de sonrisa y Mati volvió a estallar en carcajadas.
-¿Qué te pasa, boludo? -la voz de Paula se escuchó por primera vez desde que me desperté y sonrieron cómplices. 
¿Cuántos años dormí? ¿Diez? 
-Es que fue tremendo, te juro, vos porque lo viste después. Vi el golpe de lleno, boluda, ¡Se la re dio! -le dio tiempo a tomar aire antes de empezar a reírse otra vez.
-Gracias, la verdad que me encanta que te rías de mí golpe.-dije ya un poco molesto, me sentía un payaso.
-Uh, entre Matías que se ríe de cualquier pelotudez y este que se enoja de nada, prefiero quedarme acá.-dijo Paula.
-¿Este? Perdóname pero tengo nombre.-si, estaba de mal humor.
-Bueno, listo ya fue. Llegamos y se calman, buena onda, fuera peleas que los chicos tienen que disfrutar.
Bajamos del auto y vimos a lo lejos un montón de pendejitos que tenían entre seis y ocho años aproximadamente.
-Pedro, ¿te animas a llevar las pelotas al ómnibus?
-Si, pasame.
Tal como le había dicho a Matías, tomé la bolsa que me pasó, la cual tenía varios tipos de pelotas y la llevé hasta la "valija" del ómnibus junto con mi bolso; mientras que Matías, Micaela y Paula hacían lo mismo con sus bolsos.
Estábamos en pleno viaje, cuando los nenes empezaron a despertarse, era hora del show.
-¿Quién quiere cantar una canción?-pregunté casi gritando 
-¡Yooo!-respondieron todos juntos, tipo coro.
-No le pidan a Pepi que cante porque se pueden quedar sordos.-dijo Paula y la miré desafiante. Sabía que más allá de todo lo había dicho apropósito.
-¿Qué decis?
-Y... Pepi, hay que admitir que no cantas nada bien y menos después de darte la nariz de lleno.-opinó Matías mientras se tentaba, contagiando a todos los nenes.
Fue así que entre chistes y algún que otro juego pasó el viaje. Al llegar, cada grupo de varones y nenas respectivamente, emprendieron camino junto a un mayor hacia sus cabañas para dejar bolsos, al igual que nosotros.
-¿Con qué juego podemos empezar?
-Alguno para que se mezclen los cursos, y queden mezclados por edades.-propuso Paula.
-Yo empezaría con alguno de los clásicos.-dijo Micaela.-¿Vos Pepe que pensas?
-Creo que podríamos empezar con un teléfono descompuesto, y después del almuerzo empezar a mezclarlos.-dije mientras miraba uno de los mensajes de mi celular.
-Me parece bien.-dijo Matías.
-Si, a mí también.-dijo Micaela.
-Permiso, voy a responder una llamada y avisar que llegué así no molestan en el resto del campamento.-dije.
-Yo voy a hacer lo mismo.-dijo Micaela al momento que tomaba su celular.
Salí un rato de la cabaña y me senté en elmurito que había fuera de ella, al tiempo que llamaba a Camila.
-Pendejo al fin llamas.
-Hola, ¿cómo estás? Bien, gracias. ¿Y vos?-dije irónicamente.
-Estaba preocupada.
-Acabamos de llegar Cami, quede en avisarles.
-Te aviso que Valentina está infumable.
-Ya sé, seis llamadas perdidas tenía. Ni dormir en el viaje se puede ya que te tiene que estar llamando.
-Deja, insufrible. Creo que la prefiero con mucho trabajo,
-Yo también. Bueno, te dejo así la llamo antes que me mate.
-Dale Pepe, un besito y disfruta.
Corté con Camila y marque el número de mi novia, seguramente iba a estar pesada, histérica; y más porque no la había atendido.

Espero que les guste. Ya saben 5 comentarios y mañana tienen otro ☺️

domingo, 15 de enero de 2017

Capítulo 4

Tenía que hacerlo, tenía que pedirle perdón.
Después de varios minutos más decidiendo que hacer, opté por mandarle mensaje: "Paula, perdón la molestia, te hablaba para pedirte disculpas por como te trate hoy. Sé que solo te quisiste preocupar por mi y que no era nada con mala intención. Un beso." Casi sin pensarlo apreté el botón enviar y esperé su respuesta, la cuál no demoró en llegar. "Pedro, todo bien. Perdóname vos a mi que me metí en algo que no me incumbía, cuando no hay casi confianza. Espero que estés mejor, saludos". Seguía enojada, y tenía razón. Clavé el visto y fui a la cocina a prepararme algo de cenar, en mi alacena no había mucho, pero algo se podía rescatar.
Terminé haciéndome unos panchos con puré, debía ir al supermercado pero no tenía casi sentido hacerlo cuando me iba a ausentar por casi cuatro días de mi casa.
Día del campamento había llegado, Valentina y Camila se habían quedado a dormir para llevarme a la agencia.
La alarma sonó y con Valen nos levantamos en seguida para vestirnos.
-Gordo no sé por qué le dijiste a Camila que si, si habíamos quedado en que yo te llevaba.
-Porque si, quiero que me lleven las dos.
-Pero teníamos más rato solos. Está adosada acá desde ayer, ni despedirnos bien pudimos.
-¿No te caía bien?-la miré medio enojado, cansado de sus escenitas.
-Si, pero un poco de intimidad. 
-La quiero mucho y no le voy a decir que no nunca. Deberías tenerlo en claro ya.
-¿Un beso antes de ir a desayunar?
Nos besamos y seguido a esto yo emprendí camino a la habitación donde estaba Camila mientras Valentina hacía el desayuno.
-Morsa, arriba que no llegamos sino.
-No quiero.-se tapó la cabeza con la almohada.
-Dale Cami. Te doy cinco minutos, si vuelvo y no te levantaste, te tiro un vaso de agua.
Del dicho al hecho, pasados los cinco minutos fui y le vacíe un vaso de agua.
-Pedro que hijo de puta. ¿A vos te gustaría que te despierten así?
-No te despertabas jodete.-mientras reía.-Gracias.
-¿Por qué?-preguntó extrañada.
-Por estar siempre y hacerme reír cuando te enojas.
-Ay Pepito, Pepito,-suspiró-te quiero ver siempre con una sonrisa, quedas lindo y todo.-dijo mientras nos fundíamos en un abrazo.
La deje vestirse y tiempo después de desayunar y cargar mi bolso, emprendimos viaje a la agencia.
-Avisa cuando llegues.-me dijo Valen.
-Si amor, tranquila. 
-Pedro, más te vale que avises.
-Si Camilita.
-No me digas que si como si fuera loca.
-Ni mi diguis qui si quimi si firi liqui.-dije burlándome, lo que causó que me coma un golpe en la cabeza.-No había necesidad de pegarme.
-¿Pensabas que iba a dejar pasar el vaso de agua?
-Sí.-mientras tocaba mi cabeza, tenía fuerza la hija de su madre.
-Son dos nenes chicos. 
-Si.-dijimos con Cami al unísono.
Cuando llegamos a la agencia, estaban Matías, Paula y Micaela esperándome en la puerta para irnos.
Bajamos los tres mientras Valen buscaba mis bolsos yo me despedía de Camila.
-Pibita cuídate. Te quiero mucho y gracias por todo.-la abracé.
-Ay Pedro, nos vemos en unos días. No seas exagerado.-mientras me volvía a pegar.
-¿Podes dejar de pegarme pendeja? Duele.
-Mmm... para que lo piense.-hizo silencio por unos segundos y prosiguió-No, no puedo.
-Te odio.
-Yo también bobo. 
Nos abrazamos una vez más, salude a Valentina y después de saludar a los chicos se fueron dejándome solo con ellos.
-¿Listo para ser Pepi por un fin de semana?
-Si.
-Bueno, vamos. ¿Quien maneja?
-Yo no.-dijimos con Paula al mismo tiempo.
-Ok, yo manejo.-dijo Micaela.
Era demasiado temprano, y tenía más ganas de dormir que de ir hablando. Tenía que mentalizarme para estos días mostrar toda mi buena onda adelante de los nenes, la depresión que tenía no podía ganarme por lo menos adelante de ellos.

Espero que les guste, gracias por los comentarios. 
5 comentarios y mañana subo el próximo.

sábado, 14 de enero de 2017

Capítulo 3

Durante toda la reunión sentí la inminente mirada de Paula, y también la de Matías.
-¿Pepe a vos te copa hacer algún juego nocturno entonces? Pepe...-al no ver respuesta, Micaela me gritó-¡Pedro!
Debo admitir que al principio la miré mal.
-Si, perdón. ¿Qué pasó?
-Te estábamos hablando. ¿Estás bien? ¿Estás acá?
-Perdón, estaba en otra. ¿Qué decían? 
-Si estás de acuerdo con hacer algún juego nocturno.
-Son chicos, pero mientras se tenga cuidado y alguien esté con ellos no creo que haya problema.
-Bueno, a la lista. Creo que ya está, tenemos un montón de actividades para ser solo tres días y dos noches.-dijo Paula.
-Genial, ¿comemos algo?-nos propuso Matías.
-Yo me tengo que ir.-dije, no tenía nada para hacer pero tampoco tenía ganas de estar ahí.
-¿Ya?-preguntó Paula mirándome 
-Sí.
-Por lo menos quédate a comer algo y después te vas.-insistió Matías.
-Gracias pero no, en serio. Gracias igual. 
-Trajiste galletas y todo, ¿te vas a ir ahora que vamos a comer?-dijo Micaela
-Dale Pepe, quédate.-dijo Paula con una sonrisa tratando de persuadirme.
-De verdad chicos.
-Estuvimos acá, trabajando hasta recién lo mínimo que podemos hacer es comer algo y relajarnos un rato.
-Ok, está bien. Pero después me voy.
-Bien, eso quería escuchar. ¿Mates? ¿Té? ¿Café?-dijo Matías.
-Por mi mate.
-Si, yo no tengo problema por eso.
-Mate.-me limité a decir.
-¿Queres que te ayude?-preguntó Micaela.
-No, tranqui que puedo.
-Dale bobo, te ayudo.-y le sonrió. Ya estaba empezando a dudar si no había onda entre ellos.
Micaela y Matías se fueron a preparar la merienda mientras que Paula y yo quedamos en el living.
"Amor, ¿nos vemos de noche?"-mensaje de Valentina.
-Estoy muy cansado, lo dejamos para otro día.
-¿Cansado? Pedro mañana a la madrugada te vas y no nos vemos hasta que vuelvas.
-Bueno Valentina pero hoy no tengo ganas. Ya nos vimos hoy de mañana, no jodas.
-¿Vos me hablas en serio? Seguro no queres que nos veamos para seguir deprimido, solo sin que nadie te rompa las pelotas.
-¿Y si quiero eso qué?
-Pedro, ¿todo bien?-Paula interrumpió mis pensamientos mientras esperaba la respuesta de mi novia.
-Si.
-¿Seguro? Tu cara no dice lo mismo.
-Sí, seguro.
-No te creo nada.
-No me creas. No me pasa nada y listo.
-Dale Pedro, algo te pasa.
-Basta Paula, no me pasa nada y si me pasara no es algo que te tenga que importar.
Paula me dio una mirada y me iba a responder, pero justo llegaron Matías y Micaela con la merienda.
-¿Todo bien chicos?-preguntó Matías al sentir que el clima entre ambos estaba tenso.
-Sí, todo perfecto.-mentí.
 Mates van, mates vienen, decidí irme. Ya había careteado mucho mi buena onda, necesitaba tirarme a escuchar música en paz.
Saludé a los chicos, y vi como Paula me miraba con otra cara, como enojada. 
Que se embrome, ella me buscó.-pensé.-Si hay algo que soy, es orgulloso, y más cuando tengo razón. ¿Qué le importaba a ella lo que a mí me pasara o dejara de pasar?
Lo primero que hice al llegar a casa fue responder el último mensaje que tenía de Valen, diciéndole que la quería y que me entendiera.
Decidí darme una ducha para relajarme y después tirarme en el sillón a escuchar música.
Extrañaba tanto algunos momentos, necesitaba volver a mi infancia, o simplemente volver a ese día y cambiar el rumbo de todo. Y una vez más, creía que la vida era injusta con los que menos lo merecían.
Mi celular comenzó a sonar, el grupo de la agencia, grupos de amigos, Camila.. pero no tenía ganas de responder a nadie.
Estaba a punto de apagar el celular cuando recordé el episodio con Paula, lo mal que le había hablado cuando ella solamente se había preocupado por mi, no se merecía tal trato. Simplemente había querido ser amable. Tenía ganas de disculparme, pero no sabía si mandarle un mensaje pidiéndole las correctas disculpas o no escribirle nada y hacerlo cuando la viera en persona.
¿Que hacía? ¿Le escribía? ¿Que le decía? 

No lo iba a subir porque no llegaron a los 5 comentarios pero fui buena.
Necesito saber que les parece la novela. Ahora sí, 5 comentarios, sino mañana no subo.

viernes, 13 de enero de 2017

Capítulo 2

Final de la Copa Libertadores, partido empatado, metíamos gol y salíamos campeones. Recibo un pase de Rodrigo Mora, me enfrento al arquero de Boca, y de un segundo a otro todo se volvió negro, con Ciro cantando de fondo. Todo era un maldito y estúpido sueño, era obvio que no estaba jugando una final contra Boca y mucho menos de la Libertadores.
Lentamente, y con el mismo ánimo que predominó en mi todos estos días, me levanté para darme un baño, casi que obligado porque en un rato llegaba Valentina y le había prometido esperarla con el desayuno listo. 
Terminé de bañarme, me puse una bermuda y fui a la cocina.. Mucha hambre no tenía, pero lo hacía por mi novia; faltaba poco para el campamento y supuse que no nos iba a hacer mal pasar un rato juntos después de todo el estrés que vivimos las semanas anteriores. Mientras tenía el pan en la tostadora, fui a ponerme una remera porque me había dado un poco de frío.
Minutos después el timbre sonó indicando que Valen había llegado, inmediatamente fui a abrirle.
-Hola Valen.-nos dimos un beso.
-¿Cómo andas? ¿Mejor?
-Bien, vamos a desayunar.-respondí mientras iba hacia la cocina.
-Te pregunté si estabas mejor Pedro.-insistió. 
-Sí. ¿Tostadas?-le pasé una, con dulce de leche como a ella le gustaba.
-Gracias.
-¿Mucho trabajo hoy?
-Par de clases, pero todas a full porque estamos cerca del torneo.-ella era profesora de baile, y le tocaba competir contra una academia muy importante de Uruguay.-Vos, ¿cómo vas con el tema campamento?
-Ufff... Bien, normal.
-Podes decir algo más. ¿Seguro que estás bien? 
-Sí.
-Estás muy tenso, entiendo lo qué pasó pero tenes que relajarte un poco. Ya pasaron dos semanas Pepe.
-¿Tenes ganas de cocinar juntos el almuerzo?-intente poner un poco de onda.
-Si me vas a cambiar esa cara sí.-dijo al tiempo que me abrazaba.
-Lo voy a intentar. Sigamos con el desayuno.
Una vez terminado el desayuno levantamos la mesa y lavamos los platos para después ponernos a cocinar. ¿El menú? Papas fritas con milanesa.
Nos sentamos a comer mientras hablábamos de distintos temas. Algo que me encantaba de mi relación con Valentina era que nunca nos quedábamos sin temas de conversación, algo surgía siempre.
Durante el almuerzo me llegó un mensaje de Matías, al grupo de líderes: "Hablé con Jorge y me comentó que no había disponibilidad en la agencia, podemos ir a un parque o a alguna casa si quieren."
-A mí me da igual, decidan ustedes.-respondió Micaela.
-¿Pasó algo amor?-preguntó mi novia al ver mi cara.
-No, todo bien. El trabajo que no tenemos espacio físico en la agencia y quieren juntarse en un parque, la verdad que cero ganas.
-Pero metele onda. ¿No es esto lo que queres? ¿Vas a permitir que te afecte en tu trabajo lo que te pasó?
-Lo decis como si fuera fácil olvidarse.
-Pedro, dos semanas pasaron. Pero dejemos el tema ahí , no voy a discutir por esto de nuevo porque hace un rato ya lo hablamos.
"Personalmente prefiero casa, en el parque no vamos a tener mucha comodidad."-Sonó mi celular en la mitad de la charla.
-Pedro te estaba hablando.-reclamó Valentina y sin responder deje el celular a un lado.
-Te escuché. Voy a intentarlo, pero no me pidas que de un segundo a otro cambie y me olvide.
-Solo te pido que disfrutes un poco y que dejes todo en el trabajo, con lo especial que es.
-Sí, tenes razón. -dije y la abracé.
Si había cosa que odiaba era llegar a una casa con las manos vacías, así que decidí parar a comprar un paquete de galletas para llevar a la casa de Matías, donde finalmente habían arreglado juntarse.
Minutos pasadas las tres de la tarde llegué a la ya mencionada casa, toqué timbre, y enseguida salió el dueño.
-Pedro viniste.-me dijo Paula al verme entrar.
-Sí, ¿cómo no iba a venir? Es trabajo.-dije serio.
-Pero como no respondiste, no sabíamos si habías leído o no.-acotó Micaela.
-Tuve un mediodía complicado.-expliqué.
-No hay drama Pedro. Empecemos, no podemos perder ni un segundo, ya pasado mañana nos vamos. Tenemos que tener todo terminado.
-Empecemos.-dijeron Paula y Micaela al unísono.
Entre todos comenzamos a tirar ideas, lo importante era que los nenes disfrutarán. Nuestra misión era tener  todo el cronograma más o menos organizado, después en el campamento seguramente se nos ocurrirían nuevas cosas y sacaríamos otras.

Espero que les guste.
5 comentarios y mañana subo el tercero.

jueves, 12 de enero de 2017

Capítulo 1

Un nuevo campamento llegaba en tres dias. La  incertidumbre recorría cada rincón de mi cuerpo ya que nunca había trabajado con los chicos que iban conmigo, a dos de ellos-Micaela y Matías-los conocía por haber compartido curso en primaria, pero no nos habíamos vuelto a hablar desde que yo me cambié de colegio, hasta ahora. La otra chica, Paula, a ella no la conocía, solo de verla en reuniones anteriores, nada profundo.
Seguro se preguntarán quién soy, como me llamo, edad, entre otras cosas pero lo único que les puedo decir es que me llamó Pedro Alfonso y tengo 20 años. Lo demás lo irán descubriendo.
Día nuevo, nueva reunión. Estábamos afilando las últimas actividades y las últimas cosas que faltaban.
-¿Guerra de bombitas de agua? Creo que está bueno, algo distinto.-propone Micaela.
-Puede ser, eso nunca lo hicimos. Dependemos del clima.-tiró Matías.
-Si llueve podemos hacerlo igual, no siempre tiene que estar el sol para poder hacer las cosas. Aunque no haga calor se copan igual.-opinó Paula.
-En eso tenes razón.-dijo Matías.
-¿La anoto entonces?-preguntó Micaela.
-Sí.-acoté, sin muchas ganas de hablar.
Estuvimos un rato más planeando actividades, dentro de los pocos días que habíamos compartido en reuniones este fue uno en el cual la reunión fue la que menos seriedad tuvo y la buena onda predominó hasta el momento, aunque yo casi ni había participado. Ellos tres parecían conocerse de antes, yo era nuevo en dicha agencia.
-Che, deberíamos armar un grupo en whatsapp así si a alguno se le ocurre algo lo hablamos por ahí. Nos quedan dos días para que sea el campamento, por ende tenemos como mucho un día más para terminar de afilar todo.
-Siempre creí que teníamos que pedirle a Jorge-el dueño- que nos dé más tiempo que un mes para organizar.-dijo Matías-Me tendría que ir yendo, Pau, ¿armas el grupo?
-Si dale. Nos vemos el miércoles próximo Mato.
-Yo también tengo que irme, mi numero ya lo tenes.
-Tranqui.
Matías y Micaela nos saludaron y luego se retiraron.
-Pedro.
-¿Si Paula?-dije mientras guardaba mi carpeta y cartuchera en la mochila.
-Decime Pau, menos formal. Necesito tu número, así te agrego al grupo, porque el de los chicos ya lo tengo.
-Ok.
Agendó mi número y me envió un “Hola Pedro, soy Pau” para que luego lo agregara. 
Luego de esto decidí irme, ya era la hora que Valentina salía de trabajar.
-Bueno, me tengo que ir Paula, nos vemos. 
Nos saludamos amablemente y partimos cada uno para su lado.

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-Pepe, te sonó el celular.-dijo Camila.
-Gracias, ahí me fijo.
Tome mi celular que se encontraba sobre la mesa y me fije que me había llegado, era un Whatsapp. "Mensaje de Lo' Pi' del Campa", claramente eran los chicos. Al ver el nombre automáticamente revolee los ojos, no comprendía por qué un nombre tan turro.
Abrí el mensaje, y decía lo siguiente: "Holaaa, bueno pibes, acá agregué a Pepi al que teníamos porque paja armar otro.", no puedo negar que al leer el Pepi se me escapó una sonrisa, apodo de mina. Se preguntarán quién lo había dicho ¿No? Si pensaban en Paula estaban en lo correcto, era ella.
"Hola, ¿Pepi? ¿Qué onda el nombre turro? Diganme quién es quién así los agendo."-respondí.
"Hola Pepe, yo soy Mica. Todos tenemos apodos así, Pau es Pochi, Mati es Matin , y yo soy Michi. El nombre del grupo surgió cuando estábamos en el secundario, y eramo' todo' turro', pero ahora somos chetos.*emoji con lentes*."
Agregué a Micaela, y a Matías, que era el otro número que quedaba sin agendar. Claramente uno más uno es dos, si tenía dos número sin agendar y uno era el de Mica, el otro era el de Mati.
"Ah, comprendo, ¿quién fue el inventor de los sobrenombres tan "i"? Me copan igual, aunque el mío suene un poco a mina. En fin, gracias, ahí tengo a todos agendados, me fui a cenar, nos vemos mañana y nos hablamos. Beso."-esta fue mi última respuesta.
Dejé el celular a un lado, y me dirigí a la cocina para culminar con lo que estaba haciendo anteriormente al mensaje, sí, cocinar. ¿Qué cocinaba? Tortilla de papa con ensaladas varias, no me llevaba muy bien con la cocina, pero esos platos me salvaban la vida ya que le tengo un profundo odio al delivery.
Cuando tuve todo listo con la ayuda de Camila -que por fin había dejado de hablar con sus amigas por teléfono, parecían cotorras- puse la mesa y serví la comida.
-Te quedó rico.-me confesó.
-¿Sí? Gracias, si no te gusta no me tenes porque mentir, sabes que soy un cero a la izquierda con la cocina.
-Na, te defendes bien. ¿Valentina?
-Bien, la vi hoy.
-Hace mil que no vamos al shopping ¿Anda muy ocupada?
-El laburo la consume un poco y los ratos que tiene libres se dedica a nada, estar acá un rato, y esas cosas. Pero hablale y pueden arreglar.
Así pasó la cena entre charlas van y charlas vienen. Camila me ayudó a ordenar un poco la cocina y el comedor, y luego nos despedimos.
Quería ducharme, y acostarme, sinceramente estaba devastado, no me sentía bien, estaba en uno de esos momentos en los que sentía que nada me salía como quería. ¿Por qué no todo salía bien? ¿Por qué la vida era tan complicada a veces? ¿Quizá dormir hacía bien? ¿Escapar de los problemas estaba bien o mal?
Todo aquel bajón, donde me realizaba preguntas sin respuesta, o que por lo menos yo no las encontraba, fue interrumpido por un mensaje. "Ey, das bola al grupo y a mi nunca me mandaste mensaje, alto visto dejaste". Era Paula recriminándome que no le había respondido, no tenía ganas de discutir, ni de reproches así que le puse: "Hola, no creí necesario hacerlo. Me voy a bañar y después a dormir, descansa. Nos vemos.". Y así tal cual como le dije fue, me direccioné al baño, me di un duchazo y al sobre. Mañana seguramente iba a ser otro día.

Espero que les guste. Mínimo 5 comentarios y mañana subo el otro.
@FanFicsPyP 


Sinopsis

Un episodio en la vida de Pedro provoca que se vuelva una persona retraída, sin muchos ánimos para relacionarse con sus pares, cosa que su trabajo le exigía.
Pero sin pensarlo, llegará ella a su vida, quien se propondrá sacarlo del pozo donde está metido, cueste lo que cueste.

Bueno, acá dejo la sinopsis. Comenten y si quieren que les pase avisen en @FanficsPyP